El Ayuntamiento de Cartagena celebró el pasado sábado un acto ya tradicional, el Voto de la Borrasca de Santa Catalina, cumpliendo de este modo con la promesa realizada hace 319 años, cuando la ciudad se salvó de ser arrasada gracias a la intercesión de los Cuatro Santos y la Virgen del Rosell, según cuentas las crónicas de la época.
La ofrenda, que se celebró en la Iglesia de Santa María con una misa oficiada por el vicario general, Juan Tudela, coincidió, además, con la festividad de la primera patrona de Cartagena, la Virgen del Rosell. El acto contó con la asistencia de representantes de las principales entidades e instituciones, tanto civiles como religiosas de la ciudad, entre los que se encontraban los concejales de la corporación municipal, Antonio Calderón, Alonso Gómez, Clara Heredia y José López.
Al término de la Eucaristía, el Hermano Mayor de la Cofradía del Resucitado, Bernardo Simón ,realizó el pregón de exaltación de la Virgen del Rosell, que versó sobre los orígenes de su advocación.
La tradición de este voto se remonta a la noche del 24 de noviembre de 1694, día de Santa Catalina, en que una borrasca de especial virulencia azotó a la ciudad y estuvo a punto de arrasarla. Milagrosamente no fue así y se atribuyó su salvación a las plegarias que los cartageneros dirigieron a los Cuatro Santos y a la Virgen del Rosell.
La Corporación decidió entonces realizar todos los años un acto de agradecimiento a los Cuatro Santos y a la Virgen del Rosell, que se ha venido celebrando, primero en la Catedral antigua y más tarde, en Santa María de Gracia.
La función votiva, como se conoce a este acto, la ha realizado este año el concejal de Atención Social, Antonio Calderón, quien posteriormente depositó una cesta de flores ante el altar y procedió a besar las reliquias de los Cuatro Santos que se conservan en esta iglesia.
La celebración culminó con una ofrenda floral a la Virgen del Rosell por parte de autoridades, entidades civiles, cofradías, agrupaciones, asociaciones religiosas, fieles y devotos en general.