Quizás, ni las previsiones más optimistas esperaban tal acogida por parte del público. La quinta edición del b side festival de Molina de Segura congregó a miles de personas atraídas por un cartel comedido, pero efectivo, y precios realmente populares (15 € la entrada anticipada).

Los propios organizadores comentan que “ desde el primer momento el Ayuntamiento de Molina de Segura ha confiado en una propuesta que reúne las últimas tendencias de la música así como grandes mitos de la cultura pop. El festival es ya un referente en el circuito nacional y es el cierre a la temporada de festivales en España. Una gran fiesta donde música y público son los protagonistas. ”

Rinôçérôse, The Rakes, Elvis Perkins, Vetusta Morla y The Leadings fueron los elegidos en esta ocasión para conformar el cartel que, en anteriores ocasiones, ha contado con la presencia de artistas como Nada Surf, The Charlatans, Happy Mondays, Ash, The Freestylers, Echo and The Bunnymen, The Bodyrockers, Ocean Colour Scene, The Bluetones, The Sunday Drivers.

Elvis Perkins abrió el festival en esta ocasión, cuando la mayoría del público aun se encontraba fuera del reciento, o ni siquiera había llegado al estadio Sánchez Cánovas. Sin duda una de las mejores actuaciones de esta jornada que, algunos de los seguidores de Vetusta Morla (culpables en cierto modo de la avalancha masiva de público) no supieron apreciar. Y es algo, en cierto modo, es un poco triste. Cosas del mainstream….

Con The Rakes, el estadio comenzó a llenarse, y ya en el ambiente se intuía que iba a venir bastante gente. Demasiada, según algunos. El grupo Londinense presentó un directo asentado y de bastante calidad, que dio paso a uno de los más esperados de la noche: Vetusta Morla. El grupo madrileño abrió, como siempre, con Autocrítica y ofreció el show habitual sin demasiadas sorpresas aunque con minutos de bastante intensidad. En algún momento del espectáculo el vocalista anunciaba que aquí concluía su gira y en el tono de su voz algunos apreciaron un poso especial, mezcla de cansancio y resignación.

Cycle y  Rinôçérôse quizás fueron los platos estrella de la noche. Dos directos muy potentes con los que el público supo conectar. Quizás las dos mejores de esta edición sin desmerecer a los locales The Leadings. Una banda murciana de la que no tenemos demasiadas referencias pero que estuvo más que a la altura de las circunstancias y que firmaron una actuación intachable. No hay que perderle la pista a esta gente.

Por otro lado, a nivel organizativo el festival presentó algunos problemas. La avalancha de público de la que hablábamos trajo consigo el descontrol y el caos absoluto en las barras. Pocos camareros y demasiado lentos (lentísimos). Un verdadero horror. A mitad de la noche alguien bromeaba diciendo que “si querías beber, lo más rápido era bajar a Murcia, tomar algo en un bar y volver a Molina de Segura”. Y es que 5 euros, por una copa en vaso pequeño de plástico, tras más de media hora de colas y empujones es una locura. Una verdadera locura.