Murcia, 23 jun (EFE).- Más de 70.000 personas que trabajan en los sectores de la construcción y agrícola en la Región de Murcia están expuestos al riesgo de sufrir un golpe de calor, según informaron hoy dirigentes de UGT y CCOO.

Los secretarios de Salud Laboral de UGT, María José Pellicer, y CCOO, José Cánovas, advirtieron hoy en rueda de prensa de los efectos que el estrés térmico provocado por las altas temperaturas puede tener entre los trabajadores que por su actividad se ven obligados a permanecer bajo el sol desde las 14:00 a las 17:00 horas.

Pellicer puso de relieve que ese riego es mayor entre los trabajadores que hacen un sobreesfuerzo físico, como sucede en la construcción y en el campo, cuyas condiciones laborales, en las que son comunes los destajos, lo agravan.

Citó asimismo a las personas que trabajan en carreteras, en canteras o en cualquier otra actividad que ejercen al aire libre, en cocinas industriales, lavanderías y en panaderías, entre otros lugares, en los que consideró que "hay que llevar cuidado".

Tras indicar que la muerte "es lo más dramático" que puede suceder, subrayó que los trastornos que pueden producir los golpes de calor pueden ser irreversibles, derivar en una enfermedad profesional crónica, y producir problemas cardiorrespiratorios y alteraciones en la piel, entre otros.

Pellicer hizo hincapié en que "el riesgo" del estrés térmico "se puede evitar o al menos minimizar" con el cumplimiento de la normativa que obliga a los empresarios a implantar las medidas necesarias para que el lugar de trabajo no origine ningún riesgo para la salud de los empleados y a evaluar, para prevenir los riesgos, cada puesto de trabajo.

"Medidas preventivas para solucionar este problema hay", dijo la dirigente de UGT, que denunció la "poca voluntad" de la patronal, especialmente la de la contrucción, "que no quiere oir hablar de una medida organizativa tan importante y que salvaría vidas y riegos para la salud, como la jornada continuada y la ausencia de destajos".

Por su parte, José Cánovas dijo que la patronal en el tema de la prevención de riesgos "habla y habla de cara a la galería, pero nunca se compromete a propuestas concretas" y afirmó que, aunque en 2007 no murió ningún trabajador en Murcia por un golpe de calor, sí hubo enfermedades importantes y "un gran sufrimiento por los trabajadores que están en la construcción y en la agricultura".

Según recordó el dirigente de CCOO, tanto la Ley de Prevención de Riesgos Laborales como el Código Penal "establecen que, cuando se pone en riesgo la vida de las personas, tienen que intervenir las administraciones públicas. Y ha habido sufrimiento y riesgos".

Cánovas informó de que ambos sindicatos han elaborado unas propuestas que parten de un estudio realizado por el Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo en 2003, que, entre otros puntos, precisa que hace falta reducir las horas de exposición a altas temperaturas, por lo que la primera medida que plantean UGT y CCOO es ordenar la jornada laboral e ir a la jornada continuada.

Añadió que otras de las medidas que demandan es planificar la vigilancia de la salud, fomentar la formación, fortalecer la figura de los delegados territoriales, entre cuyas funciones estaría visitar los centros de trabajo y medir las temperaturas, y que se cumplan pautas incluidas en el estudio de 2003, como la de tomar dos vasos de agua fresca cada cada 15 o 20 minutos

Al respecto Cánovas indicó que en un invernadero de la Región las mujeres, al no disponer en su lugar de trabajo de este servicio, se llevaban de su casa dos botellas de agua, una de ellas congelada y otra natural, la iban mezclando a lo largo del día para tener agua fresca "y el capataz les llamó la atención porque perdían mucho tiempo en mezclarla".

El dirigente de CCOO criticó asimismo la incapacidad del Instituto Nacional de la Seguridad Social, la consejería de Sanidad, la Inspección de Trabajo y el Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo para abordar los riesgos del estrés térmico, el número de trabajadores que son tratados por contigencias comunes cuando son enfermedades profesionales, y su coste. EFE