Piedra, papel o tijera.

Mientras tres pardillos jugaban al “piedra, papel o tijera” en la base de la Modica Noury al Tacul, las cascadas de hielo de  los valles más próximos se derretían lentamente como un helado de cucurucho en pleno verano. La mala suerte o la buena, nunca se sabe, decidió que el quinto largo me tocara ir primero. La vía me escupió a la cara una piedra de hielo que me dejó un recuerdo tallado en mi nariz. Había salido “piedra”.

No muy lejos de allí, el Valle Blanco invitaba a un descenso único de 2.300 mts de desnivel; las grietas no asustan si no las miras. Primero el diente del Gigante, luego el Drú, no quitaban ojo.

El último largo de la Módica es duro, vertical, mantenido. Como la tijera corta al papel y la piedra la rompe, fue a Edu a quien le toco resolverlo. Lo hizo elegantemente. Hay fotos suficientes que lo demuestran. Durante los rápeles nos percatamos de algo asombroso. No fue la aguille Verte que se teñía de un rojo incendiario a medida que la luz desvanecía, ni la luna llena que nos ayudaría a orientarnos en la noche de vuelta al refugio, tampoco fue notar como la temperatura descendía igual de rápido que nosotros, lo realmente increíble fue darnos cuenta que no habíamos sido tres los pardillos que habíamos escalado durante todo el día, ¡ sino que éramos cuatro !. Efectivamente, Jason, había subido con nosotros aunque no fuera ni viernes ni trece.

Surfear por la mar de hielo con las agujas de Chamonix como público hay que probarlo para entender las sensaciones, pero detenerse a tomar una cerveza y un trozo de queso frente al circo Talefré, eso es otra historia. Jason, volvió a hacer de las suyas, y sembró  el terror en el valle. Todavía las chovas del lugar tiemblan cuando lo recuerdan.

La vía estaba hecha y nosotros contentos. Un año más  habíamos triunfado en nuestra peregrinación al Mont Blanc. De regreso al refugio, la supercolour nos guiño un ojo, y escuché como nos susurraba: “hasta pronto pardillos”.

Llegamos al refugio de Torino a las doce de la noche. Me sentí como un niño castigado por sus padres cuando llega tarde a casa. Una bronca, una sopa y para la cama. Los cuerpos llevaban diecisiete horas de actividad, solo querían paz y doblegaron. Por la mañana nuestros huesos se encontraban tan desajustados como los stocks de la librería de Courmayer, pero nuestras mentes se encontraban más activas que el teleférico que sube al refugio, así que planificamos la esquiada del año.

Chamonix nos recibió después de tres horas y media y no sin alguna que otra caída. Como el papel envuelve a la piedra y la tijera lo corta, pusimos rumbo al valle de Cogne, pero la cascada tutto relativo, ya había escogido su opción y sacó “agua”; y como el agua moja al papel, erosiona la piedra y oxida la tijera, ganó la partida a los tres pardillos que se retiraron resignados. Otro año será, y el hospedaje La Andozana lo sabe.

Bichu

Nota importante:

La práctica de la escalada es una actividad potencialmente peligrosa que implica aceptar los riesgos y peligros inherentes a ella. El Alpinismo Invernal requiere un compromiso adicional por parte del escalador.

En concreto, la práctica del Alpinismo requiere el seguimiento de instrucciones especializadas para su práctica, por lo que antes de practicarla resulta fundamental haber recibido un aprendizaje previo regulado.

En este sentido, la instrucción experta, el buen juicio y el uso de un equipo técnico adecuado pueden ayudar a disminuir el riesgo, aunque no pueden eliminarlo.Así que, los protagonistas de esta aventura les dejan un consejo que debe recordar cuando decida escalar: "La seguridad es su responsabilidad, escale seguro"