Investigadores del CEBAS-CSIC logran mejorar el cultivo de lechuga reduciendo el riego en un 25%

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El sistema de producción abarata los costes en 200 euros por hectárea

Un estudio realizado por investigadores del CEBAS-CSIC, dentro del proyecto europeo denominado Veg-i-Trade, permite un mejor cultivo de lechuga mediante la reducción del 25% del consumo de agua. El estudio demuestra que usando menos agua se aumenta la vida útil de la lechuga cortada en IV Gama y reduce los gastos del cultivo en hasta 200 euros por hectárea.

El proyecto europeo Veg-i-Trade, que estudia el posible impacto de la globalización y del cambio climático en la seguridad alimentaria de las frutas y hortalizas, está coordinado por el Departamento de Seguridad Alimentaria y Calidad de la Universidad de Gante (Bélgica) y en él participan universidades, institutos de investigación, PYMES y grandes empresas de 10 países, entre ellos, miembros del grupo de investigación del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del CEBAS-CSIC, que ha investigado la influencia de las dosis de riego en la calidad y seguridad de la lechuga cortada en IV Gama, en concreto de los tipos romana e iceberg. También, desde mayo de 2010 hay 23 grupos internacionales estudiando virus, bacterias tales como E. coli., micotoxinas y residuos de plaguicidas que pueden afectar a productos en fresco.

Considerable ahorro de agua

El cambio climático puede conllevar la escasez de agua y el aumento de las temperaturas. Sabiendo que más del 70% del agua se consume en agricultura, uno de los retos de los agricultores mediterráneos es reducir su uso mediante una gestión más eficiente de la misma. Durante tres años consecutivos, los investigadores del CEBAS-CSIC han realizado diferentes ensayos de campo en la finca experimental de 'Primaflor', uno de los productores de lechuga más importantes en Europa y miembro del proyecto Veg-i-Trade, en Pulpí (Almería). En el cultivo se han desarrollado distintas técnicas de riego y los resultados muestran que usando un 25% menos de agua se alarga el periodo de conservación (vida útil), disminuye el pardeamiento del borde del corte y se mejora la calidad microbiológica. El efecto opuesto y por tanto negativo se observó cuando se empleaba el 25% o 50% más de agua de riego.

Son varias las ventajas de estos resultados. Primero, se obtiene una lechuga mejor, y además, tiene un efecto económico directo debido al uso de una cantidad significativamente menor de agua para el cultivo de la lechuga. En un periodo de crisis económica, la reducción en el coste de producción es vital para la viabilidad de las empresas agrícolas. El estudio de este caso demostró que la optimización del uso del agua supone un ahorro de 200 euros por hectárea y año.

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