La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Violante Tomás, y el consejero de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, Juan Hernández, firmaron hoy la renovación del protocolo de coordinación para mejorar la inserción sociolaboral de las mujeres víctimas de violencia de género de la Región de Murcia, que entró en vigor en marzo de 2010.
El objetivo es que estas mujeres tengan un trato preferente en el acceso a cursos de formación para el empleo que se ajusten a su perfil y que se financien con fondos de las administraciones. Asimismo, recoge el compromiso de la Administración regional de fomentar la contratación laboral de las víctimas de violencia de género, así como su constitución como trabajadoras autónomas o la creación de su propia empresa.
La consejera Violante Tomás explicó que, tras cinco años desde su puesta en funcionamiento, "era necesario revisar este documento y actualizarlo, con la intención de optimizar los resultados obtenidos".
La finalidad de este protocolo es que las mujeres víctimas de violencia alcancen la independencia económica y personal necesaria para romper el vínculo con el agresor y lograr una efectiva recuperación integral. Para lograrlo, se atiende a las víctimas en puntos de atención, en ellos la formación es especializada y confidencial.
Por su parte, el consejero Juan Hernández destacó que "tenemos todos los datos para saber qué es lo más efectivo para que las víctimas de violencia de género encuentren su lugar en el mercado laboral".
El titular de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo añadió que "la inserción laboral facilita la inserción social", y aseguró que "no hay sociedad verdaderamente justa si los colectivos vulnerables no recuperan su autoestima personal y laboral y la posición digna que les corresponde".
El protocolo de actuación prevé la acción coordinada entre el Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF) y la Dirección General de Mujer, a través de la Red de centros de atención especializada para mujeres víctimas de violencia de género (CAVI).
En concreto, contempla un análisis individualizado de las necesidades de la mujer, un plan de actuaciones a seguir por el SEF y los CAVI y el seguimiento de los resultados obtenidos.
Así, cuando una víctima llega a cualquiera de los recursos de acogida, el trabajador social del CAVI de referencia la informa sobre la posibilidad de ser atendida por un orientador del SEF, para el diseño de un itinerario personalizado de inserción sociolaboral. Las actividades formativas se llevan a cabo teniendo en cuenta las necesidades específicas de las mujeres que acuden, como el idioma o si tienen algún grado de discapacidad.
Con este nuevo protocolo y con otras actuaciones del Gobierno regional "queremos abrirnos a los empresarios de la Región para incentivarlos a la hora de contratar a las víctimas de violencia de género, y así extender la sensibilización social. Toda la sociedad debe a estas mujeres una especial sensibilidad, una total disposición y una ayuda para cada caso concreto y sus circunstancias", apuntó Juan Hernández.
Tras la firma del protocolo, los técnicos de la Dirección general de Mujer y del SEF han realizado una jornada de seguimiento de los resultados obtenidos en los primeros cinco años de vigencia. Así se han celebrado ponencias y mesas redondas especializadas, a las que han asistido también más de 200 técnicos de las distintas concejalías de Mujer, oficinas de atención a las víctimas, representantes de asociaciones empresariales (Croem, Ucomur, Amusal, Omep, Ata, Amep y Aje) y de empresas que han firmado el convenio 'empresas libre de violencia', como El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour y Zara, entre otras.
Cerca de 3.000 mujeres atendidas
Los servicios de orientación de las 25 oficinas de empleo del SEF han atendido en los últimos cinco años a un total de 2.951 mujeres con problemática de violencia de género. Cada año se incorporan a este protocolo unas 500 mujeres. En concreto, el año pasado se incorporaron 503 mujeres.
Asimismo, se han establecido tres grupos por edad, siendo el más numeroso, con un 58 por ciento, el de mujeres mayores de 35 años. Además, el 73 por ciento del total de estas mujeres llevan desempleadas más de 12 meses.
La inserción laboral de las participantes en estos itinerarios de empleo es del 54 por ciento. Respecto al momento en el que se produce la colocación, el análisis muestra que casi la mitad de las inserciones se producen en los seis primeros meses y un 65 por ciento del total en el primer año.
