Allen Toussaint, Poveda, Béla Fleck, Brad Mehldau, Fernando Rubio, Ryuchi Sakamoto e Imelda May, en el 29º Cartagena Jazz Festival

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La programación completa de la presente edición se dará a conocer el 2 de octubre

Allen Toussaint, Poveda, Béla Fleck, Brad Mehldau, Fernando Rubio, Ryuchi Sakamoto e Imelda May, en el 29º Cartagena Jazz Festival

      Volverá  Cartagena a acoger uno de los festivales con más solera del territorio nacional el próximo mes de noviembre, y es que desde 5 hasta el 21 se celebrará el 29º Cartagena Jazz Festival, que reunirá a la ciudad entre otros, la programación completa se dará a conocer el próximo 2 de octubre, a Bela Fleck & The Original Flecktones acompañado como no podía ser de otra manera del bajo de Victor Wooten, a los pianistas Brad Mehldau, Allen Toussaint y Ryuchi Sakamoto, al cantaor Miguel Poveda presentado su disco Las coplas del querercon arreglos de Joan Albert Amargós y acompañado por uno de los contrabajistas de jazz españoles más destacados Horacio Fumero, a la joven Imelda May como revelación del festival, y al músico cartagenero Fernando Rubio presentado su primer disco en solitario Tides. Organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, el festival estará plagado de estrellas, además de ser el más largo, con diez días, de todos los que se han celebrado hasta ahora. Esta edición cumple 29 años.  

Béla Fleck & The Original Flecktones. Se llama Béla por Bartok, el gran compositor húngaro, y eligió el instrumento que le ha reportado fama mundial, tras escuchar de chaval aquel Dueling banjos con el que Eric Weissberg y Steve Mandell hicieron fortuna. Lejos quedan ya los tiempos en los que sus profesores advertían a Béla Fleck (Nueva York, 1958) que cambiase el banjo por otro instrumento si quería que la música le diera de comer. Desde que publicó Crossing the tracks, en 1979, ha grabado más de 20 álbumes, en solitario o con los Flecktones, y ha colaborado con un centenar largo de artistas. Viene a Cartagena con la banda que más éxitos les ha proporcionado, The Flecktones. El neoyorquino Bela Fleck, que lleva más de 30 años reivindicando el sonido del banjo con su mezcla de bluegrass y jazz, sigue transgrediendo géneros e innovando texturas, y es que los sonidos convencionales se le quedan pequeños. Su fusión le ha procurado la admiración de la crítica e infinidad de premios que incluyen nueve Grammy. Su música está viva y es que como dice Béla Fleck: “Me divierto como un crío cuando toco o cuando compongo, y encima me pagan por ello. Tal vez por ahí provenga el vitalismo de mis discos”. Viernes, 6 de noviembre.  

Brad Mehldau. “Sus interpretaciones son pausadas, sopesa cada nota que sale de su piano y cada nota parece concentrar todo un universo de seducción. Su música penetra en el espacio sagrado del rito donde lo efímero toma la forma de la experiencia mística”, con estas palabras definió el crítico de jazz de El País, José María Martínez, la música de Brad Mehldau (Florida, 1970), uno de los pianistas más piropeados de las últimas dos décadas, un ser privilegiado que a veces parece tener seis dedos en cada mano y dos cerebros. Su nombre comenzó a ser conocido internacionalmente como miembro del cuarteto de Joshua Redman, y fue en el lanzamiento de su segundo disco en solitario cuando la crítica lo acogió con gran éxito.  Brad Mehldau combina la sofisticación de un aprendizaje clásico con una profunda sensibilidad jazzística, influenciado por músicos como Franz Schubert, Keith Jarrett o Bill Evans. Su técnica, a la vez que la poesía y lirismo que expresa en sus interpretaciones y composiciones, se ha ganado el respeto y admiración unánimes de la crítica y el público. Desde la aparición de su segundo disco The Art Of The Trío la proyección de Brad Mehldau como uno de los grandes músicos aparecidos en los últimos tiempos no ha cesado de crecer logrando la poco frecuente unanimidad de crítica y público. El pianista atesora algunas de las mejores cualidades de los grandes maestros, como esa profunda contención bajo la que sólo se vislumbra su apabullante técnica, esa que le permite crear una increíble polifonía en los momentos más vibrantes de sus conciertos. Jueves, 12 de noviembre.  

Fernando Rubio: Se ha hecho de rogar pero Fernando Rubio (Cartagena, 1964), uno de los guitarristas y compositores más precisos del país tiene disco propio. Nacido en Cartagena, y de formación autodidacta, formó en los años ochenta el grupo de pop Ley Seca, más tarde llegaría su principal proyecto Ferroblues con el que realizó innumerables actuaciones en festivales y clubes de jazz y blues del país. Formó parte de otros grupos, y aunque pareció que nunca tenía tiempo para dar forma a su propio proyecto, actualmente presenta su primer disco en solitario Tides en el que compone y canta todas las canciones, impregnadas con la esencia misma del soul-rock, el rhythm´n´blues, el rock americano, el funk o el pop de autor. Como dice el critico musical Jam Albarracín “Fernando Rubio, uno de los grandes de la música española, esa que se escribe desde los escenarios y no desde los acuerdos comerciales, tiene disco propio. Levantemos nuestras copas, rotas o no”.  Viernes, 13 de noviembre.  

Allen Toussaint. Compositor, productor, pianista y cantante, Allen Toussaint (Luisiana, 1934) puede, sin dudarlo, ser nombrado como una leyenda viva. Su trabajo como compositor, productor y artista, especialmente en los 60s y 70s, ayudó a dar forma al sonido de R&B, soul, y funk como lo conocemos ahora. Dándole un encanto y humor a su repertorio, con sus seductores y filtrantes ritmos indígenas a Nueva Orleans, la ciudad que él siempre le ha llamado hogar. Toussaint parece haber vuelto a los orígenes con su último disco The bright Mississippi .  Rodeado de un grupo de estrellas que suenan como una banda de viejos amigos y bajo la producción de Joe Henry, el pianista, un enamorado de su Nueva Orleáns natal, reinterpreta clásicos del jazz y el rhythm & blues en el álbum. Más de diez años, toda una eternidad para sus seguidores, pasaron desde que este revolucionario de la música negra lanzara al mercado su último trabajo, pero muchos son los que ya aseguran que, aunque se ha hecho de rogar, la espera ha valido la pena. El disco es una sorpresa teniendo en cuenta que el pianista tiene una larga historia como compositor de Rhythm and Blues y si hace poco  Toussaint compuso junto a Elvis Costello The river in reverse, ahora ha realizado esta delicia de disco, en el que todo suena al primer blues, al inicio del jazz. Domingo, 15 de noviembre.

Miguel Poveda. Lo más alto del flamenco a los pies de la copla. Miguel Poveda ha dejado de lado bulerías y seguirillas para rendir homenaje aLa bien pagá y Ojos verdes con su octavo disco, Las coplas del querer. Comenzó a cantar con quince años y apenas contaba 20 cuando se alzó con el premio más preciado del mundo flamenco, La Lámpara Minera del Concurso Nacional del Cante de las Minas en La Unión. También recogió en 2007 el Premio Nacional de Música, del Ministerio de Cultura, en la modalidad de Interpretación. Ha llevado su música al Odeon de París, el Carnegie Hall y el Lincoln Center de Nueva York, el Wiener Konzerthaus de Viena, el Auditorium Parco della Musica de Roma o el Sadlers Wells de Londres. Ahora su voz ha llegado aún más lejos con Los abrazos rotos de Almodóvar, que incluyó su versión de la copla A ciegas. Aunque catalán y payo, no le falta duende del sur y una luminosidad en la voz que sobrecoge al público. Con Coplas del querer,rinde tributo a un género que escuchó desde que era niño en su hogar. Sus referentes son Manolo Caracol, Rafael Farina y Miguel de Molina. Con todo, Poveda canta una copla, que, arreglada y producida por Joan Albert Amargós y el guitarrista Chicuelo, logra unir el aroma del viejo arte con su voluntad innovadora. Es el cantaor más mixto, y pleno, más dulce y contemporáneo del momento. Como escribió Elvira Lindo de él “es un cantaor popular, alguien que traspasa la barrera que hay entre el escenario y la butaca, entre generaciones, que llega al corazón incluso de aquellos que no aman especialmente el flamenco. Se puede aplaudir a Poveda siendo listo o tonto, progre o carca, catalán o de Jerez. Él mismo es la prueba de que otra juventud es posible”. Miércoles, 18 de noviembre.

Imelda May. Nacida en Dublin, Imelda May tiene ese raro talento y glamour atemporal que ilumina el escenario. Ya sea su peculiar mezcla de rockabilly, blues y jazz, su extensivo repertorio propio, sus actuaciones de inspiración burlesque o su distintiva interpretación, su atractivo es seductor e innegable. Inspirada por los grandes del jazz como Billy Holiday, Dinah Washington y la indiscutible reina del rockabilly, Wanda Jackson, Imelda está forjando un sonido contemporáneo propio. Si las cosas no se tuercen, Imelda será al rockabilly (o jazz-a-billy, como se prefiera) lo que Amy Winehouse ha representado recientemente para el mundo del soul. Es la menor de 5 hermanos y su relación con el rock empezó como ella misma dice con una cinta que tenía uno de sus hermanos, fanático de Elvis Presley. Tras un año en la universidad, Imelda decide que prefiere cantar para vivir. En ese momento, su experiencia profesional se limitaba  a haber cantado en un anuncio de Findus Fish Fingers (palitos de pescado). En 2003, sacó un disco llamado No Turning Back bajo el nombre de Imelda Clabby, su nombre de soltera, ahora reeditado con su nombre actual. En 2006 fue la voz de la Blue Harlem jazz band’s en el disco Talk To Me. Su reciente trabajo Love Tattoo la ha colocado en el mundo musical. Ha nacido una estrella forrada en leopardo. Viernes, 20 de noviembre.  
 

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