Ritmos italianos inauguran hoy La Mar de Músicas

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Stewart Copeland, batería The Police, rendirá tributo a la taranta en una noche que se completará con la gran revelación de la música italiana, Nina Zilli 

Comienza hoy viernes 8 de julio la XVII edición de La Mar de Músicas, y no podía hacerlo de mejor manera. Stewart Copeland, el que está considerado como uno de los tres mejores baterías de la historia de la música, y que llegó al olimpo de la creatividad musical con el grupo The Police, rinde homenaje al tradicional sonido italiano de la taranta.

 

Una noche frenética, donde no se parará de bailar, que se completará con la actuación de la gran revelación de la música italiana, la soulera Nina Zilli, a la que muchos llaman la Amy Winehouse italiana. La noche la rematará el dj Jesús Bombin, ya de madrugada. Las entradas cuestan 25 euros.

 

Taranta no es el palo flamenco y no se trata pues de una noche de cantes mineros. Si donde pone taranta uno lee tarántula la cosa cambia. Y se entiende mejor. La Noche de la tarántula es el nombre de una fiesta popular que se celebra en pueblos de Salento, región de Apulia (Puglia, en italiano), en agosto.

 

Tiene que ver con un ritual de curación contra la picadura de la tarántula. Para que la víctima, imaginaria o real, de uno de esos arácnidos durante el trabajo en el campo se curara se recurría a músicos que, con sus panderetas, tocaban hasta alejar definitivamente el mal. Se supone que el sudor provocado por la frenética danza actuaba a modo de repelente del veneno de la araña en el cuerpo de la mujer. Por eso, la afectada debía bailar sin desmayo en ese exorcismo purificador. Para el significado antropológico cabe pensar en una sociedad campesina opresiva, de reglas rígidamente codificadas, en la que el trance permitía a la mujer cierta liberación.

 

La celebración, convertida en una de las manifestaciones más importantes del sur de la península itálica, tiene su ritmo, la pizzica. Se prolonga durante quince días, las dos semanas centrales del mes de agosto, en el corazón de Salento. Y en la actualidad atrae a la fiesta final de Melpignano a más de 100.000 personas ¿en diez años se ha triplicado el número de espectadores-. Es el mayor homenaje a la pizzica salentina y su fusión con otras músicas.

 

Todo empezó a finales de los noventa cuando varios pueblos decidieron organizar un festival para la recuperación de la pizzica y, de paso, o sobre todo, revitalizar la economía de la región. En la revista Mondomix, Phillipe Krümm asegura que muchos asistentes -entre 20 y 40.000 cada noche- llevan tambores para sumarse de forma entusiasta a los ritmos del escenario y que, al final de la noche, no es raro cruzarse con jóvenes que tienen las manos ensangrentadas.

 

La tradición está representada por veteranos como el cantante Uccio Aloisi o los Cantori di Carpino, pero hay jóvenes como los Tamburellisti di Torre Paduli o Ariacorte a los que pueden añadirse grupos innovadores como Nidi D¿Arac, presentes también este verano en La Mar de Músicas.

 

Cuenta Tiziana Sforza que, hace siete años, nació el Ensemble La Notte de la Taranta, absorbiendo a otros conjuntos y enriqueciéndose de todas las secciones de instrumentos de una orquesta. La tarea de dirigir el concierto de clausura, en Melpignano, la han ejercido desde Joe Zawinul a Stewart Copeland, que firmó el disco del concierto del 17 de agosto de 2003 y al que han sido entregadas las llaves de la localidad. También han llevado la batuta Daniele Sepe, Piero Milesi, Vittorio Cosma, Ambrogio Sparagna y Mauro Pagani.

 

Para el etnomusicólogo Giuseppe Gala, la pizzica convertida hoy casi en rave es baile y mucho más; un emblema, un poderoso reclamo, la garra de un nuevo mito cultural que crea tendencia, espectáculo, turismo, mercado editorial y musical.

 

En cuanto al director de la velada, no necesita presentación: en su tarjeta de visita bastaría poner Stewart Copeland, ex batería del grupo Police. Hijo de un antiguo agente de la CIA, Copeland nació el 16 de julio de 1952, en Virginia (Estados Unidos), y anda de lo más ocupado en las más diversas historias musicales. Con él habrá más de veinte músicos.

 

NINA ZILLI

 

Lo dice ella en las notas biográficas de su página web: Hoy escribo lo que canto. Y me llamo Nina Zilli. Zilli es su apellido materno y Nina se lo puso por la cantante Nina Simone. Maria Chiara Fraschetta, nacida en Piacenza, en febrero de 1983, se crió en las afueras de la ciudad. Sus canciones podrían definirse como una mezcla de sonidos vintage de la Italia de los sesenta con el r&b soul de una Amy Winehouse. Motown y Stax. Con pop sesentero y un poquito de reggae, rocksteady y ska, de grupos como sus admirados The Skatalites.

 

Presentación en España de esta italiana a la que Tomás Fernando Flores anunció, en su informativo pop para Radio 5, como una jóven cantante que reivindica el glamour del soul en pleno siglo XXI. Lo hizo al programar 50mila, una pegadiza canción que se ha incluído en la banda sonora de la película de Ferzan Özpetek Mine vaganti (Tengo algo que deciros) y en el videojuego Pro Evolution Soccer 2011.

 

Con canciones como L´uomo che amava le donne - El hombre que amaba a las mujeres, título de una película de Truffaut-, L´inferno o Bacio D´ad(d)io, editadas en discos sencillos, y un primer compacto con trece cortes, Sempre lontano, que se publicó en febrero de 2010 y estuvo durante semanas entre los más vendidos de Italia -más de 60.000 ejemplares-, Nina Zilli se ha convertido en una revelación de la música transalpina.

 

Su estreno ante las cámaras de televisión se remonta a más de una década cuando ejercía de jovencísima presentadora de la MTV. Y hace diez años debutó en la industria discográfica como cantante de Chiara & Gliscuri con una veraniega canción titulada Tutti al mare.

 

Nina Zilli, que ha estudiado canto lírico y piano en el conservatorio, vivió en Irlanda y Estados Unidos, de ahí su bilingüismo. A los trece actuaba con pequeñas bandas como The Jerks. Y, también ella, ha pasado por el Festival de San Remo ganando los premios de la crítica y de radio y televisión en la categoría de Nueva Generación y como mejor actuación.

 

En los conciertos de la volcánica Nina Zilli suenan, además de sus propias composiciones, canciones de Adriano Celentano (Impazzivo per te) y adaptaciones al italiano de clásicos de ídolos suyos como The Temptations (My girl) o The Supremes (You can´t hurry love). Algo así como si una joven Mina se hubiera dado una vuelta por Detroit y Kingston.

 

DJ JESÚS BOMBIN

 

Fue fundador de Las manos de Orlac junto al músico Nacho Mastretta, formación con la que grabaron tres discos, fusionando estilos como el boogaloo, ragamufing, latinsoul o funk.... que formarían parte de los cimientos musicales en sus futuras sesiones como pincha discos.

 

Actualmente coproduce el programa de radio SoundClash (junto a J. Bayo) en DialSoul 100.4FM, donde se repasan las producciones más contemporáneas: broken beats, nu soul, nu jazz, junto a ritmos más primigenios con raíces en la soulful music. Esta actividad la complementa profesionalmente, con la industrial musical, en el sector discográfico.Puedes seguir sus sesiones en sus tres residencias semanales en Madrid: La Boca del Lobo, El Junco, y El Contraclub, o como sonidero invitado en su noche titulada: Canciones para llorar en compañía en locales como: JazzClub, Tempo o Marula. 

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