La alcaldesa pide por todos los cartageneros en la Onza de Oro

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La tradición data de 1762 y simboliza la aportación que anualmente otorga el Ayuntamiento de Cartagena al Santo y Real Hospital de Caridad para ayudar a los enfermos pobres

La alcaldesa pide por todos los cartageneros en la Onza de Oro

La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, ha cumplido esta mañana con la tradición de la Onza de Oro, que data de 1762, una onza que simboliza la aportación que anualmente otorga el Ayuntamiento de Cartagena al Santo y Real Hospital de Caridad para ayudar a los enfermos pobres, que ha ascendido a 35.000 euros.

La onza original junto al cheque han sido depositados por Ana Belén Castejón ante el altar mayor de la Basílica de la Caridad en el Día Grande de la Patrona, durante el ofertorio de la misa que ha oficiado el Obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes.

Sobre las once y diez de la mañana partía desde el Palacio Consistorial la Corporación Municipal en comitiva de gala hacia la Caridad.

Allí la alcaldesa ha realizado la ofrenda en la que se ha arrodillado ante la Patrona, donde ha pedido por los vecinos sin trabajo, por los enfermos, las víctimas de violencia de género, las personas en riesgo de exclusión, por los agricultores y por quienes llegan a nuestras costas huyendo "de la miseria y del miedo". 

La ofrenda de la alcaldesa ha sido la siguiente:

Soberana señora y madre nuestra. El tambor sordo del Cristo del Socorro ha roto esta mañana la madrugada anunciando a toda España que comienza la Semana Santa en Cartagena, tu Cartagena.

Como no podía ser de otra manera, una procesión ha sido la encargada de despertarte en tu Día Grande, para cantarte la primera Salve de las muchas que hoy entonaremos en tu honor.

Postrada ante ti, representando a nuestro amado municipio, no puedo evitar recordar a muchos cartageneros.

Rememoro el día que María José nos llamó porque su pareja la había golpeado y encerrado en su vivienda, amenazando con regresar para matarla.

Fue un día doloroso y muy triste para mí, en el que pasé auténtico miedo hasta que me confirmaron que estaba bien y su pareja detenida.

Querida Madre, el maltrato sigue presente en nuestra sociedad. Ayudanos a seguir luchando y a recibir el apoyo y los medios que necesitamos para acabar con la lacra machista.

Recuerdo a Paco. Tiene más de cincuenta años. A los cuarenta y cinco quedó en paro y no ha podido acceder a ningún empleo digno, aunque lo ha intentado con ahínco.

A pesar de que hemos mejorado algo en los últimos años, siguen siendo demasiados los que menos tienen para afrontar su día a día.

Intercede por todos ellos y danos fuerza para seguir apoyándolos.

No puedo olvidarme de Clara, una pequeña con Síndrome de Down que mantiene una lucha titánica en su escuela porque, debido a su corta edad, no entiende el significado de plena inclusión, pero sí tiene claro que quiere estudiar en el mismo colegio que sus hermanos y tiene derecho a hacerlo.

En mi cabeza tengo muy presentes a nuestros agricultores. Señora, ayúdales para que nos llegue el agua que tanto necesitamos, pero también guíanos para que entre todos seamos capaces de buscar soluciones que no dependan del cielo.

No quiero olvidarme de Juanjo, un joven con leucemia, que sigue enfrentándose a la enfermedad y que vencerá esta guerra sin cuartel porque tiene la tenacidad y el corazón para conseguirlo. Acuérdate de los cartageneros enfermos e intercede por su mejoría.

También recuerdo a una joven argelina que llegó a nuestro puerto una fría noche de noviembre en una patera. Estaba embarazada, helada y asustadísima.

Por su situación, se quedó en nuestra tierra, pero el padre de su hijo fue expulsado, dejándola sola en un país extraño.

Madre, son muchos los que huyen de guerras, miseria y miedo, buscando una vida mejor. Ayúdales a afrontar esta dolorosa situación.

Cómo ves, Señora, tu pueblo te sigue necesitando tanto como siempre, porque, por muchos siglos que pasen, sigues siendo la madre a la que confiamos nuestros pesares y con la que compartimos nuestros sueños e ilusiones.

Por eso hoy me postro hoy ante ti, para pedirte socorro y consuelo. En un momento en el que estamos obligados a entendernos por el bien de nuestra sociedad, ayúdanos a encontrar la solidaridad necesaria para ser leales y consecuentes.

Para buscar el interés común y no el nuestro propio. Para entender que sólo trabajando unidos podremos contribuir al desarrollo de nuestro municipio.

No permitas que olvidemos que representamos a miles de cartageneros que merecen respeto y coherencia por nuestra parte.

Guíanos y ayúdanos como sólo tú sabes hacerlo.

​PRIMERA PROCESIÓN DE ESPAÑA

​La Ofrenda de la Onza de Oro ha sido uno de los actos que jalonan el Día Grande de Cartagena, en el que se inician las procesiones y se rinden los honores a la Patrona, la Virgen de la Caridad.

​Así a medianoche se celebró la habitual serenata nocturna a la Caridad, en la que ha participado la alcaldesa, Ana Belén Castejón, y de madrugada, desde las inmediaciones de la Catedral Antigua, partía la primera procesión de España: el Vía Crucis penitencial del Cristo del Socorro que tras recorrer las principales calles y callejuelas del Casco Histórico, se ha recogido con las primeras luces del alba.

Esta tarde tendrá lugar la ofrenda floral popular de los vecinos de Cartagena, de sus barrios y diputaciones, que depositarán ramos y bailarán y cantarán ante la imagen de la Virgen.

​También por la tarde partirá el Vía Crucis del Cristo de la Divina Misericordia desde la plaza del Lago y posteriormente, ya de noche, saldrá la primera procesión california desde la Iglesia de Santa María, la del Cristo de la Misericordia y la Virgen del Rosario.

​También la diputación de Alumbres se procesionará esta noche a la Virgen de la Caridad.

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