Persepolis. nº 1

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Persepolis. nº 1

DATOS Y CITAS:

Cortesía de Wikipedia.

Plano de Persépolis

El complejo palatino de Persépolis descansa sobre una terraza de 450 m por 300, y 14 m de alto, que presenta cuatro niveles de 2 m. La entrada desemboca en el nivel reservado a las delegaciones. Los barrios de los nobles están en un nivel superior. Los barrios reservados al servicio y a la administración están situados en el nivel más bajo. Los barrios reales están en nivel más alto, visibles por todos. La piedra más utilizada para la construcción es la caliza gris. La organización de las construcciones sigue un plano rigurosamente ortogonal o hipodámico.36​37​

El lado este de la terraza está formado por el Kuh-e Rahmat, en cuya pared rocosa están excavadas las sepulturas reales que dominan el sitio. Los otros tres lados están formados por un muro de contención cuya altura varía de 5 a 14 m. El muro está compuesto por enormes piedras talladas, ajustadas sin mortero y fijadas por medio de clavijas metálicas. La fachada oeste constituye la entrada del complejo y presenta el acceso principal a la terraza bajo la forma de una escalera monumental.38​

La nivelación del suelo rocoso está asegurado por el relleno de las depresiones con tierra y piedras. El aterrazamiento final está realizado por medio de pesadas piedras unidas entre ellas por clavijas metálicas. En el curso de esta primera fase preparatoria, la red de drenaje y de abducción de agua es puesta en marcha, a veces tallada en la misma roca.13​Los bloques han sido tallados y formateados con la ayuda de buriles y con herramientas mineras, permitiendo la fragmentación de las piedras en superficies planas. El levantamiento y posicionamiento de las piedras han sido asegurados por medio de maderos.39​

En la fachada sur, han sido encontradas inscripciones cuneiformes trilingües. El texto, redactado en elamita, es comparado con una inscripción del palacio de Susa.3​Estas inscripciones podrían corresponder al emplazamiento de la entrada inicial del complejo, antes de la construcción de la escalera monumental y la adición de la puerta de todas las naciones.40​

La configuración de la terraza sugiere que su concepción ha tomado en cuenta imperativos de defensa del sitio en caso de ataque. Un muro y las torres constituían el perímetro, reforzado en el este por un terraplén y por torres. La angularidad de los muros permite a los defensores cubrir un máximo de campo visual del exterior.41​La terraza soporta un número impresionante de construcciones colosales, realizadas en caliza gris procedente de la montaña adyacente. Estas construcciones se distinguen por la gran utilización de columnatas y de pilares, de las que un buen número ha quedado en pie. Los espacios hipóstilos son constantes, cualquiera que sea su dimensión. Asocian las salas que cuentan con 99, 100, 32, o 16 columnas, seguidas de arreglos variables (20x5 para una sala del Tesoro, 10x10 para el Palacio de las cien columnas). Algunas de estas construcciones no han sido acabadas. Los materiales y restos utilizados por los obreros han sido encontrados también, no habiendo sido limpiados.42​Fragmentos de recipientes que sirvieron para almacenar pintura han sido sacados a la luz por casualidad en 2005 cerca de la Apadana. Confirman los indicios ya conocidos que atestiguan la utilización de pinturas para la decoración de los palacios.

Sepulturas reales 

Situadas a algunas decenas de metros de la terraza, dos tumbas cavadas en la roca de Kuh-e Ramat dominan el sitio. Estas tumbas son atribuidas a Artajerjes II y a Artajerjes III. Cada sepulcro está rodeado por esculturas en columnatas que representan las fachadas de palacio, resaltadas con grabados. Estas representaciones, como las de las tumbas de Naqsh-e Rostam, han permitido comprender mejor la arquitectura de las construcciones palatinas persas. En la parte superior del sepulcro de Artajerjes III, el rey está representado sobre un pedestal a tres niveles, haciendo frente a Ahuramazda y a un fuego sagrado igualmente realzado. Un muro presenta una inscripción trilingüe que recuerda que Darío el Grande ha dado una descendencia, que ha construido Persépolis, y hace una lista de sus bienes. Cada versión difiere ligeramente de las otras dos. Una tercera tumba inacabada se encuentra más al sur. Parece haber estado destinada a Darío III, último rey aqueménida.100​101​Al pie de la montaña han sido encontradas restos de sepulturas post-aqueménidas, a un kilómetro al norte de la terraza.49​

Persépolis (en griego antiguo, Περσέπολις, Persépolis, literalmente ‘la ciudad persa’; en persa antiguo, Pars; en persa, تخت جمشید‎, Tajt-e Yamshid ‘el trono de Yamshid’) fue la capital del Imperio persa durante la época aqueménida. Se encuentra a unos 70 km de la ciudad iraní de Shiraz (provincia de Fars), cerca del lugar en que el río Pulwar desemboca en el Kur (Kyrus).

Su edificación comenzó en 521 a. C. por orden de Darío I como parte de un vasto programa de construcciones monumentales enfocadas a enfatizar la unidad y diversidad del Imperio persa aqueménida, la legitimidad del poder real y mostrar la grandeza de su reino. Las obras de Persépolis atrajeron trabajadores y artesanos venidos de todas las satrapías del imperio y por ello su arquitectura resultó de una combinación original de formas de estas provincias que crearon un estilo arquitectónico persa ya antes esbozado en Pasargada y que también se encuentra en Susa y Ecbatana. Esta combinación de saberes marcó igualmente el resto de las artes persas, como la escultura y la orfebrería. La construcción de Persépolis continuó durante dos siglos, hasta la conquista del imperio y la destrucción parcial de la ciudad por Alejandro Magno en 331 a. C.

El sitio fue visitado a lo largo de los siglos por viajeros occidentales, pero no fue hasta el siglo XVII que las ruinas se certificaron como la antigua capital aqueménida. Numerosas expediciones arqueológicas han permitido comprender mejor las estructuras, su aspecto original y las funciones que cumplieron.

Persépolis comprende un enorme complejo palacial sobre una terraza monumental que soporta múltiples edificios hipóstilos que tuvieron funciones protocolarias, rituales, emblemáticas o administrativas precisas: audiencias, apartamentos reales, administración del tesoro o recepción. Cerca de la terraza había otros elementos: tumbas reales, altares y jardines. También estaban las casas de la ciudad baja, de la que casi nada visible queda hoy. Muchos bajorrelieves esculpidos en las escalinatas y puertas del palacio representan la diversidad de los pueblos que componían el imperio. Otros consagran la imagen de un poder real protector, soberano, legítimo y absoluto, donde se designa a Jerjes I como sucesor legítimo de Darío el Grande. Las múltiples inscripciones reales en escritura cuneiforme de Persépolis están redactadas en persa antiguo, babilonio o elamita. Están grabadas en varios lugares del sitio, destinadas a los mismos fines y especifican qué reyes ordenaron el levantamiento de los edificios.

La idea de que Persépolis tenía una ocupación únicamente anual y ritual dedicada a la recepción por el rey de los tributos ofrecidos por las naciones del imperio durante las ceremonias del Año Nuevo persa ha prevalecido durante mucho tiempo. Ahora sabemos con seguridad que la ciudad estaba permanentemente ocupada y que tenía un papel administrativo y político central para el gobierno del imperio. Los muchos archivos inscritos en tablillas de arcilla descubiertos en los edificios del tesoro y en las fortificaciones han permitido establecer estas funciones y proporcionan información valiosa sobre la administración imperial aqueménida y la construcción del complejo. Persépolis está inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1979.

La primera capital del Imperio persa aqueménida fue Pasargada, pero hacia 512 a. C. el rey Darío I el Grande emprendió la construcción de este masivo complejo palaciego, ampliado posteriormente por su hijo Jerjes I y su nieto Artajerjes I. Mientras las capitales administrativas de los reyes aqueménidas fueron Susa, Ecbatana y Babilonia, la ciudadela de Persépolis mantuvo la función de capital ceremonial, donde se celebraban las fiestas de Año Nuevo. Construida en una región remota y montañosa, Persépolis era una residencia real poco conveniente y era visitada principalmente en primavera. Además, dicen que los aqueménidas eran nómadas y por eso en cada estación del año se establecían en una.

En 330 a. C., Alejandro Magno, en su campaña de Oriente, ocupó y saqueó Persépolis, incendiando el palacio de Jerjes, para simbolizar quizá el fin de la guerra panhelénica de revancha contra los persas. En 316 a. C., Persépolis era todavía la capital de Persis, una provincia del nuevo Imperio macedónico. La ciudad decayó gradualmente durante el periodo seléucida y las épocas posteriores. En el siglo III, la cercana ciudad de Istajr se convirtió en centro del Imperio sasánida.

Una inscripción cuneiforme está grabada encima de los toros de la fachada occidental, en las tres lenguas principales del imperio (antiguo idioma persa, babilonio, y elamita):

Ahuramazda es un gran dios que creó esta tierra, que creó el cielo, que creó al hombre, que creó la felicidad del hombre, que hizo a Jerjes rey, rey de muchos, señor de muchos.

«Yo soy Jerjes, el gran rey, rey de reyes, el rey de los pueblos con numerosos orígenes, el rey de esta gran tierra, el hijo del rey Darío, el aqueménida. El rey Jerjes declara: «Gracias a Ahuramazda, yo he hecho este Pórtico de todos los pueblos; hay muchas cosas buenas que han sido hechas en Persia, que yo he hecho y que mi padre ha hecho. Todo lo que ha sido hecho más allá, que parece bueno, todo eso lo hemos hecho gracias a Ahuramazda.

El rey Jerjes declara: «Que Ahuramazda me protege, así como a mi reino, y lo que yo he hecho, y lo que mi padre ha hecho, que Ahuramazda lo proteja también.48​

Esta inscripción permite pensar que la Puerta de todas las naciones fue llamada así por Jerjes en referencia a los múltiples pueblos y reinos que formaban el imperio aqueménida.44​ Esta inscripción se halla también encima de los lammasus.49​

Rafael Alfonso Alfaro García. 

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Persepolis. nº 1 - 3, Foto 3
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