MANIFIESTO de los Artistas por la Paz

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MANIFIESTO de los Artistas por la Paz

La Asociación Española de Pintores y Escultores, próxima a cumplir 112 años de historia, no puede ser insensible al sufrimiento que está viviendo el pueblo ucraniano, ni ante la desolación de una guerra injusta de ocupación contra un país independiente.

Los artistas de todo el mundo no podemos permanecer al margen de la barbarie y apelamos a todas las "gentes del arte" a unirse a este manifiesto en contra de la guerra.

A favor de la paz. Los más grandes artistas españoles firmarán el Manifiesto de los Artistas por la Paz el próximo día 30 de marzo, a las 19 h. en la Casa de Vacas del Parque del Retiro de Madrid, lanzando un llamamiento al mundo al que pueden unirse todos aquellos que piden el cese de la violencia que destruye el arte, la cultura, el alma y la historia de un país como Ucrania.

El Manifiesto ha sido redactado por el periodista, escritor y Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Javier Sierra, y se acompaña de una imagen visual obra del también Socio de Honor, el artista multidisciplinar, Alejandro Aguilar Soria.

MANIFIESTO DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES POR LA PAZ 

 Llamamiento a las “gentes del arte”

Nosotros, que somos y representamos a algunas de las mejores mentes creativas de nuestro siglo, ciudadanos conscientes de los desastres a los que nos llevan los enfrentamientos armados, las injusticias y los abusos de poder, vemos en el conflicto que en estas semanas hiere a Europa la necesidad de reflexionar públicamente sobre el valor del arte como instrumento de paz.

Queremos elevar nuestra voz para que los responsables sociales y políticos, custodios a la vez de nuestra civilización, tomen nota y actúen.

El Arte lleva siglos invitando a mirar más allá de los conflictos.

Cuando Peter Brueghel “el Viejo” se enfrentó al zarpazo de la peste negra que asolaba Europa, pintó “El triunfo de la muerte” como recordatorio de nuestra fragilidad.

Él, que había pasado sus mejores años retratando escenas felices, con ciudades y plazas llenas de vida, se vio obligado a plasmar el dolor de aquella pandemia e invitar a los admiradores de su obra a meditar sobre lo necesario que es prepararnos ante el mal.

Su conciencia movió conciencias, y aún sigue haciéndolo desde las paredes de museos de medio mundo.

Algo parecido logró también Francisco de Goya ante el horror de la invasión napoleónica de España.

Sus “Fusilamientos del 3 de mayo” aún son hoy un memento universal del sinsentido de la violencia.

El Arte es un idioma que entendemos todos, sin importar el país en el que vivamos, la religión o el credo político que profesemos.

Empezamos a practicarlo hace más de 70.000 años en las cuevas de Cantabria o en las de Sulawesi, en Indonesia.

Los antropólogos dicen que despertamos al arte todos a la vez, como si éste fuera una expresión indisociable de aquel salto misterioso que dieron nuestras mentes en la Prehistoria.

Las figuras geométricas y animales que comenzamos a pintar sobre paredes de piedra eran idénticas aunque estuvieran separadas por miles de kilómetros de distancia.

Ellas fueron, probablemente, la primera demostración de que el mundo, en realidad, es solo uno, una tierra única y sin fronteras.

Un artista verdadero, desde luego, no las conoce.

No las concibe siquiera.

Y por eso, sabiendo que son éstas, y los intereses creados que generan a su alrededor, la verdadera causa de los conflictos armados, apelamos al sentimiento que genera la obra artística para detener el horror que estamos viviendo.

En estos días se han destruido museos, teatros, bibliotecas, galerías, colecciones de arte públicas y privadas, y se avanza en la inaceptable erosión de la memoria cultural de Ucrania.

No se ha respetado ningún límite.

Ninguna guerra lo hace jamás.

Y se han perdido ya vidas de pintores, músicos, escultores, escritores y creadores, sorprendidos en sus lugares de trabajo u obligados a empuñar las armas.

Nosotros, sus compañeros, no podemos permanecer al margen y apelamos a todas las “gentes del arte” a unirse a este manifiesto en contra de la guerra.

A favor de la paz.

Cuando Picasso pintó “El Guernica”, lo presentó ante el mundo como su grito de dolor por lo que estaba ocurriendo en España durante los primeros compases de la Guerra Civil.

Él fue director del Museo del Prado cuando sus obras maestras abandonaron Madrid en camiones por temor a las bombas.

El maestro fue entonces consciente de que aquellas pinceladas del Guernica atravesarían los siglos manteniendo intacta la intensidad de lo que denunciaba.

Y a ese grito nos aferramos hoy, conjurándonos para renovarlo con nuestro arte y gritando a las generaciones del futuro que nos avergonzamos de aquellos que deciden imponer sus argumentos por la fuerza de las armas.

Que la deshonra histórica caiga sobre ellos.

Nosotros, juntos alrededor de este sentimiento, nos encargaremos con nuestro trabajo de retratarla para que no se olvide.

Haya paz.

*Este manifiesto ha sido redactado por el periodista, escritor y Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Javier Sierra **La imagen visual es obra del artista multidisciplinar y Socio de Honor de la AEPE, Alejandro Aguilar Soria

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