Satisfacción en el sector español de cría de insectos tras el nuevo Reglamento de la UE para el uso de proteínas animales en alimentación de cerdos y aves

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Abre dos de los mercados de piensos más importantes de la UE, que representan alrededor del 65% de la producción de piensos compuestos en Europa

Satisfacción en el sector español de cría de insectos tras el nuevo Reglamento de la UE para el uso de proteínas animales en alimentación de cerdos y aves

Queda pendiente otro cambio legislativo que permita el uso de materias primas de origen animal para alimentar a los insectos

La reciente aprobación del nuevo Reglamento de la Unión Europea que autoriza el uso de proteínas animales procesadas derivadas de insectos en la alimentación de aves de corral y cerdos ha tenido una gran acogida en este sector, según Diego Amores, CEO de Entomo Agroindustrial, referente en España en la cría de larvas de la mosca soldado negra, utilizada para este fin.

En la actualidad, el empleo de insectos como bioconversores permite valorizar materia orgánica en productos de alta calidad, como proteínas para alimentación animal y humana, grasas (para su uso en detergentes, aceites industriales o industria cosmética), quitina y quitosano (para actividades que van desde la depuración de agua hasta la industria farmacéutica) o sustratos para la fertilización de cultivos. Solo en quitosano, el consumo actual en Europa es de unas 6.000 toneladas, pero se espera que en el año 2024 supere las 12.000 toneladas.

En el ámbito de la alimentación animal, la proteína obtenida a partir de la mosca soldado negra (Hermetia illucens), que es la que produce la española Entomo Agroindustrial, se emplea con fines nutricionales y alimento funcional en algunos animales, hasta ahora esencialmente para piensos de acuicultura, cuya producción en España creció en 2019 un 2,9% llegando hasta las 180.562 toneladas.

Para Diego Amores, CEO de Entomo Agroindustrial, empresa especializada en España en la cría de estas larvas como proteína para la alimentación animal y en la aplicación de esta tecnología para el tratamiento de biorresiduos orgánicos, “la aprobación del uso de insectos en alimentación de cerdos y aves representa un gran reto para el sector. Tenemos que ser capaces de escalar la producción de forma progresiva durante los próximos años para ser competitivos en cantidad y calidad de producto final”.

La Unión Europea es el segundo productor mundial de carne de cerdo después de China y el mayor exportador de carne de cerdo y productos porcinos. Los principales países productores de la UE son Alemania, España y Francia, y entre ellos representan la mitad de la producción total de la UE. También es uno de los mayores productores mundiales de carne de aves de corral y exportador neto de productos de estos animales, con una producción anual de alrededor de 13,4 millones de toneladas.

En opinión de Diego Amores, “con la legislación actual, la proteína de insectos destinada a alimentación animal únicamente podrá proceder de insectos alimentados con subproducto vegetal. Esperamos que a mediados del próximo año se produzca un cambio legislativo que permita el uso de materias primas de origen animal para alimentar a los insectos”.

En este marco, “España debe seguir reduciendo la dependencia exterior de fuentes de proteínas para alimentación animal. Con la tecnología derivada del uso de insectos, somos capaces de convertir biorresiduos en materias primas de alto valor añadido, entre ellas proteína, potenciando así la economía circular”, afirma.

El Reglamento 2021/1372 de la Comisión Europea modifica el anexo IV del anterior Reglamento 999/2001 relativo a la prohibición de alimentar animales de granja no rumiantes con proteínas derivadas de insectos; y sigue a la aprobación del uso de insectos en acuicultura de julio de 2017.

La nueva legislación responde al auge que está teniendo el uso de insectos como proteína alimenticia en muy diversas industrias y sigue también las recomendaciones de la EFSA (European Food Safety Authority) en relación a evitar los riesgos de patógenos en la alimentación y producción de piensos con insectos para evitar que sean vectores de enfermedades o virus, con el objetivo de asegurar los métodos y los estándares de higiene y seguridad en las granjas transformadoras.

Además de abordar la prevención y el control, el nuevo texto normativo incide en la importancia para la Unión Europea de reducir su dependencia respecto al abastecimiento de proteínas; y sostiene que, desde el punto de vista nutricional, las proteínas animales transformadas son una materia prima excelente para piensos, con una elevada concentración de nutrientes muy digestibles, como aminoácidos y fósforo, y un alto contenido en vitaminas.

Diego Amores valora también la nueva normativa sobre el envasado y etiquetaje, en el que a partir de ahora deberá indicarse el texto “Contiene proteína animal transformada derivada de no rumiantes”.

Dicho Reglamento comunitario entrará en vigor a finales de este mes de septiembre.

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