La forma que tiene nuestra sociedad de dotarse de alimentos está dando pasos hacía su desaparición

Fuente:

La forma que tiene nuestra sociedad de dotarse de alimentos está dando pasos hacía su desaparición

Finaliza un año muy difícil para el campo murciano por las importantes mermas en las cosechas provocadas por una climatología adversa y el incremento sin precedentes de los costes de producción. Por otra parte, la amenaza de un futuro sin agua suficiente ensombrece el corto, medio y largo plazo de nuestro sector agroalimentario, con el reto de fondo de avanzar hacia el relevo generacional y la digitalización.

FRUTALES.

Este cultivo, que está el 99 % en regadío, se ha visto afectado por las inclemencias climáticas, de lluvias en plena floración, y mayoritaria mente por los pedriscos, que han influido en la bajada de producción y menor calidad, al encontrarse marcada la fruta que quedaba en los árboles, factor muy negativo ya que los mercados la devolvían.

Los costes de producción se han incrementado por encima de un 30% con respecto al 2021, en algunas variedades hasta un 40% (variedades con afección de mosca y tardías en la región). El incremento de los costes de la energía, electricidad y gasoil, en algunos momentos han subido más de un 100 % con respecto al 2021.

Aumento de los costes de mano de obra, tanto por el incremento del Salario Mínimo Interprofesional, como por un descenso en la productividad al no contar con mano de obra con especialización, lo que se traduce en que es preciso contratar a más personas que en ejercicios anteriores para hacer idénticos trabajos.

Se están notando los problemas en exportación derivados de la pérdida del mercado ruso y de Ucrania. Es cada vez más grave la competencia desleal de terceros países productores de fuera de la UE, con bajos costes de producción y dudoso rigor sanitario, y cuya comercialización se permite en España y en la UE.

Las lluvias persistentes en la Región durante el mes de abril y mayo han llevado a una situación desconocida hasta ahora por su gravedad con:

1- inundación del terreno, por lo que no se puede faenar con el barro ni con los días de lluvias, y la posterior asfixia radicular de la arboleda con los problemas de hongos derivados.

2- debido al agua, el polen estaba mojado y las abejas no volaron en sus fechas y no polinizaron variedades que no son auto fértiles, lo que ha ocasionado pérdidas del 100 por 100 en parcelas concretas de variedades de albaricoque, sobre todo.

3- Pérdida de cuajado generalizada y poco tamaño en las frutas del mes de mayo que hicieron más difícil su comercialización.

4-  afección de pedrisco y heladas en muchas zonas.

Todo ello acompañado de un estancamiento inverosímil de los precios de mercado, teniendo en cuenta que:

1. hay un 30% menos de producción que otras campañas.

2. otras regiones de España, competidoras en el mercado devastadas por las inclemencias climatológicas.

3. En general, la campaña de recogida se retrasó en todas las variedades unos días con respecto al 2021.

Con todos estos agentes adversos y viendo que la poca fruta que quedaba en España estaba en Murcia, se preveía que se vendería a buen precio, pero la realidad es que NO ha sido así, el precio ha subido solo unos céntimos con respecto al 2021 (al contrario que los costes), mientras que la producción ha caído de 30% a un 50%

Dependiendo de la variedad de la parcela. El precio de ninguna variedad en general ha superado el euro por kilo, pero que, al hacer la media con menos kilos, más caros los insumos el balance total no ha sido bueno. El 2021 la fruta se quedó de media entre 60/70 céntimos de euro por kilo, mientras que la subida escasa de 8/10 céntimos del 2022 no ha compensado por la merma de producción, que ha llegado a ser en algunos casos un 30% o el 40% del rendimiento de las explotaciones (en cada explotación hay al menos 3 o 4 variedades para diversificar riesgos) y el incremento de gastos de producción por encima del 50% en algunos momentos. Cada vez queda más claro que la aplicación de la ley de la cadena alimentaria no ayuda al productor, que ve como campaña a campaña pierde poder adquisitivo, entrando en caída libre de pérdidas al final de las campañas productivas.

Reclamamos medidas urgentes en torno al abaratamiento de energías y de insumos, ya que la ley de que “a poca oferta hay mayor precio” parece que ha desaparecido en las redes de distribución y a causa de la descontrolada importación de terceros países.

La campaña se ha cerrado en la zona con el anuncio de la subida del precio del agua y la incertidumbre de abastecimiento para la próxima campaña de la misma, lo cual genera malestar y preocupación entre los fruteros.

HORTALIZAS.

La situación es muy mala y extremadamente preocupante. En el año 2022 tuvimos un episodio de lluvias intensas que resultaron un quebranto sin precedentes para la cosecha y en los últimos cuatro meses, al no tener temperaturas propias de la época, están siendo anormalmente altas, las

cosechas se solapan y adelanta, lo que, a causa de la poca lluvia no están siendo las habituales, con lo que estamos asistiendo a una temporada de precios muy bajos, en especial para brócoli, lechuga y alcachofa.

El sector debe afrontar unos costes muy altos, agua muy cara y escasa. La única esperanza es que llegue el frio normal para estos meses y tengamos lluvias. En Mayo se hará balance; pero las sensaciones son poco positivas.

VIÑEDO.

La situación climática de falta de lluvias en los meses de septiembre 2021, hasta finales de marzo 2022, hizo que en muchas zonas de la región el cultivo tuviera una brotación con dificultades. A continuación, y por los episodios de lluvias persistentes de marzo a mayo, en plena primavera y coincidiendo con el periodo de floración, se produjeron muchas reacciones anormales en la planta. Todo esto, junto con la posterior situación de falta de lluvias hasta el final del ciclo productivo y algunos episodios de pedriscos, ha provocado que en la mayoría de la zona de secano  se produzca un déficit de producción de entre el 30 y el 35 por ciento de la cosecha normal.

Por su parte, en las superficies de regadío el cultivo se ha encontrado más estabilizado en cuanto a su situación hídrica y solamente se ha visto afectada su floración en algunas variedades. En este caso la merma de producción por estas incidencias climatológicas se ha situado entre el 10 y el 20% de la cosecha.

Sin embargo, hay que destacar que, en cuanto a la calidad, es una campaña de añada excelente, ya que apenas las lluvias influyeron en la maduración y vendimia.

Por lo que se refiere a precios de la uva, nos encontramos en una situación de una media de 4 pesetas grado kilo, por 13´50 grados de media, hace un precio por kilo de 54 pesetas/kilo, es decir unos 0,32 €/kilo frente a unos costes medios de producción de 0´60 €/kilo, lo cual evidencia la grave situación por la que atraviesa el sector

ALMENDRA.

Campaña con muchas dificultades, empezando por la influencia de sequía arrastrada para este cultivo de 2021, hasta las lluvias persistentes que se produjeron desde mitad de marzo hasta mayo, lo que afectó seriamente la floración de muchas variedades y provocó situaciones de desequilibrio hídrico, ataque de hongos, plagas de avispilla, y “tigre del almendro”, que es un insecto que, de forma adulta, provoca mucho daño en la savia del árbol a través de la hoja, haciendo que su producción sea gravemente afectada.

La producción a nivel regional se ha visto reducida a menos de la mitad de lo que sería una campaña normal, produciéndose en algunas zonas hasta una reducción del 70%, ya que los tratamientos no han sido eficaces para ningunas de las plagas y hongos que afectaron a este cultivo. También los pedriscos han contribuido a reducir la producción, ya que varias comarcas han sido muy afectadas.

Los precios sufrieron una bajada del 8%, a pesar de que la campaña ha sido muy baja de producción para todo el Estado. Los precios medios entre 7´80 € la ecológica, y 4´20 € la convencional.

OLIVAR.

Al igual que en los cultivos anteriores, la sequía arrastrada desde la campaña anterior, seguida del episodio excepcionalmente largo de lluvias persistentes que hubo a principios de primavera, afectó de manera muy importante a este cultivo, especialmente en lo que se refiere a su floración, acompañado todo esto de pedriscos en plena formación del producto.

La producción para este cultivo se ha visto considerablemente afectada, con unas pérdidas que en algunas zonas han llegado también al 70% de una producción normal

En cuanto a precios, ha tenido una repercusión de subida de media de un 35 %. Entre 0´80, a 0´90

€ kilo de aceituna, desde los 0´50 a 0´60 €kilo que se percibía en años anteriores, si bien para los cultivos tradicionales sus costes superan 1 € kilo.

GANADERIA.

Situación muy complicada para este sector, muy afectada por la falta de cereales y pastos, y las grandes subidas de las materias primas, que hacen inviable la situación para el sector ganadero.

El sector ganadero en general tiene una serie de incertidumbres que hacen muy difícil la permanencia en él por parte de los profesionales. La primera es la falta de rentabilidad, como consecuencia del alza de los costes, han subido todos los precios en general un 27%, los piensos lo han hecho un 40%. Por otro lado, la pretensión de sustituir el consumo de proteína de origen animal por sucedáneos de dudosa procedencia y escaso conocimiento de sus consecuencias, y la aplicación de la normativa actual, con una serie de exigencias que suponen nuevas y costosas inversiones, imposibles en muchos casos de cumplir para los pequeños productores, son otras amenazas para este sector.

APICULTURA.

Actualmente el sector está sufriendo una grave caída en la rentabilidad de las explotaciones, debido, principalmente, a la caída en la producción arrastrada desde más de dos años, que ronda el 60% de lo que sería una cosecha normal. Por otro lado, tenemos un aumento de los costes de producción, lo cual hace las explotaciones están al límite.

Este año los precios de la miel han aumentado un 20% con respecto al año pasado, aun así, con una cosecha tan mediocre, las explotaciones pequeñas y medianas está al borde del colapso.

El año 2021 es un año récord en importaciones de miel y, como bien ha denunciado COAG, la miel china ha desaparecido “de las etiquetas”, siendo el país que más miel se importa a ESPAÑA.

Debido a esta precaria situación, el sector apícola reclama ayudas directas al igual que tiene el resto de los apicultores en otras comunidades, esas ayudas son necesarias para el sostenimiento del pequeño y mediano apicultor profesional.

CÍTRICOS.

El sector de cítricos ha sufrido un año especialmente complicado por las extraordinarias mermas en producción, que puede cifrarse en torno a un 50% a nivel de explotación, debidas fundamentalmente a las inclemencias climáticas señaladas, con lluvias persistentes durante la floración y a continuación seis meses con carencia absoluta de lluvias

A esto se ha unido dos incrementos desorbitados de precios y los problemas añadidos de ataques públicos y diversas plagas que provocaban de manchado de frutos.

Sin embargo, en una campaña en que se ha reducido tan considerablemente la producción, los precios se han mantenido al mismo nivel que el ejercicio anterior o incluso, en ocasiones, por debajo de estos. Por tanto, esta pasada campaña puede considerarse como muy negativa para este sector.

CEREALES.

Las escasas lluvias recibidas desde octubre a diciembre de 2021 hicieron que las nascencias de este cultivo fueran muy deficientes. Posteriormente, las lluvias persistentes a partir de mediados de marzo complicaron igualmente la situación de estos cultivos, todo lo cual ha provocado que la producción, en términos generales, alcance en la región en torno al 40 por ciento de una cosecha normal.

Al igual que en otros sectores a esto se une el problema añadido del incremento desorbitado de costes de producción. Si bien, al principio del conflicto de Ucrania, los precios se dispararon, actualmente, como se ha normalizado el comercio, el sector se ha quedado atrapado en unos costes de producción muy altos y en unos precios bajos.

FLOR CORTADA.

Para este año 2023 van a descender alrededor de un 30% la producción, los que, sumado a la subida de los precios de los costes (abonos, fitosanitarios, electricidad, carburantes, plásticos, sacos de cultivo, esquejes de clavel, etc.…) hace prácticamente inviable la producción de la flor, ya que los precios de ventas están como hace 4 años.

AGUA.

En la Región sufrimos, y cada año de forma más acentuada, recortes y regulación que dificulta acceso al agua para riego. Ahora estamos muy pendientes de los caudales ecológicos, la falta de depuración conveniente en municipios muy importantes del centro de la península condicional severamente a las cuencas y afecta a los usos, lo cual nos perjudica, especialmente, en la Región de Murcia; si la depuración fuera óptima en estos municipios no habría que incrementar los caudales ecológicos y, por lo tanto, habría más disponibilidad para riegos.

En nuestra Región tenemos un mix de procedencias de agua en equilibrio, mezclamos 5 procedencias: residuales tratadas, agua de ríos, desalada, de acuíferos y pluviales. Todas son necesarias para que podamos tener cantidad, calidad y precio; sin una de ellas este equilibrio se rompe, por lo tanto, todas son irrenunciables.

Por otra parte, es importante que, por la dinámica de precipitaciones que tenemos, puntuales y torrenciales, tratemos de mejorar el almacenamiento en pluviales.

La forma que tiene nuestra sociedad de dotarse de alimentos está dando pasos hacía su desaparición - 1, Foto 1
Murcia.com