La tecnología está cambiando nuestra forma de alimentarnos. Diversas investigaciones se están realizando para mejorar nuestra calidad de vida y potenciar la seguridad alimentaria. Por otra parte, la impresión 3D ha permitido desarrollar proteínas vegetales, nutrientes funcionales y todo lo que necesitamos está a nuestro alcance.

La revolución alimentaria envuelve diversas aristas. Por un lado, se busca mejorar la salud a través de la digitalización. Los expertos coinciden en que la comida del futuro estará basada en la alimentación personalizada, es decir, que se tomará en cuenta las necesidades nutricionales de cada consumidor, tomando en cuenta sus características físicas y genéticas. Con esta información se proporciona la cantidad exacta, combinaciones y todo lo que le viene mejor.

Para lograrlo, se hará uso de la big data y de la inteligencia artificial. De acuerdo con Innovación Fresh Business Perú, hoy en día se está trabajando en comidas que activen el núcleo de la recompensa del cerebro. Al mismo tiempo, se buscan alimentos saludables, que produzcan placer  y sensaciones agradables, lo cual muchas veces se consigue con aquellos que no son nutritivos ni beneficiosos.

Entre los alimentos que marcarán las dietas del futuro tenemos aquellos denominados ‘funcionales’. Estos son alimentos con ingredientes bioactivos que cumplen una función específica, por ejemplo, mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades. Esta dieta estará reforzada con complementos alimenticios. Se elaborarán productos diseñados para mejorar ciertos genes en las personas, con lo cual los alimentos alcanzarán una efectividad insospechada.

La alimentación fortalecerá en gran manera a los deportistas profesionales, un segmento que siempre busca mejores entrenamientos y rutinas alimentarias para fortalecer sus habilidades. “La alimentación es una pieza fundamental en el mundo del deporte. Se estima que en el mundo existen unas 7000 especies de plantas comestibles, de las cuales solo 15 forman el 90 % de nuestra ingesta diaria. El cambio climático y el aumento de la población ha originado las investigaciones sobre qué otras plantas pueden reforzar la alimentación. El futuro se encuentra en hongos y vegetales que todavía no han sido estudiados a profundidad”, sostiene el fundador de Sundt.es, Dannie Hansen.

Otro de los conceptos que más ha sonado es la microencapsulación de ingredientes, la cual permite añadir y modificar vitaminas, minerales y otros compuestos sin afectar las propiedades de los mismos. Además, se trabaja para que puedan resistir tratamientos para que sean asimilados correctamente por nuestro organismo.

Las tendencias del futuro apuntan a la creación de productos que vayan directamente de los laboratorios a los supermercados. Hoy en día se trabaja en fuentes vegetales, las cuales buscan suplir a la carne tradicional. Las primeras son mucho más sostenibles y pueden cubrir todas las necesidades de las personas. Además, requieren menos agua y emiten menos CO2, por lo cual resultan más sostenibles para todos.

En esa misma línea, la genética permitirá que alimentos como manzanas se oxiden mucho después de lo habitual, con lo que se extenderá su vida útil y puede disminuir el desperdicio alimentario.