"El club de los Jerónimos", una novela póstuma de Joaquín Mas Perlá que se convierte en un canto a la vida

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En la novela, contextualizada en la posguerra, el fútbol es el pilar fundamental para contar una historia entrañable sobre la amistad

Cuando el escritor Joaquín Mas Perlá escribió su segunda novela, El club de los Jerónimos, quiso rememorar su juventud e infancia a través de los momentos que había vivido con sus vecinos del barrio en la calle Huertas, mientras España trataba de recuperarse de una reciente guerra fratricida.

Así, rescatando aquellas etapas que vivió junto con su grupo de amigos, el autor escribió un libro para todos los públicos donde el valor de la amistad, la lealtad, la valentía y la nobleza resurgen alrededor de un contexto histórico en el que todo parecía derrumbarse.

"Si te he de ser sincera, esta historia tiene carácter autobiográfico. Mi padre vivió de pequeño en la calle Huertas, y también en una buhardilla de la calle Santa María. Esta es la historia de los chicos de su barrio. De hecho, el título original de la novela era Los chicos de mi barrio hasta que decidió cambiar el título por El club de los Jerónimos".

La historia comienza cuando un joven conoce a un anciano, llamado Miguel, en la isla de Saint Thomas y este último comienza a hablarle de su biografía: de su etapa en España, de su situación como inmigrante y de su anhelo por sus raíces. Es tal la conexión que tienen los dos compatriotas que Miguel le acaba enviando al joven el manuscrito de su infancia y juventud durante la posguerra española para que la lea, así como para compartir con él esa parte tan significativa de su vida en las calles de Madrid.

De esta manera, Joaquín Mas Perlá consigue un efecto narrativo sinigual al posicionar al lector como receptor directo de esa extensa carta en la que cuenta los acontecimientos más importantes de esa época de la mano de varios protagonistas, cada uno con una personalidad distinta, que harán pasar un buen rato al lector. Pues reconocerá, sin duda, lugares comunes en esta historia en la que el fútbol es el elemento de unión de todos ellos y el tótem que también los mantendrá conectados a lo largo de los años.

Desde Casimiro el Envenenador, Fernando el Mono, Emilio el Carbonero, los hermanos Cantudo, Julio el Pisacuellos, pasando por Pepe Bonilla, Balaguer, Octavio, Sergio Olmos y Andrés Gálvez hasta llegar al propio Miguel, que es quien contará la historia en primera persona y hará partícipe a los lectores de las aventuras y anécdotas cercanas, ocurrentes y entretenidas de sus protagonistas unidos por el deporte del balompié. Juego al que el autor quería rendir homenaje y poner a disposición de todos los amantes del fútbol para su disfrute.

"Pepe Bonilla adoraba las plantas y decía que quien ama a la naturaleza no puede ser malo. Balaguer es el excepcional guardameta. Octavio… alguien comentó que tenía nombre de César, y desde entonces, al acudir a las reuniones del equipo, saludaba con el brazo extendido y decía: «Os saludo, plebe…», Sergio Olmos olía a incienso. Por las tardes trabajaba en las iglesias. Andrés Gálvez era una ardilla astuta con el balón en los pies".

Y es que, si algo destaca en El club de los Jerónimos, son todas las enseñanzas que este noble deporte inculca a esta pandilla de amigos protagonistas y que marcará sus vidas de alguna manera. Pero para saber cómo jugará el destino con cada uno de ellos, los lectores no pueden dejar de adquirir un ejemplar cuanto antes.

Una historia disponible online y que la hija del propio escritor ha querido recuperar en nombre de su padre, y cumpliendo su petición, para deleite de todos los lectores, grandes y pequeños.

Además de escribir una historia para todos los públicos —acompañadas de fantásticas ilustraciones en color sepia que avivan todavía más el relato—, Joaquín Mas Perlá deja impregnada en cada uno de los capítulos su pasión por la escritura, por el fútbol y por la vida. Una tríada perfecta como trama narrativa y que dejará un buen recuerdo en los lectores.

Pues esta novela está escrita con el alma y el corazón en cada una de sus letras; con una dedicación y entrega que son palpables de principio a fin.

"Mi padre trabajaba en Puerto Rico hasta que se vino a jubilar a España. Aquí en España intentó publicar la obra, pero falleció en 2005 sin lograr que la obra viera la luz. He sido yo quien, por medio de la autoedición, he conseguido realizar su sueño".

En definitiva, El club de los Jerónimos es un libro para no perderse y para saborear en esos instantes de tranquilidad y volver a apreciar los buenos momentos que ofrece la vida.

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