Las escobillas limpiaparabrisas se consideran el elemento más importante de todo el sistema de limpieza de los vidrios delanteros y traseros del coche. Su buen funcionamiento garantiza una visibilidad excelente bajo cualquier tipo de clima y en todo momento.

Los limpiaparabrisas estándar están formados por varios elementos. Éstos habitualmente constan de las ya mencionadas escobillas, los balancines de sujeción y el sistema de montaje de la correa. Sin embargo, existen algunos modelos que pueden diferir. Por ejemplo, los limpiaparabrisas sin marco no disponen de balancines, sino que funcionan mediante un sistema de muelle a presión.

La principal señal de que una escobillas no están funcionando correctamente es que no es capaz de retirar el agua completamente del vidrio, lo cual puede provocar graves dificultades de visión durante la conducción que pueden ser peligrosas.

Las principales razones por la que el sistema limpiaparabrisas deja de funcionar correctamente suelen ser el desgaste de la goma del limpiaparabrisas y, en menor medida, el debilitamiento de los resortes de la correa.

Cuando el borde de la escobilla no está funcionando en plenas condiciones, es habitual que se acumule más suciedad sobre el vidrio (arena, polvo, polen…). Esto afecta directamente a la visibilidad desde dentro del vehículo y además puede provocar arañazos permanentes en el vidrio.

Es por todo esto que se recomienda utilizar escobillas de alta calidad que sean capaces de proporcionar una excelente visibilidad de la carretera en cualquier tipo de condición climática durante todas las épocas del año. Además el limpiaparabrisas es un elemento consumible que necesita ser sustituido de forma periódica para poder garantizar la seguridad de todos los usuarios de las vías públicas.

La media de duración de las escobillas limpiaparabrisas es de aproximadamente un año. Estas piezas deben ser cambiadas en caso de detectar una pérdida de elasticidad o en caso de percibir que la goma de dicha escobilla se ha desgastado. Otros casos menos comunes que necesitan de sustitución son el momento en que la superestructura se daña (en el caso de escobillas convencionales) o si se corroe la lámina metálica de las escobillas limpiaparabrisas planas.

Las señales más habituales que indican que es necesaria la sustitución de la escobillas limpiaparabrisas se pueden percibir durante la utilización de este sistema y son las siguientes:

• Se producen rayas en el vidrio cuando pasa el limpiaparabrisas.

• Se produce un velo de agua que dificulta la visibilidad cada vez que la escobilla recorre el cristal.

• Se escucha un chirrido proveniente de las escobillas mientras estas están en movimiento.

• La escobilla va a trompicones o rebota sobre el cristal.

Es posible diagnosticar el componente sin problemas mediante una simple inspección visual. Para ello, lo primero que se debe hacer es fijarse en el perfil de trabajo de la goma. Las gomas que se encuentran demasiado gastadas presentan fisuras y desgarros debido a la fricción y al endurecimiento con el paso del tiempo. Otra parte en la que es importante realizar una inspección visual es la cubierta o soporte del componente o la envolvente de plástico. En este caso hay que buscar signos de daños mecánicos o de corrosión. Además de estas inspecciones, se debe accionar el limpiador del parabrisas y comprobar el movimiento de los brazos. En casos de que el movimiento no esté bien sincronizado es posible que se deba a una sujeciones dañadas.

En caso de tener que cambiar las escobillas del vehículo, éste es un trabajo sencillo que no requiere de conocimientos mecánicos ni de herramientas especiales.

1. Lo primero que se debe hacer es levantar los brazos del limpiaparabrisas. Esto debe hacerse con mucho cuidado ya que el sistema suele disponer de un muelle que empuja el limpiaparabrisas contra el cristal y si se suelta al estar levantado, el limpiaparabrisas puede golpear el cristal y dañarlo.

2. A continuación, con el brazo del limpiaparabrisas levantado, ya se puede tener acceso a la parte donde se montan las escobillas. Primero será necesario retirar las escobillas antiguas. Existen diferentes tipos de sujeción para las escobillas limpiaparabrisas, dependiendo del diseño del que disponga el vehículo se deberán seguir unos pasos u otros, en cualquier caso este proceso suele ser muy sencillo.

3. Una vez retirada la escobilla antigua, ya es posible instalar la nueva.

4. Finalmente ya es posible bajar el brazo del limpiaparabrisas con cuidado y comprobar el funcionamiento del sistema.

Información utilizada:
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