En un contexto de aumento del uso de las Tecnologías de la Relación, Información y Comunicación (TRIC), nos encontramos con un marco legal fragmentado e insuficiente, una clara falta de datos e investigaciones públicas que dimensionen el fenómeno de las Violencias Machistas Digitales (VMD), y una brecha digital generacional y de género en la creación y producción de contenidos, y en la toma de decisiones. Sin embargo, grupos y organizaciones feministas como Donestech, la red de autodefensa digital feminista, o Fundación Calala Fondo de Mujeres llevan años investigando y denunciando las violencias machistas en el ámbito digital. De este esfuerzo ha nacido FemBloc, proyecto sin ánimo de lucro financiado por la Unión Europea y puesto en marcha en Cataluña, cuyo objetivo es elaborar un modelo de abordaje de las violencias machistas digitales a través de una línea digital de atención y apoyo a las víctimas.
El proyecto piloto implementado durante 14 semanas en la primavera de 2022, en el que se atendieron 33 personas, arroja algunos datos relevantes:
Las VMD más identificadas son un reflejo de las violencias machistas más tradicionales apuntando hacia el ciberacoso, el control y vigilancia en el ámbito de las relaciones de parejas y círculos familiares como las violencias más comunes.
Distribución respecto a la edad: 50% de las personas entre 17 y 33 años, 45% entre 36 a 60 años, y 5% de 60 a 71 años.
Violencia (ex)pareja: 51%; violencia fuera de la (ex)pareja: 49%
Tipología de impactos: 75% psicológicos, 42% económicos, 39% relacionales, 33% participación en redes sociales, 27% físicos y 3% educativos.
Concurrencias de la violencia: un 64% de los casos atendidos han recibido entre 2 y 5 violencias a la vez, mientras que un 9% entre 7 y 9.
Tiplogía de atención recibida: 43% legal, 20% psicológica y 37% digital.
Estos datos reflejan que las violencias machistas que ya conocemos se han trasladado a los espacios digitales (seguimiento y vigilancia, control, acoso, exhibicionismo sexual, etc..) y al mismo tiempo, mientras que algunas violencias se han intensificado más, también han aparecido otras nuevas. Así, un estudio de 2021 (Economist Intelligence Unit) concluía que, a nivel mundial, un 85% de las mujeres ha experimentado abuso tecnológico en primera persona o ha sido testigo. Y según un estudio del 2022 elaborado por la UNESCO entre periodistas de 125 países, casi la mitad (48%) de las mujeres periodistas declaran haber sido acosadas (muchas veces sexualmente) con mensajes privados no deseados, lo que pone de manifiesto que gran parte de la violencia digital ocurre en las sombras de Internet, lejos de la vista pública.
Por estos motivos el movimiento ciberfeminista ya lleva años alertando de la importancia de hacer del espacio digital un espacio seguro. Y es de este proceso de donde surge FemBloc, con el objetivo principal de implementar una línea de atención y apoyo feminista a mujeres e identidades disidentes que hayan vivido en primera o tercera persona las violencias digitales, y a profesionales de la atención de las violencias machistas.
Actualmente la línea de atención feminista FemBloc vuelve a estar en funcionamiento los lunes, martes y jueves de 10 a 19h (CET). La atención es holística, feminista e interseccional, y las personas que lo necesiten pueden contactar a través de WhatsApp, Signal y Telegram (643 528 573) o escribiendo un correo a atencio@fembloc.cat.
Sobre FemBloc:
FemBloc es un proyecto feminista e interseccional que tiene como objetivo elaborar un modelo de abordaje de las violencias machistas digitales a través de una línea digital de atención y soporte y una serie de acciones y herramientas asociadas. El proyecto está formado por Calala Fondo de Mujeres; la asociación cultural de mujeres por la investigación y acción, Alia; la colectiva de intersección entre el feminismo, la tecnología y la soberanía digital, Donestech; la Universidad de Barcelona; y las expertas feministas Laia Serra y Alex Hache. Se ha financiado a través del programa europeo REC2020 (Rights, Equality and Citizenship).
