El Blanc Festival, que ha celebrado este año su 15ª edición convertido ya en uno de los principales encuentros del sector, reúne en cada edición en la localidad barcelonesa a un nutrido público formado mayormente por profesionales del diseño gráfico ávidos de empaparse de lo mejor del diseño nacional e internacional.

El sábado 21 de octubre de 2023 subía Ramón Soler al escenario del Blanc tras una impactante presentación en la que un carrusel de imágenes de proyectos de Buenaventura bailaban al compás de la música de Califato ¾. Pero aquello estaba muy lejos de ser un mero muestrario de porfolio.

Romper con los convencionalismos, salir de las zonas comunes donde habitualmente se mueve el diseño y escapar de los esquemas meramente comerciales. Estas son las rompedoras y en cierto modo sorprendentes premisas de las que parte Buenaventura para construir su propia manera de entender y practicar el diseño, que se aleja de las tendencias mayoritarias del sector. Unas premisas que cristalizan en el concepto de diseño social, un modo de abordar el diseño que sitúa en el centro a la persona, con una mirada empática y racional, consciente de su capacidad transformadora.

De hecho, esta concepción personalísima ha acabado por disolver las fronteras entre lo comercial y lo social. Esto se ve claramente en proyectos de diseño que ponen en valor el trabajo y los productos de mujeres y hombres del medio rural, cuyos efectos positivos se extienden a toda la comunidad. No se trata ni mucho menos de desdeñar la necesaria vertiente lucrativa del diseño sino de asumir que la empatía también es una herramienta comunicativa verdaderamente poderosa.

Con proyectos como «Seres de luz» o «Queremos contar, queremos escuchar» —que dan voz a los más vulnerables:niños y adolescentes migrantes— han puesto en pie un modo de hacer diseño en el que el poder de concienciación y por tanto de transformación social prima sobre cualquier otra consideración, un poder que nos hace más humanos, pero sin dejar de lado aspectos tan importantes como la funcionalidad y la estética.

El diseño gráfico posee los medios necesarios para emitir mensajes que impacten positivamente en la sociedad, algo que para Buenaventura se ha convertido en un imperativo moral: si tenemos voz, vamos a usarla.