Un año más, el "Estudio sobre hábitos en el uso del efectivo 2023" del Banco de España, ofrece importantes datos sobre la digitalización del pago, y como estos se ven reforzados en el día a día de las personas. A pesar de que el efectivo sigue siendo el principal medio, las alternativas digitales de pago siguen ganando terreno: uno de cuatro españoles (24%) hace uso del pago móvil, y más de uno de cada cinco (21%) hace uso de plataformas de pago en internet, nuestro partner Paypal sería un ejemplo de esto.

La digitalización es, claramente, un fenómeno que va a seguir expandiéndose y llegando a diferentes áreas. El auge de la economía de la plataforma fomenta la conectividad entre proveedores, vendedores y compradores, tanto B2B como B2C. Esta interconectividad, que deja atrás fronteras, husos horarios, y todo tipo de barreras, también trae consigo un aumento de los delitos de tipo telemático. De hecho, según datos de Check Point, en el segundo trimestre de 2023 los ciberataques han aumentado un 8%, el mayor incremento en dos años. Tiene sentido: a mayor volumen de transacciones, más son las oportunidades para los delincuentes, y, por motivos evidentes, el sector financiero es particularmente atractivo.

Esto nos lleva, una vez más, a la necesidad de crear un entorno seguro de pago, sin fricciones. Los procesos KYC y KYB (Know Your Customer y Know Your Business) son la primera línea de batalla, sin embargo, la sofisticación del crimen obliga a ir un paso más allá. En MANGOPAY, infraestructura de pagos para plataformas, llevamos a cabo en 2022 la adquisición de Nethone para reforzar nuestras capacidades de detección de fraude mediante Inteligencia Artificial, y seguimos trabajando a diario para reforzar y adaptar nuestras herramientas de ciberseguridad a la actualidad. Más allá de los esfuerzos que tiene que hacer el sector privado, es importante que también haya iniciativas públicas para fomentar la ciberseguridad. Al final, los crímenes telemáticos son una amenaza global y, por lo tanto, los esfuerzos individuales son insuficientes: PYMEs, usuarios y demás actores que entran en juego en el entorno de pago digital deben de estar protegidos para que el entorno sea 100% seguro.