Con motivo del Día Mundial de la Terapia Ocupacional, anda CONMiGO explica en qué consiste la labor de este profesional enfocado en la infancia, cuya función se centra en atender a niños que sufren trastornos asociados a los primeros años de vidaEn el caso de los niños, la actividad esencial es el juego, implementándose programas enfocados a desarrollar las destrezas necesarias para vivir una vida plena y productiva
Los campos de actuación de cada terapeuta suelen estar enfocados en la atención temprana, la educación, la rehabilitación, la salud mental, la integración sensorial y la psicomotricidad
La terapia ocupacional es una profesión socio sanitaria enfocada al estudio de la actividad humana desde que el individuo nace y durante el trayecto de toda su vida; y, en el caso de los niños, el principal objetivo que persigue es lograr la máxima independencia del menor tanto en las actividades que realiza como en sus rutinas diarias. Por ello, con motivo del Día Mundial del Terapeuta Ocupacional, que se celebra cada 27 de octubre, desde anda CONMiGO, centros especializados en retraso madurativo para menores de entre 0 y 14 años, explican en qué consiste la labor del terapeuta ocupacional enfocado en la infancia, cuya función se centra en atender a niños que sufren trastornos asociados a los primeros años de vida, con discapacidades congénitas o adquiridas y con riesgo psicosocial.
"El fin principal del terapeuta ocupacional es dotar a la persona, en este caso al menor, de mayor autonomía y calidad de vida, empleando para ello la ocupación como medio de rehabilitación y partiendo de una valoración individualizada y la implementación de un plan de tratamiento. De esta forma, con la ayuda de esta figura, el niño puede llegar a superar diversos retos relacionados con las áreas de autocuidado, productividad, ocio y tiempo libre, así como dificultades en componentes del desarrollo sensoriomotores, cognitivos y psicosociales", explica Sabrina Valerio, directora terapéutica general de los centros anda CONMiGO.
Así, entre las principales funciones del terapeuta ocupacional se encuentran la evaluación y valoración global de las fortalezas y limitaciones del menor y la posterior implementación de diferentes programas de tratamiento de acuerdo a sus capacidades, necesidades e intereses, así como el entrenamiento y la reeducación de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, como la higiene, la alimentación, el manejo del transporte público o el uso del dinero.
Además, esta figura también se enfoca en la valoración, diseño, prescripción y entrenamiento de ortesis, prótesis y productos de apoyo para los niños, trabajando de igual forma la adaptación y transformación de su entorno eliminando barreras físicas y sociales, la estimulación e integración sensorial, el asesoramiento en ocio y tiempo libre y, por último, la colaboración con colegios y otras instituciones públicas y/o privadas para el desarrollo de diversos programas pensados para mejorar la salud y la participación social de estos niños.
"Un terapeuta ocupacional emplea la actividad de forma terapéutica para la prevención de la enfermedad y/o la discapacidad, el mantenimiento de la salud, el alcance de los hitos del desarrollo no logrados o etapas esperables del desarrollo humano, y la rehabilitación de la funcionalidad perdida en las áreas de autocuidado, educativas, lúdicas y de ocio cuando existe algún tipo de dificultad en las destrezas de carácter motor, social, emocional, cognitivo y/o sensorial. En el caso de los niños, la actividad esencial es el juego, ya que, se crean programas enfocados a desarrollar las destrezas necesarias para vivir una vida plena y productiva", subraya Sabrina Valerio.
Principales campos de actuación del terapeuta ocupacional pediátrico
Los campos de actuación de cada terapeuta pueden variar según las necesidades de cada niño y su familia, aunque, en general, estos profesionales suelen enfocarse en estos ámbitos:
Atención temprana. Los terapeutas ocupacionales pediátricos pueden trabajar con niños desde el nacimiento hasta los 6 años de edad, con el objetivo de ayudar a los niños con retraso del desarrollo o discapacidades a alcanzar su máximo potencial.
Educación."Esta figura puede trabajar en escuelas con niños que tienen dificultades de aprendizaje, sensoriales, de atención o de comportamiento con la finalidad de ayudar a los niños a participar en el colegio y en todas las actividades que allí se realizan, alcanzando también sus objetivos académicos y de integración escolar. Asimismo, se puede trabajar de forma indirecta, brindando charlas a docentes o recomendando adaptaciones en las instalaciones para una mayor accesibilidad del niño", detalla la directora terapéutica general de los centros anda CONMiGO.
Rehabilitación. Estos profesionales suelen trabajar con niños que han sufrido una lesión o enfermedad con el fin de ayudarles a recuperar sus habilidades y destrezas y a volver a participar en sus actividades diarias.
Salud Mental. El día a día de los terapeutas ocupacionales pediátricos suele basarse en trabajar junto a niños que padecen una amplia gama de trastornos y condiciones como retrasos en el desarrollo, trastornos del espectro autista (TEA), lesiones cerebrales, discapacidades físicas, trastornos del aprendizaje o trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ayudándoles a mejorar su calidad de vida.
Integración Sensorial. "Desde terapia ocupacional, es posible ayudar a las personas a organizar y procesar las sensaciones que reciben del entorno. Esta intervención se basa en la teoría de la integración sensorial, que sostiene que la capacidad de un individuo para aprender, moverse y participar en actividades cotidianas depende de la forma en que su cerebro procesa la información sensorial", puntualiza Sabrina Valerio.
Psicomotricidad. Mediante el movimiento y el juego, el terapeuta ocupacional pediátrico propicia alcanzar las necesidades de desarrollo y funcionamiento, basándose en la interrelación entre el cuerpo, la mente y el entorno. Aunque las necesidades suelen variar según cada caso, a rasgos generales se procura desarrollar la conciencia corporal, mejorar la coordinación motora, desarrollar habilidades motoras gruesas y finas y habilidades sociales y emocionales y, por último, perfeccionar el equilibrio y la postura y la función cognitiva.
