Miguel Muñoz Rojo: "Es importante que las empresas confíen en los investigadores de este país"

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El investigador del ICMM-CSIC ha conseguido una de las prestigiosas ERC Consolidator Grant

Miguel Muñoz Rojo:

"La convocatoria europea requiere sacrificio y constancia", cuenta el científico.

Muñoz Rojo es un defensor de la cultura del esfuerzo y la constancia. Foto: Ángela R. Bonachera ICMM/CSIC

"Os agradezco a todos, tanto desde el CSIC central como desde el ICMM, el apoyo prestado durante este proceso. Me alegro mucho de contribuir al crecimiento de esta institución con este prestigioso proyecto y espero que salgan buenos resultados científicos". Así anunció Miguel Muñoz Rojo (Murcia, 1987), investigador en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, que le habían otorgado una de las prestigiosas ERC Consolidator Grant. Era principios de noviembre y el terremoto (y sus consecuencias) había empezado.

Ahora toca que el proyecto de este murciano, THERMO2DEAL, se ponga en marcha. El científico últimamente no para quieto ni un minuto, aunque lo lleva todo con la sonrisa constante. Hay que firmar muchos documentos, encauzar el camino, planear los primeros pasos y, por supuesto, trabajar. Trabajar mucho. Hablamos con él en un día que consigue sentarse unos minutos.

El proyecto en el que vas a trabajar gracias a la ERC Consolidator Grant se centra en la gestión del calor, ¿por qué esto es importante?

Algunos de los grandes retos de nuestra sociedad están relacionados con el consumo, la disipación y la pérdida de energía. La gestión apropiada del calor es fundamental para contribuir a superar estos retos. Una mejor gestión del calor permite que seamos capaces de mejorar aplicaciones tecnológicas, como la electrónica o los sistemas calóricos, y hacer más eficientes procesos de almacenamiento o de recuperación de energía.

¿Qué propones tú en esta área?

Para poder avanzar en el campo de la gestión del calor, tenemos que dotarlo de nuevas herramientas. Más concretamente, en el ámbito de materiales, los dispositivos térmicos de estado sólido que tenemos están limitados a resistencias y condensadores. Esto contrasta mucho con la riqueza de dispositivos electrónicos a nuestra disposición donde, además de estos elementos, podemos encontrar otros tales como transistores, interruptores o diodos. En la actualidad estamos viviendo un renacimiento térmico en el que algunos grupos a nivel mundial están intentando desarrollar estos dispositivos. En los últimos años, he dedicado gran parte de mi investigación a desarrollar y estudiar varios de estos dispositivos. Mi visión es contribuir a una nueva era de control térmico mediante el desarrollo de nuevos dispositivos térmicos que enriquezcan nuestras capacidades de gestión, almacenamiento y recuperación de energía.

¿Cuáles son los pasos que vas a empezar dando?

Esta ERC me va a permitir crear un grupo de trabajo para desarrollar un modulador térmico de estado sólido que gestione dinámicamente la temperatura de una batería. A través de este nuevo dispositivo térmico, se evitarán oscilaciones de temperatura en la batería, lo que mejorará tanto su funcionamiento como su vida útil.

Has estado varios años trabajando en esta propuesta, ¿cómo describirías el proceso?

Diría que es un reto. Es una convocatoria europea altamente exigente, lo que requiere sacrificio y constancia. Durante el proceso, mejoras y te conviertes en una persona más resiliente. El trabajo de los científicos para conseguir financiación no siempre está recompensado, lo que genera mucha frustración. Siempre se quedan propuestas muy interesantes por el camino. Sin embargo, creo que debemos acostumbrarnos a disfrutar del trayecto -y no solo del objetivo-, y tener fe en que más tarde o más temprano, de una forma u otra, podremos llevar a cabo esa idea por la que tanto hemos trabajado.

Tu paso por universidades y centros de investigación internacionales ha sido esencial para conseguirlo, ¿qué te aportó cada uno de ellos?

La semilla de esta propuesta surgió en la Universidad de Stanford, cuando trabajé allí como estudiante postdoctoral. Mi experiencia en Stanford me permitió vivir en una burbuja de conocimiento única y conocer la forma de trabajar de los campus americanos. En Holanda, cuando trabajaba como profesor en la Universidad de Twente, pude plasmar dicha idea en papel. Los holandeses me enseñaron sus grandes capacidades de gestión y de liderazgo. Fue después de mi incorporación al CSIC cuando dicha propuesta resultó exitosa. Volver al CSIC es siempre un distintivo de calidad y es un lugar ideal para desarrollar mi ERC. Durante todas estas fases, siempre hubo científicos, profesores y asesores que me apoyaron y me dieron su opinión y a los que estoy muy agradecido.

Con la Universidad de Twente, de hecho, continúas manteniendo una relación. ¿Cómo es?

Cuando decidí volverme a España, el departamento de ingeniería térmica de la Universidad de Twente buscó la forma de continuar colaborando juntos. En ese momento, obtuve un proyecto de la Fundación Nacional de Ciencia Holandesa (NWO) como investigador principal, lo que proporcionó la base perfecta para mantener dicha cooperación. En este proyecto sobre gestión de calor en baterías me encargo de coordinar a varios investigadores holandeses y a las empresas que forman parte del consorcio, siendo estas Philips, Thales, InnoEnergy y VDL. Dicha colaboración estará vigente hasta el final del año 2027 y esperamos poder alargarla a posteriori.

¿Qué dirías que aporta tu perfil europeo e internacional a esta clase de convocatorias?

Además de trabajar en las universidades que antes he mencionado, he tenido el privilegio de estudiar y trabajar durante mi carrera en centros de investigación y universidades de Berlín, Londres, Burdeos y Nueva York. Todo ello me ha permitido abrir mi mente, obteniendo una perspectiva global, a través de la cooperación con personas de múltiples culturas y conociendo centros de investigación con diferentes formas de trabajar. El crecimiento académico favorece una mejora como científico al mismo tiempo que permite comprender y gestionar mejor los grupos de trabajo multidisciplinares e internacionales.

¿Cómo enlazas tu trabajo de laboratorio con mantener una visión de lo que necesita la industria y del estado del tema a nivel internacional?

Las empresas necesitan investigadores que les proporcionen soluciones creativas para los problemas a los que se enfrentan. Por otro lado, los institutos de investigación y Universidades necesitan a las empresas para entender los retos reales más cercanos a los que nos enfrentamos y estar activos en las necesidades más próximas a la sociedad. Mantener y ampliar este ecosistema industria-empresa es esencial para poder estar a la vanguardia del desarrollo e innovación tecnológica. Es importante que las empresas confíen en los investigadores de este país y que nosotros establezcamos relaciones de confianza con ellos para asentar así los pilares de futuros proyectos en común.

¿Cómo planteas tus alianzas internacionales en este aspecto?

La cooperación internacional es esencial para la innovación. El aprendizaje con el exterior da sus frutos aplicándolo de forma creativa, cooperativa y multidisciplinar, contando siempre con la solidez de los conocimientos presentes y de todos aquellos compañeros cuyas aportaciones complementarias ayudan al éxito del proyecto.

Hablemos un poco de la persona detrás del científico. Supongo que pasar cuatro años trabajando en un proyecto que no sabes si saldrá desgasta mucho, ¿cuál dirías que es el truco?

El truco es el equilibrio. La vida, al igual que la carrera profesional, no es siempre un camino de rosas. Muchas de las circunstancias que rodean este camino no se pueden controlar, pero sí depende de nosotros cómo gestionarlas. Desarrollar una buena inteligencia emocional para disfrutar lo mejor posible de la vida permitirá que ese desgaste sea menor y que el éxito profesional no sea un objetivo en sí mismo.

El apoyo de la familia supongo que es esencial en estos casos

La familia lo es todo. Son nuestros compañeros de viaje más importantes y con quienes debemos disfrutar el camino. Ellos son partícipes de nuestros éxitos y son nuestro apoyo durante las dificultades.

¿Qué lecciones has aprendido de todo este proceso?

Creo en la cultura del esfuerzo y la constancia, guiada por la generosidad y la ética profesional como base fundamental para conseguir nuestros objetivos. En el caso de que el objetivo no se alcance, esto no debe verse como un fracaso, sino como una oportunidad de aprendizaje. En el ámbito de propuestas científicas, ese esfuerzo generalmente se ve recompensado por el sistema de alguna forma. Mantener la fe para desarrollar la idea que concebimos debe ser nuestra fuerza motriz.

¿Te verías capaz de dar algún consejo a alguien que quiera ir a por una ERC o alguna otra propuesta tan competitiva como esta?

Lo más importante es la generación de una idea altamente innovadora. Es esencial discutirla con los compañeros de profesión y contrastarla con la bibliografía actual para pulir así los pequeños detalles y mejorarla. Además, es importante estar bien establecido en el campo y generar datos preliminares para asegurar el éxito del proyecto. 

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