
Determinar el valor real de una organización es una tarea compleja, que requiere de un análisis profundo de múltiples factores. Ya sea para una compraventa, una fusión, o simplemente para entender el potencial de crecimiento, la valoración de empresas es un paso clave para tomar decisiones estratégicas.
Lo primero que hay que contemplar es que el VALOR y el PRECIO son conceptos totalmente distintos. En palabras de Warren Buffet, uno de los mayores inversores y empresarios estadounidenses: “Un PRECIO es lo que pagas, y un VALOR es lo que recibes”.
Por consiguiente, la VALORACIÓN de una empresa intenta encontrar un valor justificable de una empresa, mientras que el PRECIO es la cantidad que el comprador y el vendedor acuerdan para el traspaso de la propiedad.
Como en todo proceso de negociación, el concepto de valor varía dependiendo de cada parte implicada en la compra-venta. Para el comprador el valor será el máximo que estaría dispuesto a pagar, y para el vendedor, el mínimo que estaría dispuesto a vender. Por esto, contar con un informe de valoración de empresa como los que realiza Consultoría Financiera ayuda en este proceso estableciendo un máximo y un mínimo justificables. A partir de este punto el precio final dependerá de las negociaciones y argumentos entre las partes interesadas.
De acuerdo con José Palomino, de Consultoría Financiera, "la valoración de empresas no es solo un número en un informe. Es una herramienta clave para entender dónde se encuentra la empresa y cómo puede aprovechar su valor en el futuro".
Contrariamente a lo que pueda creerse, un proceso de valoración de empresa NO ESTABLECE un “Valor de la empresa” (valor de mercado de los activos de la empresa) sino un valor de los “Fondos propios” (valor de mercado de las participaciones de la empresa, o sea, de la propiedad). La diferencia reside en que al valor de la empresa se le tendrá que deducir las deudas financieras (generalmente con bancos) para llegar al valor de los fondos propios o de las participaciones o acciones, según el caso de cada empresa, que es el fin último de este proceso.
¿Cuándo es necesaria una valoración empresarial?
Aunque muchas empresas solo consideran este servicio en situaciones extraordinarias, como la venta del negocio o la búsqueda de inversión, la realidad es que toda empresa debería conocer su valor en el mercado. En escenarios comunes como la compraventa de empresas, la búsqueda de financiación, procesos de fusión o adquisición o reestructuracciones empresariales, conocer el valor de la empresa permite tomar decisiones informadas y definir estrategias que maximicen el valor del negocio.
Un recurso clave para el crecimiento estratégico
La valoración de empresas, más allá de los casos de compraventa empresarial, es una herramienta estratégica muy útil para cualquier entidad, que permite identificar áreas de mejora y oportunidades de crecimiento. Una evaluación profesional permite a los empresarios tomar decisiones basadas en datos, reducir riesgos y planificar con mayor claridad.
Además, contar con una valoración bien fundamentada puede abrir la puerta a nuevas oportunidades, desde captar socios estratégicos hasta acceder a financiamiento en condiciones más favorables.
En conclusión, la valoración de empresas es mucho más que un trámite; es una inversión que aporta claridad, confianza y dirección a cualquier organización. Ya sea para planificar el futuro, negociar con terceros o maximizar el potencial del negocio, contar con un servicio profesional de valoración puede marcar la diferencia entre estancarse o avanzar con paso firme en el mercado.