Mayo 2025. En un mundo saturado de promesas vacías, tendencias pasajeras y soluciones milagro, hay profesionales que marcan la diferencia. Una de ellas es Jenifer Alonso, facialista de referencia para algunas de las actrices más influyentes del momento, y fundadora del centro Infinittime, ubicado en Salamanca. Su nombre resuena cada vez con más fuerza en el sector de la belleza no por el ruido, sino por los resultados visibles, el trato humano y su filosofía firme:
"Cuidar la piel desde el conocimiento, no desde la urgencia."
Jenifer no sigue modas, las desmonta. Formada en estética avanzada y especializada en diagnóstico facial, ha construido una carrera basada en la observación, el estudio profundo de la piel y un acompañamiento honesto que muchas celebrities ya consideran imprescindible. Silvia Alonso, Susana Abaitua, Ingrid García Jonsson, Macarena García, Victoria Luengo, Valentina Zenere o Anna Castillo, son solo algunas de las actrices que confían en sus manos, no solo por su técnica, sino por su capacidad de escuchar y adaptar cada protocolo a la piel real de cada mujer.
Su centro, Infinittime, es mucho más que un espacio de estética: es un refugio donde se baja el volumen del mundo exterior para escuchar lo que la piel necesita. Allí, cada tratamiento parte de un diagnóstico personalizado que tiene en cuenta no solo el estado cutáneo, sino también los ritmos de vida, el descanso, el estrés o los hábitos diarios. Para Jenifer, la piel no es un lienzo que embellecer, sino un órgano que cuidar con fundamento.
Su objetivo es claro: devolver el valor al acompañamiento profesional en una época donde cualquiera recomienda sin criterio. "Es fundamental educar sobre la piel, comprenderla y respetarla. No podemos seguir confiando en consejos superficiales de las redes sociales. Una rutina solo será efectiva si está personalizada. La piel es un órgano vivo, muy sensible a factores psicosomáticos, que requiere orientación constante y experta", afirma.
Con una agenda cada vez más demandada, pero con los pies firmes en la tierra, Jenifer sigue apostando por una belleza pausada, consciente y profunda. Su lema no es solo una frase bonita: es una declaración de principios. Y quizá por eso, en un sector cada vez más superficial, ella se ha convertido en algo mucho más valioso: una guía de confianza.
