En los últimos años, la salud mental ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una preocupación prioritaria dentro del ámbito laboral. Los trastornos psíquicos ya no se consideran problemas individuales, sino una causa real y frecuente de incapacidad laboral reconocida por la Seguridad Social. En la Región de Murcia, esta realidad se hace cada vez más patente, con un crecimiento sostenido de solicitudes de incapacidad permanente vinculadas a patologías como la depresión, el trastorno de ansiedad generalizada o los cuadros mixtos de ansiedad y depresión.
La presión en el entorno laboral, la precariedad en algunos sectores, la falta de conciliación y el impacto de fenómenos como el burnout están generando consecuencias graves que muchas veces impiden al trabajador seguir desempeñando su profesión con normalidad.
Una tendencia que crece en los municipios murcianos
Murcia capital, Cartagena, Lorca, Molina de Segura, Alcantarilla y Yecla son algunos de los municipios donde esta problemática se manifiesta con más intensidad. Profesionales de la educación, personal sanitario, empleados del sector servicios y trabajadores autónomos acuden con más frecuencia a consultas psicológicas o psiquiátricas. Muchos de ellos, tras un proceso de baja médica prolongada, terminan iniciando una solicitud de incapacidad permanente cuando no existe una expectativa real de recuperación.
En la actualidad, los informes médicos que acompañan este tipo de expedientes suelen documentar cuadros clínicos serios: trastorno bipolar con descompensaciones frecuentes, trastornos de la personalidad, depresión mayor resistente al tratamiento o ansiedad crónica con síntomas incapacitantes. Estos diagnósticos, si bien tienen origen psiquiátrico, se valoran desde una perspectiva funcional: es decir, en qué medida afectan a la capacidad laboral del afectado.
¿Cuándo puede considerarse que una enfermedad mental justifica una incapacidad?
No toda afección psicológica o emocional da lugar a una pensión de incapacidad. La Seguridad Social exige, como criterio general, que el trabajador no pueda desarrollar con un mínimo de eficacia ni su profesión habitual ni, en determinados casos, ningún tipo de empleo. Esto se evalúa a través de informes clínicos, evoluciones médicas, historiales de tratamientos y, especialmente, a través de la valoración del Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI).
La incapacidad puede ser total (cuando se pierde la capacidad para el trabajo habitual), absoluta (para todo tipo de profesión) o, en los casos más extremos, gran invalidez. En muchas solicitudes relacionadas con salud mental, se concede la modalidad absoluta, especialmente cuando el paciente presenta deterioro cognitivo, alteraciones graves del ánimo, trastornos psicóticos persistentes o ideación suicida recurrente.
La Ley General de la Seguridad Social, en su artículo 194, contempla la incapacidad permanente absoluta cuando el trabajador queda inhabilitado por completo para todo tipo de profesión, algo habitual en cuadros de salud mental severos.
La importancia de un buen acompañamiento legal
Solicitar una incapacidad laboral por motivos psicológicos implica una carga probatoria importante. No basta con padecer una enfermedad; hay que demostrar su impacto real y permanente sobre la vida profesional del afectado. Aquí entra en juego la figura del abogado especialista en incapacidad laboral, cuya intervención resulta determinante para orientar correctamente la solicitud desde el inicio, acompañar al cliente en cada fase del procedimiento y defender sus derechos ante posibles negativas del INSS.
Muchos despachos especializados ya han tramitado con éxito expedientes complejos en los que, a simple vista, no parecía evidente la imposibilidad de trabajar. Sin embargo, gracias a una adecuada estrategia legal y a la recopilación de pruebas clínicas contundentes, se logró el reconocimiento de la pensión. En estos casos, el trabajo conjunto entre médico y abogado marca la diferencia.
En procedimientos complejos, puede ser clave contar con un informe pericial psiquiátrico independiente que refuerce los argumentos ante el EVI o, en su caso, en sede judicial.
Prevenir, atender y acompañar: el reto de visibilizar la salud mental en el trabajo
Una de las claves para reducir el sufrimiento y las bajas de larga duración pasa por una mayor implicación de las empresas, instituciones públicas y servicios de prevención. La detección precoz, la intervención psicológica adecuada y la adaptación del entorno laboral pueden evitar la cronificación de muchos casos. Sin embargo, cuando la recuperación no es viable, es esencial que los trabajadores conozcan que la ley contempla su situación y que existen mecanismos para protegerlos económicamente a largo plazo.
La Región de Murcia, al igual que otras comunidades, no es ajena a esta tendencia creciente. La sensibilización social, junto al respaldo profesional, contribuye a dignificar el proceso y a que cada vez más personas puedan encontrar una solución legal y humana ante una situación de verdadera dificultad.
