Un estudio realizado en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) pone de manifiesto las luces y las sombras de la digitalización en el ámbito sanitario: mayor precisión de prescripción y reducción de los errores administrativos, pero también, mayor carga administrativa, ralentización de la atención asistencial y falta de formación.
Se ha llevado a cabo con más de 500 profesionales sanitarios de diferentes categorías en colaboración con el Consejo General de Enfermería
Es imprescindible preservar la dimensión humana de la atención al paciente. Sin cuestionar los beneficios tecnológicos, es necesario mantener el vínculo profesional-paciente como eje central del ejercicio clínico.
Es una de las principales conclusiones del estudio “Digitalización, cambios en las ocupaciones y nuevas competencias en el sector hospitalario en España”, que ha realizado el Observatorio de Competencias Digitales y Empleo, impulsado por la IMANcorp FOUNDATION, y el Grup de Recerca, Educació i Treball (GRET) de la Universitat Autònoma de Barcelona, con más de 500 profesionales de distintas categorías laborales del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, en colaboración con el Consejo General de Enfermería. La investigación tenía como objetivo analizar la salud digital actual en el entorno hospitalario y valorar su impacto en los profesionales del sector, además de ofrecer una visión analítica sobre las tensiones, desigualdades y nuevas dinámicas generadas por los procesos de digitalización sanitaria.
El informe final del estudio, liderado por la investigadora Hanna Valerio y asesorado por del Dr. Rafel Merino, sociólogo y responsable del Grup de Grup de Recerca, Educació i Treball (GRET) de la Universitat Autònoma de Barcelona, se presentó recientemente en Barcelona ante un nutrido grupo de especialistas del sector, quienes proporcionaron su punto de vista.
Las conclusiones son claras: la digitalización avanza, pero no siempre en la dirección adecuada.
Y es que no es lo mismo hablar de digitalización que hablar de transformación digital real. La incorporación de tecnología debe ir acompañada de cambios en los procesos, en la cultura organizativa y en la manera de formar y reconocer a los profesionales.
Una sanidad a dos velocidades
Aunque se habla mucho de innovación tecnológica en hospitales, el estudio revela una realidad desigual: centros hiperconectados conviven con otros sin acceso básico a herramientas como la telemedicina o la robótica quirúrgica. “Tenemos hospitales del siglo XXI y otros del siglo XX compartiendo sistema”, señala el Dr. Merino.
Además, en un país con 17 sistemas de salud, compartir datos sigue siendo una utopía. Sin historia clínica compartida ni conexión real entre atención primaria, especializada y sociosanitaria, hablar de transformación digital es aún prematuro.
Tal como indicó Paloma Repilla, adjunta a la secretaría General de acción Sindical del sindicato SATSE, la interoperabilidad de datos en un mismo centro o entre centros de toda España es fundamental ya que supone un importante beneficio de cara al paciente y evita la duplicidad de información, con la consecuente inversión de horas que conlleva.
Brechas en las competencias digitales y alta polarización por categorías
Aunque existe una creciente integración de tecnologías en la práctica hospitalaria, persisten importantes disparidades en el nivel de competencias entre categorías profesionales y según la función desarrollada.
A nivel global, la digitalización ha penetrado sobre todo en aspectos como la mensajería, los historiales de los pacientes y los procesos administrativos.
Si entramos en el terreno de mayor especialización, se aprecia una mayor diferencia por categorías laborales. Mientras que la mayoría de los médicos y enfermeras presentan un nivel de preparación digital medio-alto, aquellas categorías de asistencia directa o que ejercen trabajo físico y manual, apenas disponen de recursos ni formación en este ámbito.
Pero también, dentro de cada categoría encontramos personas “tecnofílicas” y personas “tecnofóbicas”. La edad también es un factor que influye claramente, pero no siempre es el único.
Transformación de perfiles y tareas
La digitalización está modificando los roles tradicionales y está redibujando fronteras profesionales, generando tensiones internas y transformando profundamente el día a día del personal sanitario. Se demandan nuevas competencias transversales y se redefine la organización del trabajo en los centros, lo que supone un impacto en la práctica clínica diaria.
La incorporación de tecnología ha supuesto un incremento en las tareas administrativas, especialmente para médicos y enfermeras, hecho que genera percepciones opuestas: mientras algunos profesionales sienten que les facilita su trabajo, otros consideran que se desvirtúa su labor asistencial. Además, existe una clara desconexión entre el diseño de las soluciones digitales y las necesidades reales de los profesionales ya que, a menudo, se crean los programas sin contar con su opinión. Por ello reclaman poder formar parte de este proceso de diseño para “crear tecnología facilitadora e inspiradora”, afirma Paloma Repilla.
Formación digital insuficiente y poco alineada con la práctica
Se identifica una demanda generalizada de programas de formación continua en competencias digitales, adaptados a las necesidades específicas del personal sanitario. La mayoría de los profesionales adquieren competencias digitales gracias a la práctica diaria, ya que la oferta formativa institucional no suele incorporar la referente a cuestiones digitales.
Además, existe una evidente falta de recursos destinados a este tipo de preparación, por lo que los profesionales demandan que las instituciones apuesten por una formación continuada, de calidad y bien planificada.
A nivel universitario o de formación profesional del ámbito sanitario, se están introduciendo asignaturas sobre transformación digital en los planes de estudios, pero no son suficiente ya que el alumnado no las percibe como interesantes para su formación. Por ello, es necesario hacer un replanteamiento de estos contenidos que se imparten y adecuarlos a la demanda informativa real.
La directora del Institut FP Vall d'Hebron reclama que los hospitales deben ir más allá de ser meros receptores de estudiantes en prácticas, y asumir un rol más activo en la formación. Esto implica, por ejemplo, ceder el uso de aplicaciones o software clínico que permitan una enseñanza más realista y conectada con los entornos digitales que el alumnado encontrará en su futura vida profesional.
Un claro ejemplo de ello es el examen MIR, una prueba que todavía no ha sido digitalizada. “Por curiosidad, introduje las preguntas del examen MIR de este año en chat GPT y obtuvo la posición 444” afirma el Dr. Salvador Navarro, Decano de la Facultad de Medicina de la UAB.
En un contexto marcado por la aceleración tecnológica y los desafíos crecientes de los sistemas de salud, la transformación digital del sector hospitalario se ha convertido en una prioridad estratégica.
Este estudio invita a repensar la digitalización más allá de la incorporación de herramientas, proponiendo una visión integrada que contemple organización, formación, gobernanza y condiciones laborales. La transformación digital requiere más que tecnología: necesita estrategia, formación adecuada y una cultura institucional que sitúe al profesional y al paciente en el centro.
