El verano se consolida como una de las mejores épocas del año para que niños y jóvenes desarrollen nuevas habilidades, refuercen su aprendizaje y vivan experiencias transformadoras. Desde la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (ASEPROCE), se observa un crecimiento sostenido en la demanda de programas educativos estivales, especialmente aquellos orientados a la inmersión lingüística, los campamentos temáticos y las estancias académicas especializadas.
"Cada vez más familias entienden el verano no solo como una pausa escolar, sino como una oportunidad de crecimiento personal, lingüístico y social para sus hijos", afirma Pablo Martínez de Velasco, presidente de ASEPROCE. "Los programas de calidad que ofrecemos desde la asociación garantizan experiencias seguras, formativas y altamente enriquecedoras."
Idiomas en el extranjero: la inversión más demandada
Los cursos de idiomas en el extranjero siguen siendo la opción estrella. Reino Unido, Irlanda, Canadá y Estados Unidos se mantienen como los destinos preferidos, aunque también crece el interés por países como Francia, Alemania o Corea del Sur, además de Australia, Nueva Zelanda y Malta.
"Más allá del aprendizaje del idioma, estas estancias fomentan la autonomía, la integración intercultural y la adaptación a entornos nuevos, algo que será fundamental en su futuro académico y profesional", añade Martínez de Velasco.
Summer Camps temáticos: formación con diversión
Los campamentos de verano han evolucionado hacia fórmulas cada vez más especializadas. A la oferta tradicional en naturaleza o deportes, se suman propuestas centradas en la ciencia, la tecnología, el arte o el emprendimiento, muchas de ellas impartidas en inglés.
"Estos programas permiten a los jóvenes desarrollar talentos específicos en un entorno lúdico y seguro, mientras practican otro idioma y mejoran sus habilidades sociales", señala el presidente de ASEPROCE. Los campamentos urbanos también han ganado protagonismo, especialmente entre familias que no pueden planificar estancias largas fuera de casa.
Programas preuniversitarios: explorar el futuro desde el presente
Otra tendencia al alza son los programas preuniversitarios en campus internacionales, dirigidos a adolescentes de entre 15 y 18 años. Estos cursos permiten a los jóvenes experimentar la vida universitaria, asistir a clases de introducción a carreras como medicina, derecho o negocios, y mejorar su inglés académico.
"Muchos estudiantes regresan con una idea más clara sobre sus intereses y capacidades, y con una valiosa experiencia de independencia y responsabilidad", apunta Martínez de Velasco, de ASEPROCE.
Una apuesta por el desarrollo integral
Además, estudiar en verano no implica solo adquirir conocimientos académicos, sino vivir una experiencia formativa completa. Los programas gestionados por las organizaciones miembros de ASEPROCE cumplen con estándares de calidad, seguridad y seguimiento, lo que da confianza a las familias a la hora de tomar esta decisión.
"Desde ASEPROCE promovemos experiencias educativas de verano que marquen positivamente a los jóvenes. Porque no se trata de adelantar contenido escolar, sino de formar personas más seguras, abiertas y preparadas para el mundo que les espera", concluye el presidente de la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero.
