Empezar una startup es mucho más que desarrollar un producto o conseguir inversión. Desde el primer momento, cada paso tiene implicaciones legales que conviene conocer y controlar. Ignorar esta parte puede suponer complicaciones futuras difíciles —y costosas— de resolver. Por eso, contar con un buen asesoramiento legal para startups no solo es recomendable: es parte esencial del proyecto.
Un despacho especializado en entornos tecnológicos y empresariales puede ayudarte a tomar decisiones jurídicas y estratégicas, adaptadas al tipo de empresa que estás construyendo y al ritmo al que necesitas avanzar.
La estructura legal: elegir bien desde el principio
Uno de los primeros pasos es decidir qué forma jurídica va a adoptar la empresa. La más habitual es la Sociedad Limitada (SL), pero dependiendo del tipo de actividad, la proyección internacional o el número de socios, podría ser más adecuada una estructura diferente.
Constitución de la sociedad
Este proceso incluye la redacción de estatutos, el registro en el Registro Mercantil y la obtención del NIF. Aunque puede parecer un trámite sencillo, la redacción de los estatutos influye directamente en cómo se gobierna la empresa. Detalles como el número mínimo de socios para tomar decisiones importantes o los derechos de arrastre y acompañamiento deben definirse con claridad.
Pacto de socios
El pacto de socios es un documento privado que regula las relaciones internas entre los fundadores. Sirve para prevenir conflictos y establece normas claras sobre cómo se toman decisiones, qué ocurre si uno de los socios abandona la empresa o cómo se reparten beneficios. Es un documento fundamental que no debe improvisarse.
Protección legal del producto y del modelo de negocio
Toda startup tiene activos intangibles que conviene proteger desde el inicio. Esto incluye tanto la marca como el código fuente, los diseños, las bases de datos o los contenidos de la web.
Propiedad intelectual y registro de marca
Registrar la marca permite evitar usos no autorizados por parte de terceros. Además, es importante estudiar si hay elementos que puedan ser registrados como propiedad intelectual o industrial, como algoritmos, tecnologías o productos específicos.
Condiciones legales en entornos digitales
Las startups que operan online deben cumplir con la legislación vigente: aviso legal, política de privacidad, uso de cookies y condiciones generales de contratación, entre otros. Estos textos deben estar adaptados a la actividad de la empresa y a la normativa europea, especialmente en lo relativo a protección de datos (RGPD).
Escalabilidad jurídica: inversión y crecimiento internacional
A medida que una startup crece, las necesidades legales evolucionan. Rondas de inversión, expansión a nuevos países o contratación de personal internacional son aspectos que requieren un enfoque legal adaptado. Un despacho con experiencia en internacionalización puede anticipar estos pasos y garantizar que todo se haga conforme a la ley, tanto dentro como fuera del país.
Un buen asesoramiento legal no retrasa el crecimiento. Lo hace posible con garantías.
