Según una encuesta, más del 60 % de los expatriados son mujeres: el nuevo rostro de la movilidad internacional
La movilidad internacional ha adquirido un nuevo protagonismo: el femenino. Los datos del Informe Global de Movilidad 2025, publicado por Crown World Mobility, revelan que el 61 % de los expatriados actuales son mujeres, un cambio histórico en un panorama que, durante décadas, ha estado dominado mayoritariamente por hombres.
Este crecimiento apunta a un coraje silencioso y, a menudo, invisible. Mudarse a otro país para asumir un nuevo cargo o reto profesional exige más que competencia técnica, es un salto emocional, social y psicológico. Y, en este escenario, las mujeres se han destacado no solo por su capacidad de adaptación, sino por su resiliencia ante barreras aún poco discutidas dentro de las empresas.
“Cuando hablamos de mujeres expatriadas, también nos referimos a toda la carga emocional que las acompaña: la culpa materna por dejar a sus hijos, la ausencia de una red de apoyo en un nuevo país, los retos culturales y las barreras de género que también se acentúan fuera de su entorno de origen”, afirma Luciane Rabello, directora general de TalentSphere People Solutions.
A pesar de la creciente presencia femenina en los programas internacionales, muchas organizaciones siguen sin ofrecer el apoyo adecuado. La ausencia de políticas estructuradas de acogida emocional y psicológica puede convertir una oportunidad profesional en una fuente de malestar.
En España, país con una fuerte presencia de profesionales expatriados de América Latina, esta realidad también está presente. La demanda de talento global crece, y las empresas que desean atraer y retener a profesionales mujeres deben replantearse sus políticas.
“Las iniciativas que incluyen acompañamiento psicológico, grupos de apoyo, ayuda en la adaptación cultural y apoyo familiar no son un diferencial, son una necesidad. El éxito de una expatriada está directamente relacionado con la forma en que es acogida en el nuevo país”, destaca Luciane.
Más que valentía, lo que las mujeres han demostrado al ocupar este espacio es protagonismo. Ahora corresponde a las organizaciones acompañar este movimiento con responsabilidad y empatía, reconociendo que un cambio en el país es también un viaje interno, y que nadie debe atravesarlo solo.
