El incendio forestal declarado la tarde del 17 de julio en Méntrida (Toledo), que se extendió hacia la Comunidad de Madrid y ha afectado a más de 3.000 hectáreas de pasto y superficie agroforestal, se encuentra perimetrado y en fase de control tras la intervención coordinada de los servicios de extinción de Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y medios estatales. Desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural (COITF), se advierte que estos incendios no son casos aislados, sino el reflejo de una emergencia estructural agravada por la falta de gestión forestal, el abandono rural y el cambio climático.
Se trata del noveno Gran Incendio Forestal (GIF) registrado en España en 2025, según recuentos técnicos recopilados a 17/07/2025. Los GIF, que representan menos del 1% de los siniestros, pero arrasan más del 60% de la superficie quemada, se alimentan de masas vegetales sin uso, sin aprovechamiento y sin planificación. Para el COITF, es urgente pasar de políticas reactivas de extinción a estrategias estructurales de prevención, planificación y gestión del territorio.
Propuestas urgentes del COITF ante esta crisis forestal estructural:
Ejecutar gestión activa en al menos el 1% de la superficie forestal nacional cada año. La superficie forestal supone el 56% del territorio español; gestionar activamente al menos un 1% anual es el mínimo para evitar el colapso ecológico, económico y social de los montes.
Aumentar la inversión estable en prevención, planificación y gestión forestal efectiva, con un mínimo de 100 €/ha/año (unos 3.000 millones de euros, ~0,18% del PIB), como establece la Estrategia Forestal Española. Una cifra asumible con alto retorno en empleo, ahorro en extinción y activación de recursos forestales.
Fomentar la bioeconomía rural mediante el impulso de aprovechamientos sostenibles, empleo verde y servicios ecosistémicos.
Integrar el riesgo de incendios en la planificación urbanística, con especial atención a las zonas de interfaz urbano-forestal, donde la exposición y vulnerabilidad al fuego son significativamente mayores. Para ello, se requiere un apoyo institucional claro y continuado, respaldado por una dotación presupuestaria adecuada que haga posible la implantación y mantenimiento efectivo de los planes de autoprotección. Asimismo, resulta esencial brindar apoyo técnico y financiero a los Ayuntamientos, especialmente en la ejecución de planes de prevención y gestión del riesgo en áreas periurbanas, reforzando así la resiliencia local frente a los incendios forestales
Reconocer y tratar a los montes como infraestructuras verdes esenciales para la seguridad, la economía y el equilibrio ecológico del país, tal y como reconoce la Ley de Montes.
El COITF insiste en que los incendios no se combaten solo con medios de extinción: se previenen durante todo el año mediante una gestión activa, técnica y profesional. Además, denuncian que la narrativa dominante invisibiliza el problema estructural y desactiva el compromiso político y social necesario para afrontarlo.
“Un monte gestionado no arde. Un monte rentable se cuida. El verdadero ecologismo del siglo XXI se basa en la acción, la ciencia y el compromiso con el territorio”, destacan desde el COITF.
No es solo un problema ambiental, es un problema de seguridad nacional. La realidad es clara: la prevención no es cara, lo caro es no hacer nada. Cada euro invertido en gestión forestal retorna en empleo, ahorro en extinción y protección frente a catástrofes.
Desde la organización se hace un llamamiento a las administraciones, medios de comunicación y ciudadanía a asumir esta realidad con responsabilidad y visión de futuro.
