Fairmont La Hacienda Costa del Sol, uno de los destinos más exclusivos del sur de Europa, amplía su universo sensorial con dos nuevas piezas clave: un SPA y un centro de reuniones concebidos por el estudio español daar Arquitectura. Lejos de ser meros añadidos, estos espacios profundizan en la identidad del resort, consolidando su propuesta como enclave de lujo donde el diseño, la naturaleza y el bienestar conviven con una elegancia sin estridencias.
Una arquitectura que acompaña el ritmo del mar
El SPA emerge como una coreografía fluida entre el paisaje y el placer. Diseñado como una secuencia de experiencias, comienza su jornada con la serenidad de un desayuno junto al sonido de las olas y se transforma al atardecer en un lugar de encuentro animado por DJs, cócteles y una atmósfera sofisticada. Su estructura abierta, el juego de sombras móviles y el uso de materiales naturales —madera, piedra, tejidos crudos— permiten una conexión orgánica con el entorno, invitando a habitar el espacio sin rigideces. Todo fluye: lo gastronómico, lo sensorial, lo emocional.
A unos pasos del mar, el nuevo centro de reuniones se aleja del imaginario convencional. Pensado para inspirar más que para imponer, despliega una arquitectura flexible que se adapta a distintas escalas y formatos: desde una reunión íntima hasta una celebración corporativa. Madera de roble, muros móviles, luz natural cuidadosamente filtrada... Cada elemento contribuye a generar un ambiente donde las ideas circulan con libertad, potenciadas por una integración visual con el paisaje que multiplica la sensación de apertura y serenidad.
Diseñar desde el lugar, no sobre él
"Desde el inicio, quisimos que estos espacios dialogaran con el entorno en lugar de dominarlo", explica David González, socio fundador de daar Arquitectura. "La arquitectura debía facilitar la experiencia, no dirigirla. Por eso pensamos cada elemento para que el clima, la luz y las personas fueran los verdaderos protagonistas".
Esta filosofía se traduce también en una estrategia de sostenibilidad tangible, alineada con los valores de todo el complejo: orientación bioclimática, ventilación cruzada, uso de materiales locales y técnicas constructivas tradicionales que refuerzan la eficiencia energética sin comprometer la estética.
Lía Sainz, directora de proyectos en daar, lo resume así: "El SPA está concebido para que las sombras, el sonido, la textura de los suelos inviten a la calma y al disfrute. El centro de reuniones, por su parte, se articula desde la claridad, la proporción y el confort. En ambos, cada decisión está pensada para generar bienestar".
Con esta intervención, Fairmont La Hacienda no solo suma espacios: profundiza en su manera de entender el lujo contemporáneo.
