Durante los meses de verano, millones de personas disfrutan de las playas, convirtiéndolas en espacios de ocio, pero también en puntos críticos de acumulación de residuos plásticos de un solo uso. Ante esta problemática, Roll’eat propone un gesto simple y transformador: llevar envoltorios reutilizables que reduzcan el impacto ambiental de nuestros picnics y comidas al aire libre.
“Pasamos horas en la playa, pero muchas veces no somos conscientes de todo lo que dejamos atrás. Si cambiamos los envoltorios de un solo uso por opciones reutilizables, damos un paso real hacia un entorno más limpio”, señala Meritxell Hernández, CEO y fundadora de Roll’eat.
En pleno verano, las playas españolas reciben a más de 10 millones de visitantes mensuales. Sin embargo, esta temporada alta también implica un aumento exponencial de residuos, sobre todo derivados del consumo de alimentos en envases desechables: papel de aluminio, film transparente, bolsas tipo zip y envases de snacks, entre otros.
Roll’eat, empresa española líder en soluciones reutilizables para la alimentación, quiere inspirar un cambio de hábitos veraniegos. Su propuesta es sencilla: reemplazar los envoltorios desechables por productos como Boc’n’Roll o Snack’n’Go, prácticos, higiénicos y sostenibles.
Sostenibilidad práctica en la bolsa de playa
La apuesta de Roll’eat no es solo por un producto, sino por una manera diferente de consumir. Gracias a su diseño versátil, los envoltorios de Roll’eat sirven como mantel, son lavables, ocupan poco espacio y pueden reutilizarse más de 200 veces.“Queremos que la sostenibilidad acompañe también los momentos de ocio. No se trata de renunciar, sino de elegir mejor: un picnic en la playa puede seguir siendo delicioso, pero sin dejar huella”, añade Hernández.
Además, los diseños de Roll’eat conectan con todos los públicos: desde familias con niños hasta jóvenes comprometidos con el consumo responsable. Con una producción de proximidad, la marca pone en valor el diseño sostenible hecho en Barcelona.
Un verano sin residuos es posible
Usar envoltorios reutilizables en la playa es mucho más que un gesto individual. Cuando se convierte en hábito colectivo, tiene un gran impacto ambiental. Reducir los residuos plásticos en zonas naturales es clave para proteger la biodiversidad marina y mantener los espacios públicos limpios y saludables. “Cada envoltorio que no llega a la arena o al mar es una victoria. Con pequeñas decisiones cotidianas podemos crear un verano más consciente y respetuoso”, afirma la fundadora de Roll’eat.
Un pequeño gesto, un gran cambio
Este verano, Roll’eat lanza un mensaje a familias, jóvenes y amantes del mar: convertir sus escapadas a la playa en experiencias verdaderamente sostenibles. Porque disfrutar del entorno también implica cuidarlo. “Incluir un envoltorio reutilizable en la bolsa de playa es una forma de compromiso que se vive, se comparte y se transmite. Es el tipo de educación que creemos necesaria: práctica, tangible y cotidiana”, concluye Hernández.
