Cada año en España se registran cerca de 500 brotes alimentarios, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Más de la mitad, de acuerdo con la Organización Colegial Veterinaria (OCV), podrían evitarse aplicando unas sencillas normas de manipulación y conservación. En verano, el calor multiplica el riesgo: una botella de agua reutilizada y expuesta al sol o una fruta cortada que pasa horas sin frío pueden arruinar un día de playa o piscina.
Con más de 35 años de experiencia en restauración colectiva y un equipo experto en nutrición y dietética, Colectividades Antonia Navarro traslada a los hogares las pautas de seguridad alimentaria que aplica en sus cocinas profesionales. Su responsable de sanidad, Olga Rojo, advierte: "El calor es un riesgo que tenemos muy presente. Entre 30 y 40 °C las bacterias como Salmonella, Escherichia coli o Listeria monocytogenes encuentran las condiciones perfectas para multiplicarse".
Uno de los errores más habituales, señala Rojo, es reutilizar botellines de plástico o botellas abiertas, sobre todo si han estado al sol: "Las bacterias presentes en la boca pueden quedarse en el interior y, con las altas temperaturas, multiplicarse rápidamente, alterando el sabor y el olor del agua y volviéndola insegura". También es frecuente dejar que los alimentos frescos pasen demasiado tiempo fuera del frigorífico, tanto durante la compra como en salidas al aire libre: "Muchos productos empiezan a deteriorarse antes de llegar a casa si no se respeta la cadena de frío".
Cinco reglas de oro para un tupper seguro
1 Mantener los alimentos bien tapados y separados para evitar contaminaciones cruzadasTapar los alimentos evita que entren bacterias del exterior y que se mezclen olores o sabores. Además, mantenerlos separados —por ejemplo, carnes de verduras o alimentos crudos de los ya cocinados— reduce el riesgo de que microorganismos de un producto contaminen a otro.
2 Guardar el tupper en contacto directo con hielo o acumuladores de fríoEl frío es el principal aliado para frenar el crecimiento bacteriano. Colocar el tupper junto a placas o bolsas de hielo en una nevera portátil mantiene la temperatura por debajo de 5 °C durante más tiempo, retrasando el deterioro de los alimentos.
3 Usar recipientes herméticosLos envases que cierran de forma hermética evitan la entrada de aire, insectos o partículas contaminantes. También ayudan a conservar la textura y el sabor de los alimentos y a prevenir derrames durante el transporte.
4 Llevar el aliño aparte siempre que sea posibleEl aceite, el vinagre o las salsas pueden modificar la textura y acelerar el deterioro de algunos ingredientes cuando están en contacto prolongado. Guardar el aliño en un recipiente aparte y añadirlo justo antes de comer mantiene el sabor y la frescura de la preparación.
5 Cuidar la fruta peladaCuando la fruta se pela pierde su capa protectora y se vuelve especialmente vulnerable a la proliferación bacteriana. El 99 % de los gérmenes se desarrolla entre 5 °C y 63 °C, lo que supone un riesgo mayor para niños, embarazadas o mayores. Debe mantenerse por debajo de 5 °C, en bolsa isotérmica con hielo, y consumirse lo antes posible. No conviene, por ejemplo, llevar una sandía por la mañana y comerla al final del día, ya que la temperatura interna se elevará con el paso de las horas.
Recetas frescas y seguras para disfrutar sin sustosLa nutricionista de Colectividades Antonia Navarro, Inma Llopis, defiende que en verano no solo hay que pensar en lo que apetece, sino en lo que soporta bien el calor. Por eso propone tres recetas fáciles de preparar, seguras y llenas de sabor, perfectas para viajar en una nevera portátil y aguantar en buen estado hasta el momento de comerlas:
Ensalada mediterránea: patata cocida que se deshace en la boca, tomate jugoso, pimiento crujiente, aceitunas, cebolla, atún o caballa, huevo cocido y aliño aparte para conservar la frescura
Quinoa 3 delicias: base ligera y nutritiva con dados de tortilla francesa bien cuajada, zanahoria dulce, guisantes tiernos y gambitas cocidas que aportan un toque marinero
Ensalada de garbanzos: legumbre cocida combinada con pepino fresco, tomates cherry dulces, cebolla morada, queso feta, aceitunas, orégano y un chorrito de aceite de oliva virgen extra
En todos los casos, Llopis recomienda evitar mayonesas, lácteos frescos, huevos crudos o poco cocinados, hummus y embutidos no curados, que son más sensibles al calor: "Si escogemos bien los ingredientes y mantenemos la cadena de frío, podemos comer rico, fresco y sin sustos, incluso en pleno agosto"
Sobre Catering Antonia NavarroColectividades Antonia Navarro trabaja desde La Hoya (Lorca). Con más de 35 años de experiencia y líder en el sector, promulga los valores de la dieta mediterránea a través de un equipo de nutrición y dietética. Con más de 1.000 empleados en distintos departamentos, su "Método Abuela" combina tradición, seguridad y educación alimentaria para ofrecer el servicio más diferenciado en restauración colectiva
Olga Rojo
Veterinaria de formación, Olga Rojo García es responsable de higiene y sanidad en Colectividades Antonia Navarro. Natural de Mula (Murcia), ha trabajado en todos los sectores de la industria alimentaria, además, está formada en auditoría interna especializada en seguridad alimentaria.
Inma Llopis
Dietista-nutricionista, docente en la UCAM y en la UAX, y especialista en diabetes. Participa activamente en ADIRMU y forma parte del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Región de Murcia. Es responsable del diseño nutricional de los menús de Colectividades Antonia Navarro y creadora del canal de divulgación "Nutriclass". En 2025 recibió el premio "MUJER +Q DIABETES" por su labor en educación y salud.
