Aitor Etxebarria impulsa sus propios límites artísticos con la banda sonora de Karmele

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Aitor Etxebarria impulsa sus propios límites artísticos con la banda sonora de Karmele

Tras firmar bandas sonoras para series de éxito internacional en Netflix y HBO, el compositor entrega su trabajo más ambicioso en el film de Asier Altuna que participa en la Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián   

Un proceso creativo marcado por una preproducción musical de más de un año donde la música es un personaje más de la historia 

El guerniqués también ha elaborado la banda sonora de la serie Zeru Ahoak (Bocas de cielo) primera serie en euskera dentro de la Sección Oficial del festival donostiarra

El prestigioso compositor Aitor Etxebarria, creador de bandas sonoras de series como El Cuerpo en Llamas en Netflix, Furia en HBO y su alabada y emotiva obra Gernika 85, ha asumido uno de los retos más ambiciosos de su carrera con la creación de la música de Karmele, la esperada película de Asier Altuna producida por Txintxua Films. La cinta está basada en hechos reales y narra la historia de Karmele y Txomin, interpretados por Jone Laspiur y Eneko Sagardoy respectivamente. Dos personajes marcados por el amor, la música y el exilio donde la dimensión sonora está situada en el corazón de la narración cinematográfica. Una película que tendrá su estreno en la sección oficial del Festival de San Sebastián el próximo 22 de septiembre y que llegará a los cines españoles el 10 de octubre.

Desde el inicio, Etxebarria comprendió que se trataba de un reto musical sin precedentes que le iba a exigir ampliar sus límites artísticos. La singularidad de Karmele radica en que la música funciona como motor narrativo. Por ello, la preparación musical comenzó mucho antes de que las cámaras empezaran a rodar. Durante más de un año, el guerniqués trabajó en una compleja preproducción que implicó diseñar y grabar piezas que los actores, orquestas y coros debían interpretar en directo en el set de rodaje. Para ello le han acompañado más de 150 músicos para llevar a cabo todas las grabaciones.

“Karmele toca el piano y Txomin la trompeta. Los actores Jone Laspiur y Eneko Sagardoy aprendieron a tocar las composiciones que preparamos con meses de antelación. Era imprescindible que esas piezas existieran antes del rodaje, para que pudieran interiorizarlas e interpretarlas con naturalidad ante la cámara”, explica el compositor que ha tenido que elaborar piezas originales de diferentes estilos como el jazz, coro, piano y música tradicional y regrabar parte del repertorio de la orquesta venezolana de guarachas y boleros en la que tocó en la vida real uno de los personajes principales.

La música como elemento narrativo

Aitor Etxebarria no solo se ha encargado de escribir una partitura cinematográfica, sino de elaborar todo un repertorio que forma parte del mundo narrativo del film y por lo tanto, es escuchada por los propios personajes creando una atmósfera real, verosímil y coherente con la evolución emocional de ellos. La trama recorre diversas geografías atravesadas por la memoria del exilio. Cada lugar requería un universo sonoro propio que transportará al espectador en el tiempo y el espacio. Jazz en París y Bilbao, una orquesta tropical para Caracas, y danzas y cantos tradicionales en Euskadi.

Asier Altuna, director del film, lo explica así: “Karmele y Txomin participaron en Eresoinka, un proyecto cultural que buscaba denunciar el golpe de Estado del general Franco. Txomin, virtuoso de la trompeta, trabajó en París, cuando la ciudad era un auténtico hervidero musical, y más tarde, en su segundo exilio en Caracas, integró bandas tan relevantes como las de los Hermanos Belisario o Los Billo’s Caracas Boys. Más tarde, cuando los protagonistas regresan a Bilbao, la música casi desaparece de la película. Así, la música es un elemento narrativo muy importante para contar esta historia”, remarca sobre uno de los grandes pilares sobre los que se cimenta el film.

La banda sonora propiamente dicha cuenta con composiciones planteadas desde la contención siendo austera y jugando con silencios que pueden decir más que palabras, o en este caso notas,. generando un poderoso efecto dramático. En ese sentido la mayor responsabilidad de Aitor Etxebarria fue entender que la música no era un mero acompañante, sino un personaje más.

“Había que elegir cuidadosamente cada pieza y decidir qué correspondía a cada momento vital de los personajes y cuando empezamos a grabar, me di cuenta de cómo vive Aitor la música, de cuánto le apasiona su trabajo. Supe que tenía al mejor músico posible para esta película”, destaca Altuna sobre la complicidad artística con Etxebarria.

La pequeña pantalla tampoco se le resiste

Aitor Etxebarria hará doblete en el Festival de San Sebastián porque, además de ser el creador de la música de Karmele, el compositor vasco también firma la banda sonora de la serie Zeru Ahoak (Bocas de cielo), la primera en euskera que participará en la Sección Oficial con proyecciones especiales. Se trata de la secuela de Hondar ahoak (2020) y que guarda con especial cariño al ser su primera incursión en la composición para ficción en pequeña pantalla.

Este thriller policiaco dirigido por Koldo Almandoz y protagonizado por Nagore Aranburu tras el éxito de Querer, contiene una música original está muy relacionada con aquel primer trabajo cinematográfico de Aitor Etxebarria de hace un lustro 

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