Septiembre, nuevo enero: cómo marcarse objetivos de salud sostenibles tras el verano

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Septiembre, nuevo enero: cómo marcarse objetivos de salud sostenibles tras el verano

Tras la época estival, donde es probable que hayamos perdido ciertos hábitos saludables, los expertos recomiendan volver a la rutina planteándose objetivos realistas que podamos alcanzar, no cambios drásticos de un día para otro.

Una encuesta a más de 800 personas realizada por PronoKal, empresa especializada en tratamientos para la pérdida y el control del peso, explica que casi el 70% de las personas se plantea retomar o iniciar un tratamiento de pérdida de peso tras el verano.

España, septiembre de 2025 - Tras los meses de verano, es común que nos sintamos abrumados al regresar a la rutina, especialmente cuando se trata de nuestra salud. Las fiestas, las cenas con amigos y tener una dieta poco planificada son factores que forman parte de la temporada estival, donde a menudo dejamos de lado nuestras prioridades de bienestar. Pero no todo está perdido. Septiembre es el mes de los nuevos comienzos, de un nuevo curso, y puede ser la oportunidad ideal para retomar el control de nuestra salud de manera equilibrada y sostenida en el tiempo.

Casi el 70% de las personas se plantean retomar o iniciar un tratamiento de pérdida de peso tras el verano, según una encuesta a más de 800 personas realizada por PronoKal, marca especializada en la pérdida y el control del peso. Esta tendencia refleja el deseo de muchos de tomar el control de su bienestar después de un período de relajación en el que las normas de alimentación suelen ser mucho más flexibles. Sin embargo, el reto está en hacerlo de manera sostenible, evitando caer en dietas drásticas o soluciones temporales.

Los expertos en nutrición, actividad física y bienestar emocional de PronoKal® ofrecen 5 consejos prácticos y efectivos para recuperar los hábitos saludables y, con ello, el bienestar y la salud, de forma gradual, sin caer en los errores comunes que suelen generar frustración:

Evitar los “principios de dieta” drásticos e incorporar proteínas, frutas y verduras en la dieta. El regreso a la rutina no debería implicar un reinicio total o un cambio radical de hábitos. En ocasiones, creemos que lo mejor es empezar con dietas radicales, muchas veces sin evidencia científica, para hacer cambios lo más rápidamente posible, pero esto puede ser contraproducente.

Si tu objetivo es perder peso, es necesario ponerse en manos de profesionales especialistas que te ayuden a determinar el mejor tipo de tratamiento en función de tus características. En la pérdida de peso, lo importante es valorar la composición corporal y la calidad de esa pérdida, es decir, que se haga a expensas de la grasa sobrante y no de la masa muscular. Por su parte, en el caso de querer incorporar cambios en la alimentación, empieza por añadir más frutas y verduras, priorizar fuentes de proteína magra en todas las comidas y reducir el consumo de azúcares refinados.

Objetivos retadores, pero no desbordantes. A menudo, plantearnos objetivos demasiado difíciles, con los que no obtenemos resultados o estos no son inmediatos, nos hace abandonar nuestro propósito inicial. Por ejemplo, en el caso de plantearnos un objetivo de pérdida de peso, lo recomendable es hacerlo de la mano de un profesional que nos ayude a marcar ese objetivo de kilos perdidos en función de nuestras características individuales y del tipo de pauta o tratamiento que vamos a seguir.

Otros consejos, por ejemplo, para nuestro día a día son iniciar la actividad física con 2 sesiones a la semana de sencillos ejercicios de fuerza, como sentadillas o zancadas, o en el caso de la alimentación, reducir todos los alimentos procesados, como los helados o los platos preparados. También eliminar el alcohol o el azúcar de nuestras bebidas refrescantes. Es decir, plantéate cambios y objetivos que te veas capaz de cumplir.

Escuchar al cuerpo: no se trata de perfección. Volver a la rutina puede ser una carga si no somos pacientes con nosotros mismos y conscientes de nuestras necesidades. En estos casos, de nuevo, recurrir a la experiencia de los profesionales de la salud puede ser una buena iniciativa para que tengamos claras nuestras prioridades y qué camino debemos tomar.

En cuanto a las expectativas marcadas, la idea no es ser perfectos ni cumplir con ciertos cánones sociales sobre el cuerpo, sino que hay que establecer un equilibrio que te permita sentirte bien contigo mismo, donde la salud y el bienestar sean la prioridad. Si un día no se puede cumplir con los objetivos, no hay que sentirse culpable: lo importante es retomar al día siguiente con la misma motivación.

Bienestar y salud como prioridades, pero sin olvidar el placer. El placer no es solo para el verano. Dedicar tiempo diario a actividades que nos gusten, como leer, caminar, escuchar música, tomarse un café en buena compañía… ¡es importantísimo! Cuando no lo hacemos, muchas veces le dejamos a la comida toda la responsabilidad de aportarnos placer y eso es un alto riesgo para las conductas saludables.

Bajar el nivel de autoexigencia y ser amables con nosotros mismos. ¿Y cómo hacerlo? Acogiendo los pequeños fallos como parte del proceso y celebrando los pequeños avances, porque cada gesto cuenta. Por ejemplo, volver a prepararte y a comer una comida de forma consciente, hacer 10 minutos de atención a la respiración o de ejercicio, decir “no” a lo que te resta energía... Todo es importante y la motivación se alimenta del reconocimiento interno. Anímate como lo harías con alguien a quien quieres. Puedes llevar un diario breve o usar una app de hábitos como reflejo positivo.

Pilar Morales, responsable de coaching de PronoKal Group®, señala que “septiembre ofrece una oportunidad única para reorientar nuestros objetivos de salud sin caer en la presión de cumplir con ideales poco realistas. Lo más importante es ser amables con nosotros mismos, aceptando que el camino hacia un estilo de vida saludable es un proceso continuo y lleno de matices. Al comenzar con pequeños cambios y marcar objetivos alcanzables, la motivación permanece, y lo más importante, podemos integrar hábitos que se pueden mantener a largo plazo.”

En definitiva, lo más eficaz es tomar decisiones conscientes que nos lleven a un estilo de vida más saludable, tratando de hacer de la salud una rutina, no una obligación.

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