Esto no es solo otro medio, ¿sabes? Es una constelación. Es donde la abuela, la maestra de robótica y la chica hacker de videojuegos se unirán y escribirán un futuro completamente nuevo juntas.

Hay este ruido que se está volviendo más fuerte, un chisme extraño y variado que ya no está haciendo el corte para las noticias o los alimentos en las redes sociales; es el sonido de las mujeres, no es solo un tipo de grito, sino una mezcla de diferentes voces, de todo tipo de orígenes, con todo tipo de conocimientos y sueños. Es el sonido de las indómitas y los indómitos. 

¿Quiénes son estas personas? La mejor pregunta es: ¿Quién no está en el juego? No son una generación. No son todos iguales, ¿sabes? Simplemente continúan sin pedir permiso; realmente no coinciden con el mundo en el que estamos, en el que la doctora cose lesiones de guerra y la YouTuber de 70 años que desmonta el machismo con algunos movimientos de ballet, que son la programadora que crea una IA con un marco ético feminista y la abuela que se refleja en su receta secreta, una cura que sana el alma. Son las que tienen tradiciones profundas y las que están determinando el futuro.

Indómitas no fue creada para hablar de las mujeres, sino para que las mujeres se expresen.  Para manifestarse en su propia forma única, animada, confrontativa y emocional. Porque la historia las ha dividido como "jóvenes", "maduras", "profesionales", "no profesionales".

Esta revista es el puente. Es el lugar donde se da cobijo a las cartas de una bisabuela, se dialoga con el pensamiento y la tecnología y se hackea el patriarcado desde una pantalla. 

Este es un caso claro de insurgencia, con mujeres de alto calibre y experiencia extensa al timón, dirigidas por Maylene Cotto, directora, y la codirectora Laura.

Me permito una mención especial a la persona responsable de la Sección del Mundo Creativo: generación en imágenes, Claudia Otal, una zaragozana, una voz y fotografía excepcionales que ha expuesto en la mitad del mundo y su fotografía es una herramienta para luchar contra la desigualdad del mundo y que exhibió recientemente en Zaragoza (https://www.instagram.com/p/DOZJok_ABQV/?igsh=MWJwYWRnOGkwanY1Zg%3D%3D) y eso atrajo a miles de visitantes, junto con otros artistas emergentes.

Ocho destacadas mujeres de todos los rincones del mundo con amplias referencias, no solo profesionales, sino llenas de humanidad y socialmente comprometidas en este mundo cambiante al amparo de la UNESCO. 

Ocho mujeres valientes: Albeyra, Ely, Hortensia, Saky, Laura, May, Juanita  y Clara  y otras valientes abren las puertas a una oportunidad sin precedentes, valiente y honesta. 

En esta plataforma, hablan de la menstruación con la misma naturalidad, lo mismo que charlarían sobre una compañía de biotecnología administrada por mujeres, supernormal, y sobre la situación de Gaza justo al lado de una galería creada por un artista visual prometedor, prometedora que se inicia.   Un libro antiguo sobre hierbas tradicionales que se encuentra junto a una hoja de inscripción para una sesión de lluvia de ideas sobre el desarrollo urbano ecológico. Eso es Indómitas.

Estas mujeres no se ajustan al molde habitual y están aquí para ampliar sus horizontes en todas las partes, en todo el mundo. 

 Sus palabras son directas, honestas y valientes, pronunciadas, escritas desde un tono inteligente y amable. Una savia nueva y necesaria que habla desde el conocimiento, la emoción, la seriedad y el humor, y que reivindica el derecho a ser complejas, contradictorias y multidimensionales.

Indímitas no es solo un simple guiño, es una forma de seguir construyendo en los tiempos difíciles que vivimos y mejorar las cosas.  Es la decisión consciente de negarse a ser datos en una estadística y una nota al pie de la historia oficial. 

Es un lugar en donde tiene cabida la historia de una mujer migrante en Melilla y llevará el mismo análisis profundo que una pieza sobre la economía feminista. 

Toda la experiencia es como un tesoro de conocimiento, y cada voz es como un instrumento único que es muy importante para mejorar las cosas.

 No les gusta la idea de que un tipo de conocimiento sea mejor que el otro.

Su propuesta es tangible: un montón de ideas diversas que provienen de diferentes formatos que no se ajustan a contarlas; lo viven.  . 

Agregarán podcasts a la mezcla donde sintonizan la risa y las suaves pausas de las personas que están charlando. Con sus infografías serán como superpropagantes de información, hechos para ser compartidos y ser entendidos por una niña, un joven de 12 años y una profesora o profesor universitario.

Van a convertir las secciones en sesiones de trabajo en equipo, porque se trata de periodismo que se trata de hacer más que solo leer.  Un informe sobre agroecología puede conducir a un plan de acción comunitaria y una entrevista con un ingeniero puede ser una gran oportunidad de tutoría para los jóvenes.

Su objetivo es crear una red tan imposible de ignorar que atraiga la atención de todos; es una red que abarca desde grupos locales a los círculos de investigación de primer nivel. Esperan que sus artículos y opiniones sean recogidos por un instituto y desencadenen una conversación en el Parlamento, que una imagen de su galería despierte una campaña publicitaria y se exhiba en el frigorífico de tu casa. 

Su voz aspira a correr en el entorno de Telegram y de WhatsApp, moverse de mano en mano, pantalla a pantalla y traducirse a cientos de idiomas. Su fuerza es convertirse en un grito mundial y ser a la vez un secreto guardado con recelo. 

Rechazan la lógica mercantilista de una audiencia como producto. Confían en que su comunidad, la comunidad de las mujeres del mundo, y las personas que creen en la verdadera igualdad querrán ser mecenas de este espacio, haciéndolo suyo a cambio de recompensas que no son merchandising, sino pedazos del proyecto mismo: suscripciones, talleres exclusivos, arte original.

Una plataforma que tiene que aparecer ahora porque el mundo está en llamas y el mundo se está calentando y hay que asegurar que las voces de las mujeres del mundo se escuchen en voz alta y clara en un mundo que se empeña en invisibilizarlas e ignorarlas, y esta se convierte en su plataforma porque es la sororidad el único antídoto efectivo.

 INDÓMITAS es más que una revista, una plataforma. Es un ecosistema de voces. Es digital, es impresa cuando la idea lo merece, es un podcast, es un taller, es un grito compartido.

Este artículo no termina aquí. Termina con una pregunta y una invitación que extendemos a cada lectora y lector:

¿Qué historia llevas dentro que el mundo necesita oír?

¿Qué saber ancestral guardas? ¿Qué futuro imaginas?

Este es tu espacio. Tu micrófono. Tu lienzo.

Únete a la constelación. Sé indómita.