Roll’eat, la marca catalana de envoltorios reutilizables, se convierte en partner clave de la Setmana Bio per l’Alimentació Ecològica, organizada por la Generalitat de Catalunya, para fomentar hábitos responsables entre los más jóvenes.
“Queremos que nuestros productos sean una herramienta educativa para transformar hábitos desde la infancia”, afirma Meritxell Hernández, CEO de Roll’eat, empresa que distribuirá 12.000 Boc’n’Roll Bio en el marco de la Setmana Bio.
Roll’eat, empresa especializada en soluciones sostenibles para reducir el uso de plásticos de un solo uso, se suma como partner estratégico a la Setmana Bio per l’Alimentació Ecològica, una iniciativa impulsada por la Generalitat de Catalunya que se celebra del 11 al 17 de octubre en todo el territorio catalán.
En el marco de esta colaboración, la compañía suministrará 12.000 unidades del Boc’n’Roll Bio para actividades educativas organizadas por el Departament d’Agricultura y el Departament d’Educació. Este portabocadillos destaca por ser biodegradable, compostable y fabricado en Catalunya, lo que lo convierte en una alternativa sostenible y de proximidad para promover la alimentación ecológica y la conciencia medioambiental desde las aulas.
Educación para un futuro más sostenible
La participación de Roll’eat se centra en acciones dirigidas a la comunidad educativa, como talleres escolares, debates sobre sostenibilidad y actividades de sensibilización. Además, la marca estará presente en el Premi Escola, Agricultura i Alimentació Ecològica, entregando productos a las escuelas ganadoras. En cada actividad de estas jornadas de concienciación se llevará a cabo la entrega de entre 30 y 40 unidades de Boc’n’Roll Bio.
“Con la colección Boc’n’Roll Bio damos un paso más hacia la economía circular, apostando por materiales que respetan el medio ambiente y producción local”, afirma Meritxell Hernández, CEO de Roll’eat, quien subraya el valor de esta colaboración con la Generalitat: “Queremos que nuestros productos sean una herramienta educativa para transformar hábitos desde la infancia”.
Actividades en todo el territorio catalán
La Setmana Bio desplegará una programación diversa y dinámica en todas las demarcaciones catalanas, ofreciendo experiencias que conectan la alimentación ecológica con el territorio, la cultura y la educación. En el Alt Pirineu i Aran, los visitantes podrán recorrer viñedos de altura en bodegas como Llivins SL y Companyia General Sarga. En Girona, la propuesta “¿Dónde pasan el otoño las abejas?” de Mel La Calma invita a descubrir el mundo apícola desde una mirada ecológica.
En Lleida, bodegas como Mas Blanch i Jové abrirán sus puertas para mostrar cómo se produce vino ecológico con identidad local. Tarragona acogerá una jornada que explora la relación simbiótica entre el bosque y el viñedo, organizada por la Associació de Viticultors. En Terres de l’Ebre, el cultivo sostenible del algarrobo y la producción de aceite ecológico de calidad serán protagonistas, con iniciativas impulsadas por Identitat Olive Oil y la Associació Econau.
Barcelona será escenario de actividades como la jornada de sensibilización y degustación en el Mercat de la Flor i Planta Ornamental de Catalunya, y la entrega del Premi SlowFood Educa en Cornellà de Llobregat. En la Catalunya Central, el proyecto Biolord mostrará cómo se cultiva la manzana de montaña con conciencia ecológica. Además, se han previsto visitas escolares en Anoia, Segarra y Sant Guim de Freixenet, dentro del proyecto del álbum dinamizado, donde Roll’eat también estará presente.
Compromiso de futuro
La colaboración entre Roll’eat y la Generalitat de Catalunya no se limita únicamente a la Setmana Bio. Las entregas de portabocadillos reutilizables continuarán fuera del marco de esta semana, reforzando el compromiso conjunto con la sostenibilidad, la conservación de alimentos y la educación ambiental a lo largo del curso escolar.
“Esta alianza con la Generalitat nos permite ir más allá de una acción puntual. Queremos que nuestros productos acompañen a los centros educativos durante todo el año, como herramienta práctica para fomentar el respeto por el entorno y el valor de los alimentos”, concluye Meritxell Hernández.
