El Decreto de Vivienda Protegida tiene el propósito de hacer más flexible y sencilla la Vivienda Protegida para que se pueda aumentar la oferta. Esto hay que complementarlo, por supuesto, con ayudas que den ese empujón tan necesario a los jóvenes y clases más desfavorecidas, y que deben establecerse mediante los Planes de Vivienda.
Desde APIRM consideran que el Decreto contempla una serie de medidas que entienden son iniciativas positivas que van a ayudar a impulsar la construcción de vivienda asequible en la Comunidad.
A corto plazo, creen que se debe aprovechar lo que se tiene al máximo. A medio y largo plazo, será necesario incorporar nuevos suelos al mercado en condiciones adecuadas para construir vivienda asequible, es decir, disminuyendo los tremendos costes que los Ayuntamientos y compañías están trasladando al suelo y a la vivienda.
Por ello, señala su presidente José Ramón Blázquez, que no se puede permitir tener activos ociosos y que es necesario buscar fórmulas para aprovecharlos al máximo y poder destinar a vivienda aquello que actualmente no se puede utilizar, principalmente porque se cometieron errores en el uso que se les asignó en el planeamiento. Estas medidas por sí solas no van a solucionar el problema de la vivienda, pero ayudarán y permitirán reaccionar con algo más de rapidez. Los cambios de uso pretenden aprovechar esos activos y suelos que están en desuso, como es el caso de locales, parcelas terciarias y equipamientos.
Desde la asociación apuntan también que es una realidad que se debe perder el miedo a densificar las ciudades. Solo se puede crecer en dos dimensiones: en horizontal, ocupando más territorio, o en vertical. Si se crece en vertical se dejará más espacio libre para zonas comunes, se mejorarán las vistas y se optimizarán las infraestructuras disponibles, que son muy caras de ejecutar, a la vez que se ocupará menos territorio. Esto permitirá construir más viviendas, más rápidamente y a un coste inferior en la ciudad existente, y también con menores costes de urbanización.
Con esta intención, destacan que se incluyen las primas de edificabilidad, que disminuyen el coste del suelo y de la urbanización unitario de la vivienda, y otras medidas para eliminar rigideces a la hora de adaptar el producto a lo que la sociedad necesita o para poder adaptarlo a las condiciones de la zona por inundabilidad o por limitaciones por patrimonio cultural, además de dotar de mayor seguridad jurídica los procedimientos.
Desde APIRM consideran que el Decreto de Vivienda Protegida pretende abordar estos temas, si bien tratándose de asuntos tan novedosos, la redacción de las normas en cada caso podrá ser más o menos acertada, e incluso también habrá temas importantes que se echen en falta. Entienden que es comprensible que desde los grupos políticos se identifiquen problemas de interpretación y redacción, mejoras a las distintas normas e incluso medidas nuevas a incorporar, y que esto solo se conseguirá desde el diálogo, el consenso y la lealtad entre los grupos políticos.
Para APIRM, el problema de la vivienda se ha convertido en el problema nacional por excelencia, es muy grave y necesita una urgente solución. Dado que las medidas en urbanismo y vivienda necesitan mucho tiempo para dar fruto, consideran que las normas en tramitación se deben aprobar cuanto antes, a la vez que aplauden cualquier mejora que se pueda proponer. Por ello, piden a los Grupos Políticos diálogo y soluciones ante la votación de mañana.
