La muestra más ambiciosa y experimental hasta la fecha del artista británico llega a Madrid del 4 de noviembre de 2025 al 8 de febrero de 2026, tras su aclamada presentación en el Pabellón Británico de la Bienal de Venecia 2024
Cinco monumentales videoinstalaciones inmersivas –denominadas Cantos– que combinan cine multicanal y sonido, abordan temáticas como las herencias coloniales, la migración, la injusticia racial y la crisis climática
A lo largo de las instalaciones, el agua aparece como símbolo de los viajes de la diáspora y como metáfora de la supervivencia de la memoria a través del tiempo y los continentes
La exposición en Madrid arranca con una primera videoinstalación en el jardín del museo e incluye una introducción especial con obras seleccionadas de las colecciones Thyssen-Bornemisza, de artistas como Miró, Fontana y Klein
Coproducida por TBA21, la exposición da continuidad a la larga colaboración que une la visión de Akomfrah con el compromiso de la fundación con la ecología, las narrativas decoloniales y la escucha como forma de activismo
La fundación TBA21 y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presentan en España Escuchando toda la noche la lluvia, el trabajo más ambicioso y experimental hasta la fecha del artista británico John Akomfrah. Del 4 de noviembre de 2025 al 8 de febrero de 2026, el proyecto reimagina en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza la obra, originalmente encargada por el British Council para el Pabellón Británico en la 60ª Exposición Internacional de Arte – La Biennale di Venezia (2024), donde transformó el pabellón neoclásico con un ciclo de videoinstalaciones –denominadas Cantos– que entrelazan material audiovisual de archivo, nuevas secuencias fílmicas y sonido inmersivo. Ambos proyectos están comisariados por Tarini Malik.
La exposición toma su título –Listening All Night To The Rain– de un poema del siglo XI del escritor chino Su Dongpo, escrito durante su exilio político, que reflexiona sobre la naturaleza transitoria de la vida. A través de una serie de instalaciones inmersivas de cine multicanal y sonido, Akomfrah continúa su exploración del poscolonialismo, la ecología y la estética, con un enfoque particular en lo sonoro. En la exposición, el agua actúa como elemento conector de las complejas narrativas históricas de Akomfrah, evocando tanto las travesías de las comunidades desplazadas como las formas en que la memoria sobrevive a través de continentes y siglos. “La metáfora clave, el símbolo visual fundamental, es la inundación. Habla del cambio climático, pero también de repensar lo que ha sido nuestro pasado. Escuchar a tu pasado es un buen ejercicio” explica Akomfrah.
La exposición se estructura en Cantos, piezas que toman su nombre de la dimensión sonora que vertebra el proyecto. Inspirado en la noción de epistemología acústica —un término acuñado por el etnomusicólogo Steven Feld para referirse al modo en que la experiencia sonora refleja y moldea nuestras realidades culturales—, las bandas sonoras de cada Canto entrelazan material de archivo con grabaciones de campo, discursos, música popular y devocional, con las que Akomfrah crea una especie de manifiesto que sitúa la escucha como una forma de activismo.
Para su estreno en Madrid, Escuchando toda la noche la lluvia reúne cinco de esos Cantos, mostrando uno de ellos en el jardín del museo. La exposición incluye, además, una introducción especial donde exhibe una selección de obras de las colecciones Thyssen-Bornemisza, entre ellas piezas de Joan Miró, Lucio Fontana o Yves Klein. Comisariado por Malik, este nuevo contenido sitúa la instalación multicanal de John Akomfrah dentro de una conversación artística más amplia sobre la memoria, la identidad y la ruptura.
Las instalaciones convocan historias de resistencia colonial, devastación ambiental y migración, al tiempo que ofrecen espacio para la ensoñación, la memoria y la monumentalidad. Según Malik, “este proyecto puede verse como la culminación de las últimas cuatro décadas de la práctica de John, pero también marca un punto de inflexión en el que realmente está llevando los límites de su medio artístico elegido”.
Durante La Bienal de Venecia, la instalación fue considerada uno de los proyectos destacados por la crítica. En The Guardian, Adrian Searle la calificó como “un viaje magnífico y terrible” y “más que inmersiva… desestabilizadora, dolorosa y absolutamente cautivadora”.
Los Cantos, estructura y alma de la exposición
La exposición se articula en torno a una secuencia de cinco Cantos y cada uno es, a la vez, un capítulo de una historia global y una meditación sobre cómo la memoria, el sonido y el agua configuran nuestra comprensión de la historia. Los visitantes en Madrid tienen la oportunidad de descubrir cinco de los ocho Cantos originales presentados en Venecia.
Empezando en el jardín del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Canto I abre la exposición con imágenes y voces del Sur Global, destacando el impacto del colonialismo, el cambio climático y la migración forzada. El agua, en forma de niebla, lluvia y mar, fluye como recordatorio de los viajes de las comunidades desplazadas y como símbolo del paso del tiempo.
Canto IV sitúa al espectador en una orilla llena de objetos cotidianos y extraños: vegetales, mariposas, patitos de goma e incluso viejos dispositivos de música. Bajo el agua, bancos de peces nadan al ritmo de cantos marineros, evocando historias de exploración y trabajo. Una joven inuit y un estibador aparecen junto a imágenes de archivo, difuminando pasado y presente.
Canto VII se centra en la posguerra británica y la generación Windrush, llegada desde el Caribe en 1948. Escenas de la vida cotidiana contrastan con el racismo y las dificultades sufridas, mientras los paisajes de Yorkshire y Escocia se convierten en patrias imaginadas. Fragmentos de discursos de Martin Luther King Jr., Malcolm X y Angela Davis enlazan estas historias con los movimientos globales por la justicia.
Continúa el recorrido de la visita el Canto VI, que revisita los movimientos de independencia en África y Asia a mediados del siglo XX: desde la rebelión Mau Mau en Kenia hasta la partición de la India y el asesinato de Patrice Lumumba en el Congo. La obra conecta estas luchas con la memoria de las comunidades diaspóricas en Gran Bretaña.
Canto VIII cierra el ciclo con una mirada sobre los costes ambientales de la guerra, desde Corea hasta Vietnam, mostrando cómo los conflictos devastan no solo a las personas, sino también a los paisajes. Imágenes oníricas de cuerpos y objetos destacan la fragilidad de la vida y la urgencia de escuchar las advertencias medioambientales.
El conjunto de las piezas invita a la audiencia a detenerse y escuchar: voces del pasado y del presente, historias de desplazamiento y resiliencia, y las formas en que el sonido y el agua transmiten la memoria a lo largo de generaciones.
Una introducción con los Maestros de las colecciones Thyssen-Bornemisza
La exposición se abre con una introducción que establece puentes formales y temáticos con Escuchando toda la noche la lluvia de John Akomfrah. El simbolismo surrealista del Campesino catalán con guitarra (1924), de Joan Miró, dialoga con las figuras diaspóricas y las tradiciones sonoras del artista británico, mientras que el lienzo rasgado de Lucio Fontana, Venecia era toda de oro (1961), recuerda las rupturas del tiempo cinematográfico y la crítica al legado imperial. Por otro lado, la abstracción escenificada de Formación. Tripartición (1926), de Oskar Schlemmer, resuena con los tableaux coreografiados de Akomfrah, del mismo modo que la energía jazzística de Pochade (1956-1958), de Stuart Davis, refleja su montaje rítmico. El collage se convierte en una declaración política en Domingo después del sermón (1969), de Romare Bearden, en paralelo a la reunión de voces e imágenes que caracteriza el cine de Akomfrah. Por último, en Esclavo agonizante (según Miguel Ángel), de 1962, Yves Klein ofrece un eco a las presencias espectrales del artista, reimaginando el cuerpo más allá de la historia lineal.
De izda. a dcha.: Rosa Ferré y Markus Reymann, co-directores de TBA21; Tarini Malik, comisaria de la exposición; John Akomfrah, artista; Guillermo Solana, Director Artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza; Francesca Thyssen-Bornemisza, fundadora y chairwoman de TBA21; y Evelio Acevedo, Director Gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Imagen: Francis Tsang. Cortesía del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
