Un análisis reciente de JP Morgan AM revela que solo un 11 % de los españoles afirma haber recibido educación financiera durante su etapa escolar.

A lo largo de cinco sesiones repartidas durante el curso, un grupo de alumnos de 3..º de ESO explorará casos prácticos y participará en simulaciones de gestión financiera, preparándose para afrontar con autonomía sus primeras decisiones económicas.

En los últimos años, la educación financiera se ha convertido en una prioridad creciente en Europa. El Banco de España señalaba en su documento ocasional n.º 2510, publicado en mayo de 2025, que una parte significativa de la población joven no domina conceptos esenciales como la inflación, los tipos de interés, la diferencia entre ahorro e inversión o los riesgos del endeudamiento, y destaca que “el acceso al dinero y a los productos financieros ocurre a edades cada vez más tempranas”, lo que exige formar a los adolescentes antes de que asuman decisiones económicas relevantes en su vida adulta.

A esta preocupación se suma un dato especialmente revelador: según un análisis reciente de JP Morgan AM, solo un 11 % de los españoles afirma haber recibido educación financiera dentro del sistema educativo. El resto reconoce haber aprendido “sobre la marcha”, en la vida diaria o cuando ya tenía responsabilidades económicas, citando la experiencia personal como fuente principal de formación por el 35,3 % de los encuestados. Una señal clara de que la formación llega tarde, cuando muchos errores ya se han cometido.

La OCDE, por su parte, lleva más de una década alertando de que la falta de educación financiera en la adolescencia se traduce en problemas reales en la edad adulta: menor capacidad de ahorro, mayor propensión al endeudamiento improductivo y más vulnerabilidad ante fraudes o malas prácticas comerciales.

En este contexto, el Colegio Reial Monestir de Santa Isabel de Barcelona ha decidido dar un paso adelante con la puesta en marcha de un curso de educación financiera para los alumnos de 3.º de ESO, una iniciativa diseñada a medida para responder a esta necesidad social desde dentro de la comunidad educativa.

El programa se desarrollará a lo largo del curso 2025/26 con cinco sesiones impartidas por padres del propio colegio, todos ellos profesionales con amplia trayectoria en banca, riesgos, consultoría, finanzas corporativas o gestión empresarial. Entre los ponentes se encuentran Antonio Frígols, con experiencia en supervisión bancaria en el Banco de España; Max Hernández, especializado en inversión y gestión de activos inmobiliarios; Marta Martínez, consultora estratégica y experta en gestión fiscal y contable; Marta Cavero, analista de riesgos financieros con recorrido en firmas como Deloitte y CaixaBank; y Manuel Cebrián, profesional con más de dos décadas en capital privado y finanzas corporativas.

Esta combinación de experiencia profesional y vínculo familiar con el colegio aporta un enfoque especialmente cercano y coherente con la realidad de los estudiantes.

Lejos de ofrecer teoría abstracta, las sesiones se estructuran en dinámicas participativas, simulaciones y casos reales: desde cómo planificar gastos hasta qué significa contratar un préstamo, cómo funcionan los impuestos, cómo se estructura la declaración de la renta o qué supone invertir por primera vez.

Más allá de los contenidos académicos, el Colegio quiere que esta iniciativa tenga un impacto en los hogares. La dirección del centro subraya que la educación financiera “solo es realmente efectiva cuando genera conversación en casa”. “Nuestro objetivo”, explican, “es que los chicos adquieran criterio y autonomía, pero también que puedan compartir lo aprendido con sus familias para que desde casa puedan acompañarles en este proceso de madurez económica”.

Esta apuesta se alinea con la tendencia internacional de reforzar la competencia financiera en la adolescencia. Lo hace con una propuesta realista, práctica y apoyada en profesionales del sector, ofreciendo a los jóvenes herramientas que probablemente utilizarán antes que muchos contenidos académicos tradicionales.

Ante un entorno donde las decisiones económicas forman parte de la vida cotidiana, y en ocasiones se toman sin la preparación necesaria, el Colegio busca que sus alumnos desarrollen una relación responsable, consciente y crítica con el dinero. Un aprendizaje que, lejos de ser puntual, acompañará a los estudiantes durante años.