Phishing, smishing, vishing y los fraudes en plataformas de compraventa figuran entre las estafas más extendidas.
La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación prioritaria para los usuarios españoles. Según la encuesta 'Métodos de pago: La decisión definitiva' de PaynoPain, proveedor de soluciones de pago, en 2025, el 45,2% de los usuarios afirma haber sido víctima de al menos un intento de estafa al comprar online. Este dato refleja la magnitud de un problema cada vez más frecuente en la sociedad digital.
Por otro lado, un 42,5% afirma no haber tenido nunca un episodio de este tipo, mientras que el 12,3% restante no está seguro, lo que refleja que muchas estafas pasan inadvertidas. A esto se suma que siete de cada diez usuarios reconocen recibir, al menos una vez por semana, correos electrónicos o SMS sospechosos con claros indicios de phishing.
Ante este panorama, resulta fundamental contar con sistemas de pago que garanticen la seguridad en cada transacción. El aumento exponencial de intentos de fraude obliga a los usuarios a extremar precauciones y a las compañías a implementar pasarelas de pago confiables y reforzar la autenticación.
PaynoPain advierte que el impacto del fraude digital afecta tanto a la confianza del consumidor como al desarrollo del comercio electrónico. Con motivo del Día Internacional de la Seguridad Informática, que se celebra el próximo 30 de noviembre, la compañía destaca las estafas más comunes:
Phishing: consiste en el envío de correos electrónicos o la creación de páginas web falsas que imitan a entidades reconocidas, como bancos o tiendas online. El objetivo es que el usuario introduzca sus credenciales o datos bancarios en un entorno fraudulento. Al hacerlo, los estafadores obtienen acceso a información sensible y pueden realizar cargos no autorizados. Es una de las prácticas más extendidas y difíciles de detectar por su realismo.
Smishing: los delincuentes utilizan mensajes de texto (SMS) que parecen proceder de empresas de confianza, como servicios de mensajería o entidades bancarias. Normalmente incluyen enlaces maliciosos que redirigen a páginas falsas o piden descargar aplicaciones fraudulentas. Con ello buscan obtener contraseñas, datos financieros o introducir malware en el dispositivo. Su efectividad radica en la inmediatez y confianza que generan los SMS.
Vishing: a través de llamadas telefónicas, los estafadores se hacen pasar por representantes de un banco, compañía de seguros o incluso soporte técnico. Durante la conversación, presionan al usuario para que revele información confidencial, como números de tarjeta o códigos de verificación. El engaño suele apoyarse en técnicas de ingeniería social, aprovechando la urgencia o el miedo de la víctima. Es una estafa muy peligrosa por la interacción directa con el usuario.
Fraude en plataformas de compraventa: en entornos de segunda mano o marketplaces, los ciberdelincuentes se hacen pasar por compradores o vendedores legítimos. Pueden pedir pagos por adelantado, enviar justificantes de transferencias falsos o entregar productos defectuosos o inexistentes. Este tipo de fraude aprovecha la confianza entre particulares y la dificultad de verificar la identidad real de la otra parte. Las pérdidas económicas pueden ser significativas.
"Los datos de la encuesta confirman lo que venimos observando en los últimos años: los intentos de fraude online no dejan de crecer y se vuelven cada vez más sofisticados. En PaynoPain trabajamos para que los usuarios dispongan de métodos de pago que integren la máxima seguridad y sistemas antifraude inteligentes, con el objetivo de que comprar online sea siempre una experiencia fiable y libre de preocupaciones", sostiene Jordi Nebot, CEO y fundador de PaynoPain.
