Es lo que se conoce como jefe accidental 

Los buenos trabajadores ascienden, pero acaban en puestos de alto mando para los que no están formados 

Esto puede afectar a la gestión de los equipos y sus dinámicas 

Ser el jefe de un equipo podría ser el objetivo de la mayoría de los empleados. A priori, eso supondría mejores condiciones económicas y laborales, además de una clara recompensa por el buen trabajo realizado. Sin embargo, estos ascensos muchas veces se convierten en un regalo envenenado y que perjudica tanto al ‘nuevo jefe’ como a los resultados de rendimiento del equipo. Estos escenarios se producen a menudo, pues se calcula que el 82% de jefes no están capacitados para hacer su trabajo. 

Así lo detalla un estudio del Chartered Management Institute (CMI), que incide en cómo una amplia mayoría de los grandes responsables de equipos ascienden puesto a puesto por su valía, pero acaban dirigiendo unidades con una responsabilidad para la que no están formados. “Ser jefe es mucho más que mandar, porque implica organizar, gestionar a nivel humano a un grupo y unir los objetivos individuales para el beneficio del proyecto”, explica Lourdes Carmona, experta en liderazgo de equipos y reconocida por la norteamericana Jack Canfield.

Carmona, que además tiene una experiencia de más de 30 años como comandante de vuelo, recalca la falta de conocimiento que hay acerca del liderazgo.. “La idea que cualquiera tiene en la cabeza es que ser jefe supone ganar más dinero, tener más libertad y mandar más. Pero este tipo de ascensos supone mucho más empeño y tiene grandes responsabilidades tanto en términos productos como en la gestión de equipos”. 

La experta detalla que el mejor jefe debe ser un líder. Y, aunque lo parezca, no son sinónimos. “Un jefe puede dedicarse a mandar y ya está, a imponer sus normas. Pero un líder aúna su capacidad de mando con su conocimiento en la gestión de equipos y personas para poner un objetivo común y lograr que la suma de todas las cualidades permita alcanzar un resultado óptimo”. 

Por ello, el dato de que más de un 80% de los jefes no están capacitados para el puesto y que se trata de ‘jefes accidentales’ es alarmante. “La capacidad de liderazgo es algo que muchos tienen de manera innata, pero también se puede trabajar. A un jefe se le puede transformar en líder y, entonces, sí que es mucho más probable que esté preparado para sus funciones”, explica Carmona. 

Según la experta en gestión de equipos, para que un jefe logre liderar correctamente debe no solo ser recto a la hora de cumplir los objetivos planteados, sino también saber escuchar a su equipo, buscar las sinergias necesarias y conseguir involucrar a todos los componentes para que vean en el éxito colectivo una oportunidad individual”.