Ante la preocupación generada en las últimas semanas por la detección de casos de peste porcina africana (PPA) en jabalíes silvestres, desde el sector ganadero se trasladan mensajes de tranquilidad a la población. Granjas San Antonio, explotación de ganadería porcina ubicada en Pajares de Adaja (Ávila) y especializada en producción ecológica, subraya que la carne que llega al consumidor cumple con las máximas garantías sanitarias y que no existe riesgo alguno para la salud pública.
La peste porcina africana es una enfermedad que afecta exclusivamente a la familia de mamíferos en la que se incluyen los cerdos domésticos, los jabalíes y sus parientes más cercanos, y no tiene impacto en la salud humana. Además, los casos detectados se han producido en fauna silvestre, concretamente en jabalíes, y no en explotaciones de ganado porcino destinadas al consumo. En este sentido, las autoridades sanitarias mantienen protocolos estrictos de vigilancia y control para evitar cualquier propagación de la enfermedad al ganado doméstico.
Los controles sanitarios son totalmente independientes y no están sujetos a intereses económicos
Cada animal que sale de una explotación ganadera con destino al matadero va acompañado de una guía sanitaria oficial. Este documento es emitido por un veterinario oficial de la administración pública, que certifica que los animales no han presentado síntomas de enfermedad en al menos las 48 horas previas al transporte y que en el municipio donde se ubica la explotación no se ha detectado ninguna patología contagiosa.
El control sanitario no finaliza en origen. A su llegada al matadero, los animales son inspeccionados nuevamente por otro veterinario oficial, también funcionario, independiente de la explotación ganadera. Durante el proceso de sacrificio y procesamiento de la carne interviene un tercer veterinario oficial, encargado de supervisar la cadena de producción y garantizar que se cumplen todas las exigencias sanitarias establecidas por la normativa europea y española.
Estos controles, realizados por profesionales que acceden a su puesto mediante oposición pública, son totalmente independientes y no están sujetos a intereses económicos. En caso de detectar cualquier anomalía, los veterinarios pueden decretar el decomiso parcial o total de los animales, una decisión que supone una pérdida económica directa para el ganadero, no para el funcionario ni para el matadero. Esta circunstancia refuerza la objetividad y el rigor de los controles, ya que ante la mínima duda sobre la salud de un animal, se prioriza la seguridad alimentaria.
España, uno de los países europeos más exigentes en vigilancia sanitaria
Desde el sector se recuerda además que España cuenta con uno de los sistemas de control sanitario más exigentes de Europa, lo que sitúa a la carne producida en el país entre las más seguras del continente.
En cuanto a la aparición de la peste porcina africana en jabalíes, los expertos apuntan a un problema previo de superpoblación de fauna silvestre, una situación que requiere medidas de gestión adecuadas y coordinadas por profesionales para evitar riesgos sanitarios y medioambientales.
Granjas San Antonio insiste en que los consumidores pueden mantener la confianza: tanto la carne de cerdo ecológica como la convencional que llega a los puntos de venta ha superado estrictos controles sanitarios y se encuentra en perfectas condiciones para su consumo.
