El proyecto Enredándonos presenta el primer diagnóstico que radiografía la situación de los huertos escolares agroecológicos y otras iniciativas de cultura alimentaria en los centros educativos de España. El informe confirma la expansión de estos proyectos, su potencial educativo y ecosocial, y los retos estructurales que aún dificultan su consolidación.
Un mínimo verificable de 4.458 centros… y una implantación real entre 5.000 y 6.000 escuelas
Tras un proceso de investigación iniciado en 2019 y ampliado en 2025, el diagnóstico identifica 4.458 centros educativos con huerto escolar, cifra que representa el 16% de los centros del Estado y constituye el mínimo verificable tras una depuración de datos procedentes de programas autonómicos y municipales, redes territoriales, publicaciones y cuestionarios.
El informe señala, sin embargo, que la presencia real de huertos escolares es significativamente mayor. Programas de gran escala como Huertos de Biodiversidad (impulsado por Fundación Global Nature y Ecoembes y apoyado por Ecoescuelas), que suma alrededor de 1.200 centros a nivel estatal, no se han incluido para evitar duplicidades, y numerosos centros desarrollan su huerto fuera de redes formales.
Por ello, el documento estima de forma prudente que la implantación real se sitúa entre 5.000 y 6.000 escuelas, una aproximación condicionada por la ausencia de un censo oficial y por la fragmentación de la información disponible.
Más de 56.000 estudiantes participan activamente
El informe integra datos detallados de 278 centros que respondieron al formulario ampliado de 2025. En ellos, 56.241 estudiantes participan regularmente en actividades de huerto escolar, un dato que debe leerse como mínimo, ya que en algunos casos se realizaron estimaciones para evitar infrarrepresentaciones. El estudio muestra que el huerto escolar se integra de manera transversal en Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y centros de educación para personas adultas, especialmente en itinerarios vinculados a sostenibilidad, cocina, competencias STEAM y proyectos de aprendizaje-servicio.
Los centros destacan mejoras en la motivación del alumnado, hábitos alimentarios más saludables, reducción de residuos, aumento de la conexión con los ecosistemas y el territorio, y mayor participación comunitaria y familiar. Además, el huerto facilita la integración curricular de la sostenibilidad y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. "El huerto escolar se ha convertido en una extensión natural del aula: un lugar donde aprender, convivir y comprender el mundo desde la práctica", señala Andrea Estrella, coordinadora del diagnóstico.
El informe también muestra importantes desigualdades territoriales. La consolidación de los huertos depende en buena medida de la existencia o ausencia de programas municipales o autonómicos estables. Entre los obstáculos recurrentes identificados por los centros destacan la falta de tiempo docente y reconocimiento horario, el abandono del huerto durante el verano por el desajuste con el calendario escolar, la escasez de financiación, la rotación del profesorado, el déficit de apoyo institucional, la falta de formación agronómica y pedagógica, así como limitaciones arquitectónicas derivadas de patios excesivamente asfaltados y con poca presencia de naturaleza. A pesar del crecimiento de programas y redes, la sostenibilidad de las iniciativas continúa dependiendo en muchos casos del voluntarismo docente y de la creatividad y resiliencia de las comunidades educativas.
Un decálogo para impulsar políticas públicas de agroecología escolar
El informe concluye con un decálogo de recomendaciones dirigido a administraciones y centros educativos. Entre ellas destacan el reconocimiento de la agroecología escolar como política pública estratégica, la garantía de financiación estable, la consolidación de figuras técnicas y docentes con dedicación específica, la mejora de la coordinación interadministrativa, la naturalización progresiva de los espacios escolares en coherencia con el Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza y el fortalecimiento de redes territoriales que favorezcan la cooperación entre centros y el acompañamiento técnico especializado. Enredándonos plantea además avanzar hacia la creación de una Red Estatal de Agroecología Escolar que articule programas, entidades y centros con una visión compartida y sostenible en el tiempo.
