Morales en el marco del centenario de las Religiosas Angélicas

La escultura, obra de la artista navarra Diana García Roy, ha sido colocada en la capilla de San Joaquín, recientemente restaurada

El acto fue presidido por el arzobispo de Zaragoza, Mons. Carlos Escribano Subías

La entronización es uno de los actos centrales del Centenario de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles (1925–2025)

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar acogió ayer, 18 de diciembre, a las 16:30 horas, el acto de bendición y entronización de la escultura de Santa Genoveva Torres Morales, fundadora de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles, conocidas como Religiosas Angélicas.

La ceremonia fue presidida por Mons. Carlos Escribano Subías, arzobispo de Zaragoza, y tuvo lugar en la capilla de San Joaquín, también conocida como capilla de la Confesión, recientemente restaurada y ya abierta al público.

Un acto solemne y eclesial en el corazón del Pilar

En el acto estuvieron presentes autoridades civiles, miembros del Cabildo Metropolitano de la Basílica del Pilar, la artista autora de la obra, Diana García Roy, así como numerosas religiosas angélicas procedentes de distintas casas de España, que quisieron acompañar este momento histórico para la Congregación.

En su homilía, el arzobispo de Zaragoza señaló que “no podemos entender estos cien años sin mirar el rostro” de la fundadora de la congregación, ya que “su vida nos enseña que Dios no busca instrumentos perfectos, sino corazones dispuestos”. “Desde su propia fragilidad física y la soledad de su juventud, ella no se encerró en el dolor, sino que lo convirtió en un puente hacia los demás”, recordó el arzobispo. 

En cuanto a aquel primer grupo de religiosas, apuntó que “entendió que el mundo se sana ‘reparando’, y su primera forma de reparar fue entregar sus propias vidas a través de los consejos evangélicos”. En este sentido, Santa Genoveva “no solo les dio un hábito, sino un estilo de vida. Les enseñó que los votos no son una carga, sino las alas para volar hacia el necesitado”. 

La nueva escultura queda expuesta de manera permanente para la oración y veneración de los fieles en el interior de la basílica. El cuerpo de Santa Genoveva Torres Morales, sin embargo, permanece en su capilla en la Casa General de la Congregación, situada en la Plaza del Pilar, 22, a pocos metros del templo.

La entronización de esta imagen supone un reconocimiento eclesial y espiritual a la figura de Santa Genoveva, profundamente vinculada a Zaragoza y a la historia de la Congregación.

“Volver a las raíces para abrazar el futuro”

En el marco de los actos conmemorativos del centenario, tuvo lugar también la ponencia de la Madre Enedina Fernández Bueno, Superiora General del Instituto, titulada “Memoria agradecida. Volver a las raíces para abrazar el futuro”..

Durante su intervención, la Madre Enedina realizó un emotivo recorrido por los orígenes de la Congregación, recordando de manera especial a las 19 religiosas que profesaron junto a Santa Genoveva Torres. Partiendo del contexto histórico de 1925, comparó aquel mundo con la realidad actual y subrayó la vigencia del carisma fundacional.

“Como religiosas angélicas debemos seguir dando respuesta a las personas que viven en soledad”, afirmó, recordando que este fue el núcleo de la misión confiada por la fundadora.

La Superiora General animó a las hermanas a renovar su compromiso con esperanza y fidelidad: “Las angélicas debemos seguir siendo fieles a este carisma con ilusión y con ánimos renovados”, señaló, destacando que, “aunque podamos hacernos mayores, la familia angélica aumenta gracias a la participación de los laicos, con los que el carisma sigue manteniéndose vivo”.

Un legado que permanece

Con la bendición y entronización de esta escultura en la Basílica del Pilar, la Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles culmina uno de los momentos más significativos de la celebración de su primer centenario, dejando un legado visible de fe, memoria y compromiso con los más vulnerables en uno de los templos marianos más importantes del mundo.