Por Susan Villa.
Luis Larr se mueve en un territorio propio donde la música, la imagen y el relato conforman un mismo lenguaje. Artista integral y creador de universos, su propuesta bebe del flamenco, la rumba andaluza y los sonidos latinos para construir un discurso contemporáneo que reivindica la calle, la elegancia y la verdad emocional. Con Maradona como carta de presentación, Larr rinde homenaje a la pasión desbordada, al mito popular y a una forma de vivir que entiende la alegría como un acto casi revolucionario, siempre desde una estética cuidada y profundamente cinematográfica.
En esta entrevista, el músico reflexiona sobre la inspiración detrás de su nuevo trabajo, el simbolismo de Nápoles como escenario vital y creativo, y la evolución artística que culmina en su próximo álbum, La clase no la da el dinero. Un diálogo honesto sobre identidad, raíces, procesos creativos y contradicciones contemporáneas, en el que Luis Larr reivindica la autenticidad frente al artificio y defiende la cultura popular como espacio de resistencia, belleza y compás.
1- "Maradona" combina rumba andaluza, salsa y una estética gánster muy marcada. ¿Cómo nace este tema y qué quería expresar a través de esta fusión sonora?
Este tema nació de una época un poco obsesiva que tuve con Maradona, veía varios documentales, series… Siempre fue un mito y una persona que me fascinó. Maradona siempre fue sur, pasión desmedida. Fue un humano hecho leyenda al que le pudo la pasión. Me siento identificado en muchas cosas con él.
Estoy seguro de que le encantaría. Me he imaginado al Diego, bailándola y gozándola en alguna fiesta… Quería que se plasmará ese ambiente de fiesta un poco gánster, pero muy divertida. Con gánsteres buenos jajaja… los malos no tienen arte para divertirse.
En cuanto a la fusión, creo que el sur de España y el caribe tienen mucho más en común de lo que pensamos. Entre todas esas cosas que nos juntan, una de las más importantes es ese calor que nos echa a la calle y que nos hace ser de esta forma tan divina. La alegría de vivir, no se compra. Gente alegre, cómica, echados pa´lante, que resuelven. Creo que tener calle no implica no tener clase y buen gusto. Tengo un slogan, que dice, "lo que el latino quiere ver y el español quiere bailar". Intento darle a cada continente lo que envidia sanamente del otro. Poniéndole más fácil a los españoles el baile con bombos a tierra, y progresiones sencillas. Haciendo arreglos latinos de vientos y cortes que pidan baile. Hablarle a cada uno en su idioma, que la pasemos rico todos juntos, porque insisto que es mucho más lo que nos une, que lo que nos separa.
Con una estética de calle, pero con clase, como nunca tuvo que dejar de ser. Ahora hay que ponerse los dientes negros para "para triunfar". Yo personalmente prefiero a esos señores de Buenavista de trajes claros, habano en mano zapato brillante. O esos flamencos en las tascas bebiendo vino con sus trajes y sus buenos zapatos. Un flamenco nunca llevó zapatos malos. jajaja
2-El videoclip se ha rodado en Nápoles, una ciudad profundamente vinculada a la figura de Diego Armando Maradona. ¿Qué simboliza para usted este lugar y qué aporta visual y emocionalmente a la canción?
La primera vez que fui a Nápoles me quedé impresionado. Yo vivo en una película todo el rato, jajá, tengo puesto siempre el modo cine, y Nápoles es cine, es pasión, el caos, el colorido, las calles, la luz, la gente, il mare, il chelo blue. Maradona se coronó allí. No podía ser de otra manera. Era un sueño y se ha cumplido. Pensé cada escena en mi cabeza y así ocurrió. Gracias a mi gente de Cuatro Amapolas, Ángel, Edu, Alex. A Manu Suárez videógrafo y a Angie (coprotagonista) y todos los napolitanos que hicieron que todo fuera más fácil y bonito.
3-En su próximo álbum, "La clase no la da el dinero", se percibe una evolución hacia un sonido más urbano y cinematográfico. ¿En qué punto creativo se encuentra actualmente y qué diferencia este trabajo de "El último romántico"?
Pues la diferencia ha sido natural y progresiva. En "La clase no la da el dinero" la diferencia en lo musical ha sido Kasem Fahmi, gran productor y mejor persona. Hemos ganado en pegada, conceptualización y solidez tanto en el discurso musical como en el visual. He querido ser algo más sobrio y elegante, más cinematográfico. Quería soltar un poco la comedia (me cuesta muchísimo, porque veo comedia en todos sitios jajá), quería usarla de una forma más sarcástica. En este momento estoy reposando, sé más o menos lo que siguiente que quiero hacer, pero... tengo que pararme a vivir un poco jaja
4-Usted es un artista 360: compone, coproduce y dirige el concepto visual de sus proyectos. ¿Qué importancia tiene para usted controlar todo el proceso creativo y construir un universo propio en cada lanzamiento?
Pues tiene toda la importancia, porque nadie va a cuidar y querer a tus niños como los quieres tu. Mis creaciones son mis niñas y así intento tratarlas. Nunca dejaría a mi bella niña ir mal vestida o que se abandonara. Hay que cuidar los detalles, intento conceptualizar a través de símbolos.
También por mera cuestión de presupuestos no puedo contar con mucho equipo. En muchas ocasiones la creatividad sustituye al presupuesto. Mi "problema" es que cuando estoy en el estudio, o componiendo, veo todo el universo completo, veo escenas.
Digo problema porque creativamente no paro, y a veces es un problema. Me frustra mucho no realizar todo lo que tengo en la cabeza. Siento que me estoy pudriendo creativamente y es un sentimiento que tengo que controlar y trabajar porque genera mucha ansiedad. Si por mi fuera ya habría hecho dos series, 2 películas y 10 discos jajaja… Pero poco a poco voy cumpliendo objetivos marcados.
5-Sus influencias van desde el flamenco y el rock andaluz hasta la música latina y el Caribe. ¿Cómo conviven estas raíces en su música sin perder autenticidad?
Pues porque la pureza no se puede perder nunca, y cuando uno va al origen, se equivoca menos, o está más contento consigo mismo.
Cuando me pierdo trato de ir a mi Sevilla o a Cádiz, y cantar rumba en los bares al compás de unos nudillos en una barra de madera maciza con una cerveza bien fresquita y tirada con arte, o comerme un buen guiso. Ir a la playa, al caribe y estar con los viejos.
Gente de verdad, real. Hay más verdad en un mercadito de estas ciudades que en todo Madrid, con todo mi cariño, Madrid es una ciudad maravillosa, con una pluralidad bella y con unas ganas de diversión increíble, pero le falta verdad. Una ciudad donde viene mucha gente a crearse un personaje y vivir una vida que no es la suya, eso me preocupa mucho. Creo que no es sano vender a tu propio yo por un bolso Louis Vuitton y un par de photocalls.
En las ciudades grandes se ven más las grietas de la sociedad, pienso que el edificio está a punto del derrumbe, es insostenible todo esto que estamos creando. Por eso hay que volver con corazón, los ojos y los oídos bien abiertos a los sitios de verdad. La verdad es un acto o una frase dicha de verdad y con compás (en su momento).
6. Para terminar, ¿qué proyectos tiene en el horizonte y qué puede adelantar sobre la nueva etapa que abre "La clase no la da el dinero"?
Quiero tocar, trabajar, expandir el mensaje y la gozadora del show por todas partes, alegrar los corazones del mundo entero, solo pienso en eso. Ser alegre es una responsabilidad muy seria.
Luego Dios dirá lo que tengo que hacer.
