Con el apoyo de la Fundación Caja Navarra, Acción contra el Hambre ha desplegado una respuesta de emergencia dirigida a 1500 familias, que les permitirán disponer kits les permitirán disponer de bienes materiales básicos para vestirse, dormir, cocinar y lavarse
Desde 2012, la inseguridad en Malí repercute en la población nigerina de las regiones fronterizas de Tillabéri y Tahoua. La población maliense desplazada aumenta la presión sobre recursos y servicios básicos, deficientes en la zona. Una situación que empeoró en 2018 con el estallido de conflictos armados en la frontera y la intensificación de operaciones militares nacionales e internacionales.
El recrudecimiento del conflicto en la frontera con Mali y sus consecuencias sobre las poblaciones de Tahoua y Tillaberi ha provocado un aumento de las necesidades de refugio y bienes no alimentarios, agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria y educación. En total, 478 000 personas sufren desplazamientos, de las cuales 254 000 son desplazadas internas, 178 000 refugiadas, 26 000 retornadas y 20 000 emigrantes. Una población que se caracteriza por haber abandonado sus bienes materiales en su huida de la violencia.
“Las familias desplazadas no pueden trasladar nada consigo. La necesidad de bienes no alimentarios de primera necesidad es prioritaria en Tillabéri y Tahoua, sobre todo para mujeres y niños, ya que se ven obligados a adoptar estrategias de adaptación negativas en los desplazamientos debido a su vulnerabilidad como el intercambio de favores sexuales por dinero o la venta de bienes”, señala Tidiane Fall, director país de Acción contra el Hambre en Níger. “Asimismo, gran parte de la población desplazada se dedica al pastoreo, por lo que se ve obligada a retomar la trashumancia durante el año siguiendo las zonas de forraje y los puntos de agua, regresando a zonas inestables donde sufren abusos y se ven obligados a desplazarse de nuevo”.
Este fenómeno se añade a una situación de seguridad de por sí precaria. “En la región de Tahoua, la vulnerabilidad socioeconómica se ha agravado por el estado de emergencia en vigor desde marzo de 2017, que ha conllevado medidas de seguridad que han supuesto restricciones para la circulación de vehículos y el cierre de mercados y de ciertas estructuras de salud en un contexto altamente militarizado”, añade Fall.
Desde Acción contra el Hambre, gracias a la colaboración de la Fundación Caja Navarra, estamos cubriendo las necesidades de 1500 familias en Tahoua mediante la distribución de kits de bienes no alimentarios y de agua, saneamiento e higiene, que les permitirán vestirse, dormir, cocinar, lavarse… “Así, reforzamos las capacidades de las comunidades, que dispondrán de elementos básicos para poner en práctica los hábitos de higiene y disminuir el riesgo sanitario de contraer enfermedades", apunta Iñaki San Miguel, delegado de Acción contra el Hambre en Navarra. “El contar con materiales y stocks de emergencia ya preparados en algunas zonas para paliar las dificultades de acceso en la estación de lluvias, nos permiten garantizar la movilización rápida de los recursos”.
