Unos 1.000 millones de los niños y niñas más vulnerables del mundo están en riesgo extremo por el cambio climático. Si el mundo no actúa ahora, mañana serán todos los niños

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Declaración de la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine M. Russell, sobreel Informe AR6 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)

Unos 1.000 millones de los niños y niñas más vulnerables del mundo están en riesgo extremo por el cambio climático. Si el mundo no actúa ahora, mañana serán todos los niños

"El histórico informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de hoy elimina cualquier sombra de duda que quedara: la crisis climática no es una amenaza futura. Está aquí, se está acelerando y seguirá afectando al mundo de formas cada vez más devastadoras.

La crisis climática ya ha expuesto a casi todos los niños y niñas, en todos los continentes, a un mayor riesgo de peligros climáticos más frecuentes, intensos y destructivos, desde olas de calor y sequías hasta ciclones e inundaciones, desde contaminación del aire hasta enfermedades transmitidas por vectores.

Pero para algunos niños y niñas, la crisis climática es más que un riesgo elevado. Es una realidad que amenaza la vida.

El Índice de Riesgo Climático de la Infancia publicado recientemente por UNICEF, el primer análisis integral sobre el riesgo climático y ambiental desde la perspectiva de los niños y niñas, muestra que unos 1.000 millones ellos viven en países de riesgo extremadamente alto, donde están expuestos a los peligros, impactos y factores estresantes más severos. El impacto en estos niños, sus familias y su futuro y, por lo tanto, sus sociedades, es enorme.

Hoy, 1.000 millones de los niños y niñas más vulnerables del mundo están en riesgo. Mañana, si el mundo no actúa, serán todos los niños y niñas.

La evidencia es irrefutable: la crisis climática es una crisis infantil. Y, sin embargo, los niños y niñas son pasados por alto constantemente en la planificación de la respuesta a la crisis climática. Invertir en las necesidades de los niños y niñas más afectados por el cambio climático no está siendo una prioridad. En muchos casos ni siquiera está en la agenda.

El mundo no puede seguir pasando por alto a los niños mientras lidia con la amenaza existencial del cambio climático y la degradación ambiental. Es hora de poner a nuestros niños y niñas en el centro de la acción climática.

Primero y siempre, los gobiernos tienen que cumplir con las ambiciosas reducciones de emisiones. Esta sigue siendo la única solución a largo plazo, ya que la adaptación climática tiene límites. Pero tenemos que actuar, ahora, para ayudar a los niños más vulnerables, que viven en los países con emisiones per cápita más bajas, a adaptarse a los impactos del cambio climático para que puedan sobrevivir y desarrollarse en un mundo que cambia rápidamente.

La manera más efectiva de proteger las vidas y medios de vida de las familias de los niños más vulnerables es preparar a los países y comunidades a través del desarrollo de la resiliencia al clima con un gran foco en la adaptación. Está probado que reduce el riesgo climático de la infancia. Construye resiliencia ante futuros shocks climáticos previstos. Trae beneficios económicos reales.

Todavía muchos países carecen por completo de planes de adaptación o tienen planes que no protegen o abordan sus necesidades concretas y urgentes. Esto significa que la mayoría de niños siguen desprotegidos y no preparados para el creciente impacto del cambio climático.

UNICEF hace un llamamiento a cada país a comprometerse para garantizar que una adaptación centrada en infancia sea la pieza central de todos los planes climáticos, como una cuestión de la más alta prioridad.

Para ser eficaces, los planes de adaptación centrados en infancia y las medidas de resiliencia deben ser multisectoriales y cubrir las áreas críticas que apoyan la supervivencia y bienestar de los niños: agua y saneamiento; salud, nutrición y educación; políticas sociales y protección infantil. También tienen que centrar recursos y atención en llegar a los niños más marginados y vulnerables de las comunidades más pobres. Igual de importante, deben desarrollarse e implementarse con la involucración y participación de los jóvenes, garantizando que se escuchan sus voces y que sus necesidades se reflejan en las decisiones. Por último, deben ser financiados y dotados de recursos de manera apropiada y urgente.

Los jóvenes ya han esperado demasiado a que los líderes emprendieran acciones drásticas y profundas, tan necesarias para poner límite a la crisis climática. No dejemos que sigan esperando que emprendamos las acciones más inteligentes y estratégicas para ayudarles a sobrevivir a esta crisis". 

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