Agua y hambre, un vínculo invisible contado a través de tres historias

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Agua y hambre, un vínculo invisible contado a través de tres historias

Loko, etíope y madre de cinco, sale con su bebé a las 6 de la mañana para ir a buscar agua. Llena un solo bidón. No regresa a su hogar hasta las 6 de la tarde. Las sequías que azotan el país han destrozado sus campos de maíz. “Dejo algo de comida para mis hijos para que tengan algo de comer durante el día. Ya no queda nada cuando llego a casa”.

Algo tan simple como tener agua limpia para cultivar o calmar la sed es inaccesible para 844 millones de personas en el mundo. Ir a un baño seguro tampoco es una opción para 2,3 millones. La seguridad hídrica es fundamental para la salud y la seguridad alimentaria. Cada año alrededor de 4 millones de personas mueren por enfermedades relacionadas con agua y saneamiento. Entre ellas, la desnutrición, una enfermedad que mata a 3,1 millones de niños y niñas al año (8.500 al día).

No podemos combatir el hambre sin asegurar el acceso a agua limpia, saneamiento seguro e higiene. Por ello, para Acción contra el Hambre es una de sus principales áreas de intervención. Según Pablo Alcalde, responsable de Agua, Saneamiento e Higiene de la organización humanitaria, en contextos de falta de acceso y gestión adecuados, las heces humanas y animales se cuelan en aguas y superficies. Si añadimos unas malas prácticas de higiene, las manos se convierten en el principal elemento que toca alimentos, contaminándolos, o acaba en bocas de niños y niñas.

Los intestinos se inflaman, los nutrientes no se absorben adecuadamente y el menor cae en desnutrición. Si el niño o niña sobrevive, y no se ha tratado durante los primeros 1.000 días de existencia, la enfermedad habrá tenido un impacto irreversible en su crecimiento físico, mental e intelectual. Serán adultos a los que les resultará más difícil acceder a la educación y al mercado laboral, perpetuando así el círculo vicioso entre pobreza y hambre.

TRES HISTORIAS DE AGUA Y HAMBRE EN EL MUNDO

La desnutrición crónica no es una enfermedad fácil de detectar a simple vista. Es necesario revisar la talla, el peso y la altura, algo que hacemos en muchos países desde Acción contra el Hambre. Pero también vamos a la raíz para combatir la desnutrición: prevenimos a través de la potabilización del agua, de una gestión y acceso a saneamiento seguro y de una promoción de buenas prácticas de higiene.

Según apunta Pablo Alcalde, a diferencia de la desnutrición, otras enfermedades transmitidas por el agua como el cólera son más fáciles de detectar. Síntomas como diarrea o deshidratación son indicadores de que algo está pasando. Como en la desnutrición, la causa principal del cólera es la falta de acceso a agua limpia, saneamiento seguro y buenas prácticas de higiene. Diarrea e infecciones, gusanos intestinales y parásitos, conducen a una absorción deficiente de los nutrientes necesarios para la supervivencia, reducción del apetito y deshidratación. Cada año, 485.000 personas mueren por diarrea provocada por la falta de acceso a agua y saneamiento seguros; cada día, 800 menores de cinco años mueren de enfermedades transmitidas por aguas sucias, contaminadas y condiciones higiénicas deficientes.

No podemos combatir el hambre sin pensar en el agua y el saneamiento con perspectiva de género. Mujeres y niñas son las responsables de caminar largos recorridos para conseguir agua para sus familias y campos. En el camino, están expuestas a sufrir violencia y abusos. La mitad de las niñas que dejan de ir a la escuela primaria en África lo hacen debido a la falta de letrinas privadas.

Es necesario trabajar desde un enfoque participativo para que mujeres de comunidades se conviertan en líderes en la toma de decisiones y gestión del agua. Tal y como explica el experto de la organización, este enfoque apoya la formación de mujeres en áreas técnicas y las transfiere a puestos de trabajo y responsabilidades que normalmente ocupan hombres. Pablo Alcalde también señala que la transmisión de mensajes sobre buenas prácticas de higiene es más efectiva cuando la lideran mujeres.

Desde Acción contra el Hambre, no trabajamos en agua y género desde una posición de liderazgo. Promovemos la equidad y la igualdad acompañando las decisiones organizativas de la comunidad y respetando la cultura y los valores locales.

EL AGUA EN CONTEXTOS DE EMERGENCIA HUMANITARIA

Asegurar el acceso a agua potable y espacios de saneamiento seguros es fundamental para garantizar la protección y reducir el riesgo de epidemias. Según Lucía Villamayor, coordinadora de Agua, Saneamiento e Higiene del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre, “las redes de agua y saneamiento son en muchos casos las primeras infraestructuras afectadas por desastres, impidiendo el acceso a servicios tan básicos como el acceso al agua y saneamiento seguros y dignos, que son a su vez derechos humanos”. Cuando no hay acceso a agua segura, analizamos fuentes donde sí haya. La distribuimos. También suministramos productos de higiene y creamos espacios seguros de saneamiento.

ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE, PRESENTE EN LA CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS EN NUEVA YORK

La Conferencia del Agua de las Naciones Unidas, que se celebrará en Nueva York entre el 22 y el 24 de marzo, es la primera reunión intergubernamental exclusivamente dedicada al agua y al saneamiento en 46 años.

La conferencia pretende ser un espacio para evaluar el progreso y los desafíos, así como para desarrollar unos compromisos y una agenda clara para la segunda mitad del calendario de implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta 2030.

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