Con los temporales del otoño y las escorrentías fluviales llega la confirmación de lo que ya era una muerte anunciada para el paisaje litoral y el sustrato natural del maltrecho Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, sito en la Región de Murcia, a caballo de los municipios de Águilas y Lorca.
La ocupación de este espacio, virtualmente protegido, por parte de la agricultura intensiva o industrial, es absolutamente incompatible con la conservación de su patrimonio natural —una obviedad que, sin embargo, conviene recordar a algunos de vez en cuando—.
Esta actividad es directamente responsable de vertidos incontrolados y deliberados sobre cauces y márgenes, toneladas de plásticos en su mayoría que, con cada episodio torrencial, son arrastrados por la fuerza del agua y nuevamente emponzoñan y manchan playas y fondos marinos de forma bochornosa.
Todo ello ante la absoluta pasividad —cuando no connivencia— de las administraciones, tanto locales como regionales. Sindicatos agrarios mejor no mentarlos.
Y es que parece que pongan todo de su parte para denostar y degradar los reconocidos valores naturales de este espacio, y más concretamente hablando del sector que ocupa la llamada Marina de Cope.
Hay que decir alto y recordar que este espacio protegido es un fracaso sin precedentes a nivel nacional, comparable, en esencia, al del Mar Menor, aunque mucho menos mediático.
Un fracaso que se manifiesta en muchas direcciones: la administrativa y política, la de la conciencia ambiental colectiva, e incluso la del propio movimiento conservacionista.
Seguiremos esperando otros treinta años más - aunque sea desde la tumba- el imprescindible Plan de Ordenación de los Recursos Natrurales (PORN) que regule las actividades antes mencionadas.
Asociación Naturactúa con sede en Lorca (Murcia)
