Agricultura constata la ausencia de daños en los cultivos por la plaga de langosta gracias a los tratamientos realizados

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La Consejería actuó sobre un total de 1.200 hectáreas en los municipios de Jumilla y Moratalla

Agricultura constata la ausencia de daños en los cultivos por la plaga de langosta gracias a los tratamientos realizados

La Consejería de Agricultura y Agua constató la ausencia de daños en los cultivos, principalmente almendros, como consecuencia de la plaga de langosta que afecta de forma endémica a los municipios de Jumilla y Moratalla. El Servicio de Sanidad Vegetal concluyó esta semana la campaña de control de este ortóptero iniciada en junio, con el tratamiento de 600 hectáreas en la pedanía de Cañada de la Cruz, mediante aplicación aérea.

El director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, señaló que “en los últimos años se están sucediendo una serie de focos de langosta motivados fundamentalmente por el abandono y el no cultivo de terrenos agrícolas”. En este sentido, apuntó que “los primeros estadios de esta plaga se localizan en terrenos baldíos y en zonas no labradas donde la langosta realiza las puestas, para posteriormente desplazarse a las parcelas de cultivo colindantes”. El responsable autonómico destacó que dicha plaga “causa daños en los cultivos de secano, como almendro y viñedo, en los que busca alimento en las hojas y brotes tiernos”.

El cierre de la presente campaña, añade García Lidón, se retrasó unos 20 días, respecto de años anteriores, debido a las lluvias registradas en los meses de mayo y junio, “que han ocasionado una gran mortandad natural en los estadios inmaduros de esta plaga legendaria y un descenso significativo de las poblaciones detectadas”. El coste de la campaña asciende a un total de 20.000 euros, que son cofinanciados por la Consejería y el Ministerio del ramo.

En los tratamientos realizados sobre un total de 1.200 hectáreas en los municipios de Jumilla y Moratalla, se aplicó la técnica de ultrabajo volumen (ULV), con la cual se reduce de manera muy significativa la cantidad de insecticida empleado por hectárea. Asimismo, para mejorar la calidad de las aplicaciones fitosanitarias y minimizar su impacto medioambiental, la Consejería viene empleando insecticidas inhibidores de la quitina que, según García Lidón, “actúan únicamente sobre las formas juveniles de la langosta y no producen daños en otros insectos que no son su objetivo a batir”.

La Consejería participa, junto con otras comunidades autónomas, en un programa nacional de investigación que pretende establecer una serie de estaciones de control y prospección de ortópteros que permita determinar cuáles son las principales especies que colonizan los cultivos de nuestra Región.

Advertencia a los agricultores

La Consejería advierte a los agricultores de que las parcelas abandonadas por diversos motivos, como la escasez de agua o la pérdida de una vinculación agraria, ha motivado la proliferación de terrenos abandonados, los cuales acaban convirtiéndose en potenciales focos endémicos de langosta.

En este sentido, García Lidón destacó que “labrar los terrenos yermos o baldíos una vez al año puede reducir de forma significativa la emergencia de esta plaga en los meses de mayo y junio, ya que con ello se destruirían los canutos que contienen las puestas”.

Asimismo añadió que “la Ley de Sanidad Vegetal obliga a los propietarios de terrenos agrícolas a mantenerlos en buen estado fitosanitario” por lo que, concluye, “la Consejería ejercerá las medidas oportunas para asegurar el adecuado mantenimiento de dichas parcelas abandonadas”.

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